Atada al pasado [TERMINADA]

CAPÍTULO 18

           

Se acabó la tortura "Intensionada" Cariños... No hubo corrección exhaustiva por culpa de yohevelin a ella culpen, yo no tuve nada que ver..!

Antonella Edwards

Saltó de la ventana del baño, con una sensación extraña en el cuerpo.

-¿Por qué vienes saliendo por la ventana?- Roberto le dio un susto de muerte, y mandó un grito.

- ¡No hagas eso! Casi me da un ataque.

- Te hice una pregunta, ¿algún problema?

-Nada Roberto...- Comenzó a caminar para esperar a Igor en el auto. No quería hablar ni ver a Roberto, como que se sentía mal.

- Te noto algo alterada... ¿Qué le pasó a tu vestido? Habla Antonella, o te saco a rastras de aquí.- Notó su tensión, acomodándose el vestido que tenía arrugado.

- Que nada, Roberto. ¡Dios que pesado eres...!

- Te besaste con él...- Dijo obviando, porque no sonó a pregunta.

- Sí ¿Pasa algo?

- No. Me alegro que lo hagas. ¿Ya se irán? Es un poco tarde para seguir trabajando, me iré a mi casa si él te lleva a la tuya.

- Sí, él me llevará.- Roberto se volvió para marchar pero le tomó el brazo.- ¿Por qué haces esto? ¿Cómo si no hubiera nada entre nosotros...?

- No hay nada, Anto. Mejor dejémoslo así. Mereces algo mejor que yo.- Aquello le dolió, creía que Roberto tenía menos dramas que Igor, pero no se lo dijo. Se alejó y su estado de ánimo decayó. No sabía que le estaba pasando, Roberto le ayudaba mucho, pero con Igor la cosa era fuegos artificiales incluidos. Suspiró entre enojada y nerviosa, escuchó los pasos de Igor y lo vio. Con su caminar elegante, con su mirada penetrante. Pero no quería sentir, se estaba metiendo en un terreno peligroso. Le habló duro y vio su cara de sorpresa, no se imaginaba el torbellino de emociones que sentía dentro. Cuando llegaron a la casa, ya la cosa iba en ascenso, sentía todas las revoluciones a mil, pero Igor ya no la miraba. Se había puesto serio, y realmente deseaba de nuevo volverlo a ver sonreír como en la fiesta, o que le acariciara las mejillas con sus suaves manos. O enrollara entre sus dedos su pelo, detalles tan significativos en ella, porque jamás había recibido ese tipo de atenciones ni sutilezas. Su corazón latió desbocado cuando Igor quiso que se bajara del auto, casi la estaba echando. Le besó la mejilla suavemente, demostrando que todo lo que decía no era ni la mitad de lo que sentía. Abrió la puerta de la casa, y miró a Igor por última vez. Invitándolo. Dio el primer paso a la casa, y contó tres segundos. Escuchó la puerta del auto cerrarse, y suspiró aliviada.

Igor entró, y cerró la puerta. Y ahí se quedó mirándola. Antonella caminó despacio hacia la habitación ignorando completamente su presencia. Pero lo que realmente le pasaba, temblaba de los pies a cabeza, su estómago era un nudo apretado que no podía soltar. "Respira" "Respira", se decía reiteradamente. Se sentó en la cama, para poder soltar el aire que tenía acumulado, escuchaba sus pasos lentos acercarse. La pieza estaba en penumbras, y cuando Igor entró en ella, se había quitado la chaqueta, llevaba una camisa celeste claro. Se veía estupendo.