EPÍLOGO

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Antonella Edwards

6 meses después

-Todos de pie.- Dijo la voz de un hombre detrás de ellos, se levantaron al mismo tiempo, y sintió la mano de Igor que sostenía la suya. Sus miradas se encontraron y se refugió en la seguridad que le estaba entregando. Se llevó la mano a sus labios besándola y se le encogió el estómago. Vieron entrar al Juez, y todos volvieron a tomar asiento. Antonella miró a todos los presentes, estaban todos sus amigos; Paulina, Fernando, Roberto y Eloísa. Por el otro lado estaban Melina y Sofía, sentadas juntas, las miradas de desprecio estaban a la orden, y rechinó los dientes de pura rabia, deseaba golpear a esas dos por lo estúpidas que eran. Pero algún día se darían cuenta el daño que les hacía Daniel, de eso no tenía duda.

Todo comenzó a relatarse, desde el secuestro siendo contado a grandes rasgos por el abogado de Fernando. Hasta que comenzó el relato del abogado defensor, todo se comenzó a nublar. Habían muchas pruebas que hacían que Daniel pareciera inocente, hubo un momento que habló muy poco, respondiendo una pregunta del juez, pero su voz sonó segura y certera.

-Actué en defensa propia, José tenía retenida ésta mujer, y yo quería rescatarla.- Antonella esa confesión la hizo levantarse, pero el juez la miró serio.

- Señorita Edwards tome asiento, ya será su turno de declarar.- Igor le sujetó la mano, y volvió a sentarse. Pero era obvio que todo se estaba distorsionando.

Llegó el turno de Igor de declarar, luego Fernando, Roberto y por último Eloísa, que era la actual esposa de Daniel.

El acusado se mostraba peligrosamente tranquilo, y reservado con todos los testimonios. La llamaron al estrado, y le hicieron jurar. Los nervios le comían el estómago, pero la mirada de Daniel fue la que más terror le provocó.

-Señorita Edwards ¿Usted estuvo retenida por mi cliente Daniel Santos, hace diez años?- fue la primera pregunta del abogado de Daniel, haciéndole tragar saliva de los nervios. 

- Me obligó a permanecer bajo sus reglas.- Contestó.

- ¿Le pagaba su sueldo?

- Sí.

- ¿La engañó ocultando al trabajo que iba?

- No, me lo dijo desde el principio. Estaba en una situación desesperada y se aprovechó de eso. Me ofreció trabajo, vivienda y comida.

- ¿Alguien la volvió a buscar cuando se fue con el señor Fernando Santos?

- No, hasta hace un tiempo.

- ¿Tenía una relación con su hijo Fernando Santos?

- Sólo amistad.

- ¿Amistad? ¿Eso incluía relaciones sexuales esporádicas?

- Si luego de cuatro años, de haber escapado. No fue tan sencillo. 

- Señorita Antonella ¿Usted conocía a José, su secuestrador?

- Sí, era uno de los clientes habituales del Club, cuando trabajaba.

- ¿Tuvo una relación con él?

- No, jamás. Siempre lo atendía, pero nunca le di atención "especial". Como les llamaban ellas.

- ¿Quiénes ellas?

- Las chicas que trabajaban ahí, yo no participaba, porque no quería. Les hacía ganar suficiente con los bailes.

- Entonces ¿Nunca la obligaron?

Atada al pasado [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora