Leo & Piscis

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AVISO; este one shot contiene temática homosexual gay, si no es de tu agrado, te invito a retirarte

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AVISO; este one shot contiene temática homosexual gay, si no es de tu agrado, te invito a retirarte.

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Eran las cinco de la mañana cuando un joven muchacho peliazul despertó por el sonido que provocaba la lluvia al golpear contra el vidrio de la ventana. Quiso ponerse en pie para contemplar el lluvioso cielo, sin embargo, un brazo lo sujetaba por su torso y decidió no moverse para no despertar al chico a su lado.

Leo sonrió al observar el rostro sereno del rubio, quien dormía plácidamente al estar abrazado a la persona que más amaba en todo el planeta.

Habrían pasado entre treinta y cuarenta minutos desde que Leo había despertado, por lo que se cansó de intentar volver a dormir y no conseguirlo. Se giró un poco para quedar frente a frente con Piscis, quien estaba despertando al sentir el movimiento en la inmensa cama del leonino.

—Buenos días, bello durmiente —bromeó el peliazul mientras Piscis sonreía aún con los ojos cerrados.

—Buenos días, Leo —murmuró el rubio con su voz ronca, que sólo hizo ensanchar la sonrisa que el nombrado mantenía.

Leo acarició el rostro de Piscis y este último hizo lo mismo hasta encontrar sus labios para besarlos. Esta vez lo hacían lento a diferencia de la noche que compartieron juntos, donde sus cuerpos se movían veloces a medida que la situación aumentaba sus temperaturas corporales al sentir el deseo por estar el uno con el otro.

Dejaron de besarse al asustarse por escuchar el ruido del reloj despertador anunciando las seis de la mañana. Leo se maldijo mentalmente al recordar que tenía que ir a trabajar aquel día y el rubio notó que algo andaba mal al ver el rostro serio de su amante.

—Debes irte, ¿no es cierto? —inquirió y el peliazul asintió con pereza mientras se aferraba al moreno torso de Piscis—. No lo hagas más difícil, Leo.

—Es que eres como un imán para mi amor, ¿sabías? —comentó el dueño de casa, haciendo sonreír y sonrojar al pisciano cuando sintió los labios del contrario regando besos desde su clavícula hasta llegar a la comisura de sus labios.

—Vamos, tengo que ir a la facultad, no debo llegar tarde —se excusó Piscis a pesar de no querer dejar de sentir al leonino siendo tan cariñoso con él.

El peliazul bufó y se alejó de él para levantarse de su cama, proporcionándole una vista completa de su piel desnuda a Piscis, quien se mordía el labio inferior al recordar la pasión que sintió al adueñarse de ese pálido cuerpo la noche anterior. Sin quererlo, bajo las sábanas que aún cubrían la parte inferior de su cuerpo, sintió que una erección se hacía presente en él, odiándose en ese momento por no poder controlar su naturaleza biológica.

—Leo —lo llamó, intentando no sonar desesperado y al mencionado le pareció extraño el tono de voz que había utilizado el moreno.

El peliazul ya estaba vestido y se estaba peinando en el baño de su habitación, por lo que salió de allí y vio al rubio aún en su cama. Leo lo observó con una ceja enarcada, dándole a entender con su mirada si necesitaba algo.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora