One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]

Virgo & Aries

Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados.

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—Amarte no es fácil,
en realidad, nada lo es,
pero seguiré luchando por un amor como este.

Porque cariño,
vale la pena esperarte.

Si tan sólo supieras que,

las piezas rotas de nuestros corazones volverán a estar juntas.

¿Puedes tomar mis sentimientos, ángeles y demonios?
Si puedes hacerlo, hazlo.

No puedo cambiar el mundo,
pero tal vez pueda cambiar tu manera de pensar.

Un poco de amor cambiará tu vida.

No estoy tratando de arruinar tu felicidad, en absoluto.

Podría estar contigo pero,

estoy sólo como un náufrago.

Aries escuchó todo el poema que había recitado su crush en la clase de Literatura con mucha atención.

«Seguro lo escribió pensando en alguien», pensó la ariana mientras que, Virgo se sentaba en su asiento delante de ella.

Mientras tanto, Virgo solo se encogía en su lugar porque sentía la mirada fija de su compañera clavada en su nuca y eso lo incomodaba.

Terminó la clase y Virgo esperó a que todos sus compañeros salieran para él salir último, como siempre.

Pero, esa vez fue diferente.

Aries todavía no se había retirado de la Universidad.

—¿Qué haces aquí todavía? —preguntó directo el chico y la ariana hizo una mueca de disgusto ante su tono demandante de voz.

—Lo mismo que tú, ¿no? —Aries sonrió y Virgo rio con sarcasmo.

—Tú no sabes lo que haré, así que dudo que vayas a hacer lo que yo —sentenció el signo de Tierra y la chica frunció el ceño—. Te pido que te vayas, por favor.

—¿Quién eres tú para decirme qué hacer? —inquirió la muchacha mientras se cruzaba de brazos.

—Vete, Aries. Tengo cosas que hacer y ellas no te incumben —Virgo mantenía su postura, pero seguía extrañado ante la actitud de la chica.

—Me voy, pero no porque tú me lo dijiste, sino porque se me hace tarde para... algo —se excusó Aries y juntó sus cosas para luego irse a paso rápido de la institución.

Virgo suspiró frustrado y quiso golpearse la frente contra la pared. La chica que le gusta le habló y él la echó del salón.

Sí, a veces podía ser un completo idiota.

(...)

Aries hablaba con sus amigos cuando vio pasar a Virgo junto a otra chica, riendo.

—Aries, cálmate, la vena de tu frente va a explotar —bromeó Escorpio, su mejor amiga.

—Cállate —espetó molesta la ariana mientras veía como su crush hablaba animadamente con la desconocida.

—Necesito un barbijo, el aire huele a amor —comentó Capricornio, novio de la escorpiana, y Aries gruñó.

—Mira quién habla —mencionó la ariana y la pareja se rio.

Mientras tanto, Virgo se encontraba charlando con su hermana.

—Vir, hay una chica que me lleva fulminando con la mirada desde hace varios minutos —informó la chica y su hermano frunció el ceño.

—¿De quién hablas, Tau? —preguntó Virgo y la mencionada señaló sin discreción a Aries, la cual había volteado la mirada rápidamente para no ser descubierta.

El chico sonrió al pensar que Aries estaba celosa de su hermana y se imaginó cómo sería pasar sus días junto a ella.

—Tierra llamando a Virgo —Tauro chasqueó sus dedos frente los ojos de su hermano y cuando él reaccionó, se sonrojó—. Oh, la cosa va en serio.

—Cállate —espetó nervioso y ambos rieron; era muy gracioso ver a Virgo enamorado.

Sin dudas, Aries moría de celos y no podía hacer nada con ello.

(...)

Ya era jueves por la tarde y Aries y Virgo seguían encerrados en el laboratorio de Química.

¿Qué pasó? Bueno, Escorpio, Capricornio y Tauro estuvieron hablando sobre los acontecimientos sucedidos entre ambos signos y llegaron a la conclusión de que ambos se gustaban, así que para acelerar las cosas, decidieron encerrarlos en el laboratorio para que pudieran hablar a solas.

—¿Podrías dejar de gritar? —le dijo Virgo a la ariana, ya que ella pedía ayuda a gritos. No quería estar encerrada por su claustrofobia—. Lo llevas haciendo por más de veinte minutos. Me duelen los oídos.

—Lo siento —dijo Aries de manera irónica mientras trataba de permanecer cerca de una ventana.

—Gracias.

Virgo estaba en el otro extremo del laboratorio, buscando algo con qué abrir la puerta, pero no lograba concentrarse con los gritos de la chica.

—Virgo —lo llamó Aries como pudo, con la respiración entre cortada. Él volteó a verla y se le encogió el corazón. Ella estaba con su cabeza entre sus rodillas, hiperventilando—. No me llega el oxígeno a los pulmones.

—Mierda.

Virgo empezó a buscar más rápido entre las cajas hasta que encontró una hebilla invisible para el cabello y logró abrir la puerta, las películas sirven para algo después de todo.

—Aries, vamos —la ariana lo miró pero no podía moverse. Virgo atravesó el laboratorio y la cargó en sus brazos hasta sacarla del lugar.

Por suerte para él, Aries no pesaba demasiado pero temía por el estado de la chica. Si algo le pasaba, haría que sus mejores amigos y su hermana la pasen mal, muy mal.

Salió de la escuela y corría mucho viento. Sentó a la chica en una banca del patio escolar y se inclinó en cuclillas frente a ella.

—Necesito que hagas lo que te diga, por favor —Virgo sabía por lo que pasaba la ariana, él lo había superado con la ayuda de su familia—. Inhala y exhala despacio.

Aries hacía un gran esfuerzo por hacer lo indicado por el chico, pero no lograba conseguirlo; cada vez más le costaba respirar.

—Mierda, Aries. Mírame y no apartes la mirada —el signo de Tierra acunó entre sus manos el rostro de la chica y sus miradas chocaron al instante—. Inhala y exhala.

Aries estaba tan perdida en la mirada de Virgo, hasta pensaba en no respirar para estar cerca de él así. Siempre.

—¡No, no, Aries! ¡Respira, maldita sea!

Virgo ya no sabía qué hacer y no quería entregarse a su negativismo pero, cerró sus ojos y los cubrió con sus manos. Aries distinguió su preocupación e inhaló con fuerza y esta vez, el aire recorrió con fuerza su sistema.

—Gracias —murmuró Aries y lo abrazó con fuerza, tomando desprevenido a Virgo.

El chico se quedó perplejo ante la actitud de su compañera y le correspondió el abrazo.

Ambos se sentían bien en los brazos del otro.

Ese fue el comienzo de una bella relación, el resto es historia para otra ocasión.