Instituto De Hombres [1-IDH]

Capítulo 1

Nota: Algunos capítulos los iré editando poco a poco por que quiero mejorarlos ya que los primeros capítulos son totalmente penosos y vergonzosos y creciendo como escritora me fui dando cuenta, tal vez se encuentren con algunas faltas de escritura pero ya las editare, aun así espero que los disfruten. [02/02/18]

 Me revuelvo incómoda por el peso que siento en mi costado derecho, a la vez intentó abrir los ojos; pero, se me hace imposible por la iluminación que hay en el cuarto. Sinceramente, me asuste como la mierda al ver que había un chico al lado mío chupándose el dedo; casi lo tiro de la cama pensando que ayer estuve en una fiesta, y me acosté con un chico, pero antes de que pasara, me di cuenta de que era el apestoso de Kail.

-Mierda Kail -Susurre con desagrado, al ver que estaba babeando todas mis sabanas.

Es cierto que dormíamos juntos, pero como nos conocemos desde pequeños, nunca hubo atracción física ni psicológica hacia el otro.

-¡Jesús Niña!, déjame dormir un poco más, todavía queda tiempo para ir a ese instituto. -Se quejó, a la vez que se giraba al lado contrario de la cama- Además, preocúpate por ti, arréglate primero, que ya sabes el dicho: "Las mujeres se demoran siglos en arreglarse".

-Eres un grano en el culo. -Refunfuñe, a la vez, que arrugaba la nariz molesta por su actitud

Decidí por hacerle caso, y me fui al baño, el cual quedaba dentro de mi habitación; claro, en otro cuarto. Me libere de mis prendas y de un segundo a otro, ya me encontraba bajo las refrescantes gotas de agua.

-Compórtate como hombre. -A pesar del ruido que hacia el agua al caer y golpear en las paredes, podía escuchar perfectamente, como abría el paquete de chocolate que dejamos ayer -No creo que dures mucho en el instituto de hombres.

¿Este era engreído, o qué?

-Estoy segura que durare más de 2 semanas, además, esto lo hago porque tú me lo pediste, y claro, para salvar nuestra amistad. -Le dije mientras salía de la ducha y rodeaba mi cuerpo con la toalla.

-Pero... Tú eres la que ha aceptado. -Me guiño un ojo cuando me vio salir -Ahora mueve tu culo de ahí, que es mi turno en el baño.-Me empujo a un lado para entrar al baño. Sinceramente, estoy segura, que si vuelve a azotarme la puerta en la cara, le corto las bol... Kail me cortó los pensamientos -Trata de no llevar tus tanguitas de Mickey mouse. -Soltó una risa, como si de foca endemoniada se tratará.

-Acéptalo, no eres gracioso.

Luego de una plática sensata con Kail, decidí por colocarme de una buena vez la ropa. Primero, que nada comencé con unos bóxer que me había comprado ayer con Kail. ¿Debería de ponerme unos calcetines en aquel lugar? Tache al instante esa idea, con tan solo pensar en lo incómodo que sería caminar con un bulto entre mis piernas.

Abrí las vendas color piel que le saque a mi madre de su cajón, la verdad, eran de esas vendas que utilizas para una lesión en algún músculo, pero no tenía nada más que colocarme, así que fue lo primero que se me ocurrió. De todas formas no tengo demasiado busto, por lo cual, si me ponía la venda no se notarían mis pechos.

Luego de todo lo que debíamos hacer, como: Arreglar las maletas, las cosas que necesitaríamos, los libros, etc... Nos despedirnos de nuestros padres. No fue tan difícil, ya que por mí no los extrañaría tanto; como Kail a los suyos. ¡Se puso a llorar como niño de 2 años sin su chupón! A veces, el enano era muy sentimental.

|Más tarde|

Cuando llegamos, el director nos entregó el número y llave de nuestros respectivos cuartos; para nuestra mala suerte, nos habían puesto en cuartos separados.

Fue muy difícil encontrar mi cuarto, ya que, el instituto es más grande que el palacio de Buckingham, demasiado para mi gusto. Luego de una hora vagando por las afueras del instituto, se me ocurrió la brillante idea de preguntarle a un guardia si me podría ayudar con la gran búsqueda de mi cuarto... Y bueno, al fin y al cabo, pasamos media hora jugando a: "¿Dónde está Wally?", hasta que por fin, encontramos el odioso cuarto. Me pregunto cómo le fue a Kail con el suyo.

En la habitación no había nadie, por lo cual ordene mi ropa en los cajones lo más rápido posible; ya terminada esta tarea, me acosté en la parte superior de uno de los camarotes.

-Esto es de locos -Susurre para mí, a la vez que me colocaba los audífonos y ponía la canción "Sex-The 1975".

Cada vez perdía más el conocimiento de lo que pasaba a mi alrededor, hasta que logré quedarme dormida.