Capítulo 99

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Para las más de 30 semanas de embarazo, Olivia se mantenía muy ágil, sólo faltaba cerca de ocho semanas para que naciera el bebé, eso si alcanzaba a llegar a las cuarenta semanas, con Emily había soportado hasta las treinta y siete semanas de gestación. Ella aún negaba la opción de tomarse ya la licencia de maternidad, se sentía bien y no era grande aún para su tiempo de embarazo. Después de las advertencias del doctor procuraba comer bien y varias veces al día y si ella lo olvidaba, siempre estaba Elliot para recordárselo.

Antes de salir de casa en dirección al trabajo, ambos se encontraban abrazados de frente, era algo que realizaban constantemente, después de todo tenían que estar todo el día separados físicamente y era casi una tortura, estar tan cerca, pero tan lejos a la vez, es por eso que antes de salir se besaban y abrazaban tiernamente y en eso estaban...

—¿Sentiste eso? —preguntó Olivia casi saltando hacía atrás, separándose de Elliot. Él levanto una ceja, fue fuerte, por supuesto que lo había sentido, estaban tan unidos que sintió en su estómago el movimiento que se había producido en el vientre de Liv.

—¿Eso fue una patada? —preguntó Elliot poniendo su mano en la barriga de Liv.

—Sí —rió.

—Al parecer quiere demostrar que esta presente —dijo sin quitar su mano de su barriga.

—Yo sé todos los días que esta presente dentro mío... no es necesario que me patee —sonrió y puso su mano sobre la de Elliot, en el lugar donde había sido golpeada por su bebé—. Él esta moviéndose mucho en estos momentos... ¿puedes sentir? —preguntó, sintiendo una marea de movimientos en su interior.

Elliot asintió, prestando atención a su vientre.

—Auch... —se quejó. Él la miró para saber que estaba mal.

—¿Qué es? —preguntó al notarla visiblemente adolorida, su frente surcada por la sensación.

—El bebé esta debajo de mis costillas, Dios... es incómodo.

—Esta tratando de llamar nuestra atención —sonrió—. Hombrecito... —hizo círculos en la barriga de Liv calmando a su hijo—, pequeño... no hagas sufrir a mamá...

Olivia sonrío ante la ternura de Elliot al hablar con su pequeño bebé creciendo en su interior.

—Creo que esta funcionando... —suspiró profundamente al no sentir el malestar, sentir a su bebé era una de las cosas más maravillosas del embarazo pero muchas veces llegaba a ser incómodo—. Vas a tener que enseñarle que se comporte... duele cuando patea tan fuerte.

—¿Estas lista? —preguntó, tenía ambas chaquetas ya en la mano.

—Dame un segundo, no me he despedido de Emily...

Fue a la habitación, la pequeña estaba en su cuna tomando el biberón que Elliot había preparado para ella. Cinthia llegaba siempre unos minutos antes de que ellos se fueran, pero siempre procuraban que al menos uno de los biberones fuera preparado por uno de ellos.

—Te amo bebé —se agachó para besar su frente, el lateral estaba abajo, de lo contrario habría sido imposible poder despedirse de su hija. Emily se sacó el chupete del biberón de la boca.

—Te amo mami.... —dijo en su voz dulce e infantil.

—Emily esta en su habitación... —informó Elliot a la mujer, habían perdido completo contacto con Teresa y ya sabían que no tenían posibilidad de que retomara el cuidado de la pequeña, pero Cinthia era una gran persona también, no hacía problemas por las horas adicionales, significaba un pago extra que ella recibía.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora