Capítulo 7

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Antonella Edwards

Se miró en el reflejo del espejo, y vio sus ojeras, su rostro cansado. Su vestimenta era la adecuada, y salió a la calle. El día anterior había chocado su Audi, como ya de costumbre, así que tenía que tomar un taxi que la llevara al trabajo. Tardó más de lo habitual, así que tenía cinco minutos para llegar al edificio, sin que le diera un ataque cardíaco.

Su día anterior había sido un verdadero asco, todo le había salido mal, hasta había chocado por detrás un auto viejo, con un guapo al volante. Pero eso era otro cuento, las noches se le estaban haciendo eternas debido a sus pesadillas, desde el día que había almorzado con Fernando, no se había podido sacar de la cabeza a Daniel. No sabía el por qué sentía su presencia cerca. Como si temiera que algo le pasaría, muchas veces lo apremiaba a la paranoia que había forjado en esos años, el sólo hecho de rememorarlo, su cuerpo temblaba y se arriesgaba a sufrir un ataque de pánico. Pero el terror era lo que amenazaba su mente.

9 años atrás y diez meses.

Llevaba dos meses siendo la protegida de Daniel, ese hombre sabía tratarla bien. Le daba lo que necesitaba, y le tenía un trabajo. Que a pesar de ser mal mirado por la sociedad, nunca había visto nada de lo que todos decían. La prostitución era una labor que sólo algunas desesperadas lograban, ella no veía maldad, ni le producía temor esas paredes rojas con negro. De hecho habían sido su refugio, no había vuelto a saber de nadie del sur, ni de su prima. Sólo se dedicó a trabajar, como todas las que lo hacían en ese lugar eran mujeres, vivían todas en un edificio al final del terreno. Cada una se compraba lo necesario para subsistir. Pero ella no hablaba con nadie, y al parecer se había ganado el odio de todas debido a que Daniel le prestaba mayor atención a ella. Sabía que Daniel estaba casado, pero se comportaba muy paternal con ellas. Al menos hasta ese día, que cuando llegó a visitarla, le rozó la mejilla y le miró extraño.

-Eres un tesoro difícil de hallar... Antonella. Te estoy preparando una sorpresa que te encantará.- Le dijo ronco, sus ojos azules la observaron y ella quitó la mirada porque realmente la intimidó. Sintió cosquillas en la punta de los dedos, como si algo extraño pasara. Antonella en un acto de reflejo se lamió los labios, y Daniel se acercó a besarla. El beso fue corto y pasional, algo que jamás había sentido en su vida. En la vida del sur, los jóvenes eran muy poca cosa para ella. Y jamás le prestaba mayor atención. Pero este hombre maduro, le arrebató esa inocencia, en un solo beso le traspasó lo único más preciado que tenía. Quiso experimentar nuevamente otro beso, y así fue durante una semana. Cuando llegaba Daniel, la llamaba con la mirada y ella obedientemente se dirigía a la habitación principal del jefe. Él era el único que gozaba de los placeres de sus bailarinas, pero con ella era diferente, la trataba con respeto y anhelo. La besaba apasionado, tanto así que un día deseó que llegara más lejos, pero su posesión era hacerlo sólo cuando él quería.

- Mañana será el día, estoy deseoso de éste momento, mi bella Antonella.- Le dijo él anhelante. Le acarició el pelo, y besó sus mejillas.

Atada al pasado [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora