Hope (Serie Love 17)

Fingir

Hope

Estaba muy cansada.
El día fue intenso, pero las últimas horas acabaron con mis fuerzas.

Mis ojos se cerraron lentamente mientras sopesaba de nuevo todo lo ocurrido incluso el que Evan golpease a Travis.
Él tenía razón. Se lo merecía.
Solo esperaba que eso no tuviese consecuencias para Evan.

Sentí mi cuerpo relajarse mientras entraba en calor gracias a la calefacción y a los brazos de Evan, pero entonces...

-Tu no podrías desaparecer. Siempre te encontraría porque te amo, princesa Hope.

No debería, pero mi corazón se aceleró al oír sus palabras.

Suspiro contra su cuello y siento como reacciona a mi.
No han sido imaginaciones mías.

Muchas veces, cuando le veo ayudar en el rancho, y sobretodo cuando lo hace sin camiseta, mi mente se deja llevar y piensa en él de un modo nada inocente.
Exactamente igual que ahora.

El silencio llena el interior de la camioneta hasta que mi hermano lo rompe.

-¿Cuanto tiempo hace que amas a Hope?
-Posiblemente desde que tengo uso de razón. ¿Estás cabreado?
-No, Evan. No puedo cabrearme por eso. En realidad lo sospechaba. Incluso aposté con Faith. No me enorgullece, pero es la verdad.
-No pasa nada.

Pero si que pasa.
¿Que demonios les pasa a los hombres?
¿Y que es eso de hacer apuestas?
Voy a tener que golpear a alguien.

Mientras el silencio reina de nuevo, pienso en sus palabras de antes.
Evan me ama. Y yo...

¿A quien pretendo engañar?
Amo a Evan, pero todavía tiene que crecer. Tiene que vivir muchas experiencias y mi sueño de viajar no desaparecerá.

Si lo pienso un poco, la idea de viajar con Evan si me gusta. Me gusta muchísimo, pero él ama el rancho y la vida que este le ofrece.
Si, nos amamos, pero no funcionará.

Te amo, princesa Hope.

Mi hermano me llamaba así cuando era pequeña y con el tiempo, Evan lo hizo también.
Siempre me gustó, pero esta vez ha sido distinta.

El coche va desacelerado. Debemos estar llegando.

Siento a Evan acariciar mi rostro, después de apartarme el pelo de la cara y luego...

Oh, Dios, mío.

Sus labios rozan los míos y todo mi cuerpo despierta.

La puerta delantera se abre.
La luz interior de la camioneta se enciende y nuestros ojos se encuentran.

Pillada.

*****

Camino en silencio hasta la habitación en la que suelo quedarme cuando paso la noche aquí.

Supongo que es casualidad que se encuentre junto a la suya.
Nunca me ha importado. Hasta hoy.

-Buenas noches, Evan.
-Buenas noches.

Cierro la puerta a mi espalda sabiendo que él sigue ahí, que espera una explicación, pero no me veo capaz.

Camino arrastrando los pies hasta el cuarto de baño y me desnudo mientras espero a que salga el agua caliente.

Una vez bajo el agua, finalmente me derrumbo.

La cortina se abre y de pronto me encuentro envuelta en unos brazos fuertes que ya conozco.

-Estoy aquí.

Dejo salir todo lo que hay en mi interior hasta que las lágrimas se agotan.

Me aparto de él lo suficiente para ver que sigue vestido.

Nuestros ojos se encuentran por segunda vez esta noche.

-Escuchaste lo que dije en la camioneta cuando creí que dormías, ¿verdad?
Asiento.
-No espero que sientas lo mismo, y tampoco quiero que las cosas se vuelvan incómodas entre nosotros. Yo no puedo evitar lo que siento.
-Yo jamás te pediría eso, Evan.
-Solo quiero saber si hay aunque sea una mínima posibilidad de que puedas dejar de verme como al chico de quince años con el que creciste.

Aun consciente de mi desnudez, y sabiendo lo que siente por mi, no ha dado un solo paso en falso.
No ha intentado tocarme de modo indebido.
Y eso me hace amarlo más.

Levanto los brazos y acaricio su rostro antes de juntar mis labios con los de él.
Ya me preocuparé después de las consecuencias.
Ahora solo quiero estar un poco más entre sus brazos y fingir que todo va bien.

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Tranquila, Hope.  Te entendemos.
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