Five Seconds Of You { 5SOS Fanfic }

11.

*Narra Ashton*

Conduje rápido lejos del instituto.

-Lo siento.- Andrea no paraba de murmurar la misma palabra una y otra vez. Pero yo no respondía, no quería hablar con ella ahora y menos conduciendo.

Llegamos al muelle, cerca de su casa, y paré el coche.

-Lo siento.-repitió.

-Buenas noches Andrea.-murmuré sin mirarla.

-Ashton no fue mi culpa, ellas vinieron por nosotras.

-Bájate del coche.-dije enfadado-

-Ash, tienes que dejar de verlas como unas chicas inocentes, son unas zorras.-murmuró-

Me giré y la miré.

-Bájate del puto coche ahora mismo. No vuelvas a mirarme, ni a llamarme, ni a escribirme. Te perdono que haya habido una confusión pero no que llames zorras a mis mejores amigas.-dije rápido y en tono amenazante-

-Ashton cariño...

-¡Andrea baja del coche y olvídate de mi!-grité.

Andrea finalmente bajó y fue en dirección a su casa. Volví al instituto a buscar a Marta.

*Narra Luke*

Abrí la puerta y la dejé pasar.

-Bienvenida a mi guarida.-la miré sonriente mientras ella observaba cada pequeño detalle de mi sala de estar, como las fotos embarazosas de cuando era pequeño.

-¿Esto fue en tercero verdad?-señaló una foto mía con Calum en un sofá-

Asentí y sonreí.

-Vaya dos personajes.

-Érais muy monos.-sonrió y me miró- A mi me gustabas en esa época.-murmuró-

-¿En serio?-reí- Tú a mi también.

Bajó la mirada sonrojada y me dieron ganas de abrazarla, pero una vez más tuve que reprimirlo.

-¿Quieres que subamos y te deje algo más cómodo?-rompí el silencio-

Marta asintió y me siguió hasta mi habitación en la que le dí una camiseta mía ancha y salí para que se cambiara.

Bajé a la cocina en busca del botiquín y escuché unos sonidos fuera de la casa. Ya están los vecinos con la fiesta. Bufé y subí hasta la puerta, llamé y la escuché.

-Pasa.-murmuró y entré.

La ví con mi camiseta, el pelo recogido en un moño mal hecho y mirándose la herida en el reflejo que la luz hacía sobre la ventana.

-He traido algo para curarte eso.

Me miró y sonrió. Se mordió el labio y me acerqué.

-Siéntate.-sonreí y me senté a su lado en la cama.

Le curé la herida intentando que no le doliera y en silencio. Ninguno de los dos hablaba, pero no es un silencio incómodo, es más, es un silencio bonito. Yo la acariciaba y ella me miraba intentando que no me de cuenta, pero lo hice, y eso me hacía feliz, que me mirera de arriba a abajo y sonriera tímida.

Acabé con su herida y dejé las cosas en mi escritorio.

-Supongo que tendrás sueño.-giré y la vi sentada con las piernas recojidas sobre mi cama-¿Quieres dormir?

Para mi sorpresa negó con la cabeza.

-¿Tú quieres dormir?

Mentí y negué con la cabeza.