Capítulo 88

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Pasaron un par de minutos desde que Andrew prácticamente había sido expulsado de la tienda comercial. Olivia había apoyado su frente en el hombro de Elliot, para poder mantenerse, sus mejillas estaban brillosas por las lágrimas.

—Shhh... esta bien —dijo él intentando calmarla.

Aún mantenía a Emily en su cadera. Ella levantó la cabeza, la mano libre de Elliot estaba en la mejilla de Olivia, secando los rastros de lágrimas. Se había apoyado en un instante, sus manos haciendo círculos en su vientre.

—El... —buscó alrededor, no había nada—, tengo que sentarme, necesito sentarme —murmuró entre labios.

—Alguien puede traerme una silla o algo por favor —pidió con urgencia, mirando a la gente a su alrededor.

En cosa de segundos habían traído un piso.

—Esta bien cariño —la ayudó a tomar asiento—. Respira cariño... —ella tenía que regular su respiración para bajar su presión arterial, que estaba segura se había ido a las nubes en cuestión de minutos.

Alguien había traído un refresco para ella y para Emily unas galletas. La niña aceptó previo visto bueno de Elliot.

—Gracias... —susurró Liv, no le gustaba llamar la atención y se sentía realmente incómoda con toda esa gente alrededor—. No... no puedo creer que realmente sea capaz de hacer esto —dijo sintiendo que Andrew prácticamente los estaba acechando—. ¿Cómo llego hasta aquí El? Estamos a solo unas cuadras de casa, puede saber donde vivimos y un día...

—Liv... —se acercó a ella un poco más. Ella suspiró.

—Yo sé... pero no puedo dejar de imaginarme tantos escenarios. Si él llegó hasta aquí puede perfectamente llegar a nuestra casa. Esto no es una coincidencia, yo lo sé.

Una vez que ella se tranquilizó decidieron finalmente ir a casa, Liv insistió en terminar las compras una vez que se encontraba más tranquila, después de todo sus planes seguían en pie y tenía un pequeño ejército que alimentar el fin de semana.

Había llegado por segunda vez el día del juicio, hace una semana se había pospuesto, pero esta vez si se iba a dar curso a él. Domingo había sido claro en eso.

Olivia estaba sentada en los banquillos fuera de la sala de la corte, Emily estaba en brazos de Elliot con su cabecita apoyada en su hombro. La niña estaba increíblemente tranquila, a diferencia de Olivia que era un torbellino de emociones. Se secó la palma de la mano en su pantalón por lo que fue la centésima vez, estaba sudando a la espera de que fueran llamados al interior de la sala. Habían llegado temprano para hablar con Domingo, todo había quedado bastante claro, al menos inicialmente, ellos no dudaron al ponerlo al tanto de lo que había ocurrido en el supermercado hace un par de días atrás, siempre tenían que tener preparado algo en caso de que la parte contraria atacara de algún modo.

Elliot estaba pendiente de ella por cualquier signo de malestar que ella presentara, nada de esto le hacía bien. Ella sacudió la cabeza, simplemente no podía creer que esto estuviera pasando, había tenido tiempo para prepararse psicológicamente, pero aún así nada no era suficiente, el momento la estaba consumiendo.

—Respira Liv... —instruyó Elliot dulcemente, había visto como ella se llevaba la mano al vientre y había hecho una pequeña mueca, sin duda el estrés estaba traspasándose al bebé.

Ambos levantaron la vista cuando sintieron el ruido de la puerta al abrirse. Salió un oficial de la corte con una hoja, el hombre le dio una mirada al listado.

—Roswell v/s Benson —indicó el funcionario llamando a ambas partes.

Olivia respiró profundo, tratando de calmarse, o al menos intentándolo. Domingo estaba esperando en el interior.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora