One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]

Piscis & Cáncer

Narra Cáncer

Escucho el timbre anunciando el final de la jornada de clases y me dispongo a guardar mis apuntes dentro de mi mochila para poder irme. Espero a que mis compañeros salgan, ya que hoy es viernes y todos parecen animales en busca de su libertad. Aunque no voy a negarlo, yo también me quiero ir ya mismo.

Siendo la última, salgo del laboratorio de química y camino con tranquilidad por los pasillos apenas habitados por alumnos, hasta salir, encontrándome con la luz solar golpeando mi vista de repente. Bajo la mirada hacia mis manos y me coloco los audífonos, ya que tengo un largo camino a casa y no quiero caminar durante cuarenta cuadras en silencio.

Conecto los audífonos en mi celular y reproduzco mi lista de reproducción favorita. La voz de Shawn Mendes inunda mis oídos y al levantar la vista veo que un repartidor de tacos está viéndome. Me quedo quieta mirándolo de vuelta; esto es muy raro e incómodo, ni siquiera lo conozco...

Él está montado en una moto y lleva puesto su uniforme de trabajo, además de un casco que cubre su cabello. Decido ignorarlo y seguir con mi camino, puesto que voy varios minutos retrasada y mi madre seguramente me dará un castigo.

Al cruzar de vereda, paso cerca de él y escucho que murmura un «hola», al cual no contesto. Lo miro de reojo y él me sonríe tímido. Esto es demasiado raro.

Le subo al volumen de la música e ignoro mi alrededor, empezando a caminar más rápido. En un determinado momento, volteo a ver si el repartidor sigue mirándome pero ya no se encuentra fuera de la preparatoria, lo cual se me hace mucho más extraño, dado a que en ningún momento apagó el motor del vehículo.

(...)

Obviamente no le dije nada de lo ocurrido a mi madre, ella ya me hubiese dicho que ande con cuidado y que no hable con extraños, además de que también me hubiese castigado sin razones. Por suerte llegué temprano a casa y me salvé de un posible castigo.

—Entonces, ¿sólo te estaba viendo y ya? —pregunta mi mejor amiga, Virgo, con su ceño fruncido—. Esto no tiene buena pinta.

—No parecía mala persona —me encojo de hombros, cerrando la puerta de mi casillero. Hoy es lunes y ahora tenemos práctica de basquet, deporte que odio con todo mi ser.

—Para ti nadie parece mala persona, incluyendo a Acuario —ella señala con su mirada al susodicho, quien está hablando con un niño de primero sobre quién sabe qué.

—Sólo están hablando, deja de ser tan paranoica, Vir —le sonrío y ella rueda sus ojos mientras caminamos hacia la cancha de deportes.

Ella tiene una mirada sobre la vida mucho más crítica que la mía, sin embargo, yo puedo parecer un ángel inocente e indefenso pero, sé dónde está el peligro y dónde no.

Llegamos a la cancha y ya puedo ver desde lo lejos que la profesora no está de buen humor por su cara de pocos amigos. Me espera un día largo.

(...)