Capítulo 74

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—Tribunal de familia.

Elliot prácticamente corrió a su lado cuando la vio perder el equilibrio.

—Liv, aquí —puso su mano en el brazo de ella para darle estabilidad y la condujo hasta la silla más cercana, que en este caso era la de su escritorio.

La situación no pasó desapercibida por Fin y Munch ya que los cuatro habían estado conversando solo minutos atrás cuando fueron interrumpidos por el hombre, luego de eso vieron por la expresión de Olivia que no era nada bueno.

—Cariño... siéntate —dijo suavemente ayudándole con la silla, en ese momento no le importaba ser amoroso con ella aunque estuvieran en el centro de la sala y frente a sus compañeros de trabajo, estaba realmente preocupado por lo que estaba pasando.

El color había desaparecido de su rostro, tenía el sobre arrugado y aferrado a su pecho. Las lágrimas comenzaron a caer casi de inmediato pero ella no hablaba por lo que nadie sabía que era lo que estaba sucediendo.

—Liv... ¿puedo? —preguntó Elliot para que ella le entregara la carta.

Ella sacudió la cabeza, negándose, aún no podía asimilar lo que había leído. Lo había esperado hace mucho tiempo atrás pero luego de meses de tranquilidad pensó que simplemente nunca iba a suceder, hasta ese día.

—Fin, ¿puedes traerme un vaso de agua? —pidió Elliot con urgencia. Su compañero asintió y se fue de inmediato a buscar un vaso de agua a la cocina habilitada para todos ellos—. Respira cariño —instruyó Elliot al ver que ella se ahogaba en el llanto.

Fin llegó con el vaso y se lo facilitó a Liv. Ella lo aceptó, dio un tímido sorbo y se aclaró la garganta para hablar.

—Está bien Liv... está bien —acarició su mejilla, tratando de tranquilizarla. El estrés no era bueno para ella, ni para el bebé, sobre todo con los antecedentes del embarazo anterior.

Ella respiró profundamente para poder hablar serenamente.

—Es... es una orden del Tribunal de Familia —susurró sin soltar el papel. Fin, Munch y Elliot estaban a su alrededor. Elliot estaba hincado frente a ella, apoyado en sus rodillas—. A... Andrew está solicitando la custodia de Emily —añadió con la voz temblorosa, llevándose la mano a la boca para ahogar un lamento—. Él está pidiendo la custodia de nuestra hija... Elliot —se ahogó en sus palabras—. Pensé... yo creí que no lo iba a ver nunca más —sollozó.

Ella tenía muy presente la amenaza que él había hecho cuando estaba en el precinto de que se iban a volver a ver. Su esperanza siempre fue que era solo eso, una amenaza, pero ahora con esa carta entre sus manos se dio cuenta de que siempre dijo la verdad.

Elliot procuró mantener sus emociones contenidas, aunque realmente quería golpear algo, de preferencia alguien de nombre Andrew, pero en este momento necesitaba en realidad preocuparse de las emociones de Liv, cuidar de ella y asegurarse de que ella supiera de que todo iba a estar bien.

—Liv, escúchame —pidió Elliot tratando de ser suave, sabía que su estado emocional en esos momentos estaba delicado. Secó sus lágrimas—. Todo va a estar bien, vamos a hablar con Casey para que nos explique en qué posición estamos conforme a la demanda y nos recomiende un buen abogado... todo va a estar bien.

—¡Maldición Elliot! ¡¿No entiendes?! —preguntó subiendo el tono de voz—. Me quiere quitar a mi hija y tiene todo para hacerlo —ahogó un llanto que venía desde su corazón—. Él... él tiene dinero, tiene una familia que lo apoya, tiene influencias... ¡No entiendes!

Su intención no era gritarle, pero las palabras salieron más fuertes de lo que había deseado. Se quedó en silencio y pudo ver el dolor en su rostro.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora