Capítulo 105

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—¿Olivia estas ahí? —ella había perdido comunicación durante todo el tiempo.

—Aquí estoy... —respondió, se mantenía pegada a su escritorio, pendiente de lo que sus compañeros estaban haciendo.

—No lo hemos encontrado... no hemos encontrado al violador —aclaró—, pero tenemos al pequeño —agregó con cierto alivio en su voz.

—¿Él esta bien? —preguntó Olivia al teléfono, claramente no estaba preguntando por el sospechoso.

—Los paramédicos lo están revisando en este momento... —contestó aliviado y mirando al niño sentado en la camilla dentro de la ambulancia sólo a un par de metros de él. Ellos habían llamado a una ambulancia una vez que habían encontrado la casa del violador, desafortunadamente no habían llegado al hombre pero por fortuna tampoco había ninguna victima—. Vamos a llevarlo al precinto... tenemos que interrogarlo —agregó sin dejar de observar al niño pequeño.

—Detective... —él miró al paramédico que lo estaba llamando.

—Me están llamando cariño, hablamos cuando lleguemos a la estación.

Olivia asintió al otro lado del teléfono, la señal se había perdido desde que ellos salieron del coche hasta que salieron, por lo que ella no estaba al tanto de todo lo ocurrido, tenía que esperar hasta que todos llegaran.

Elliot tomó al niño para bajarlo de la ambulancia.

—¿Esta bien? —preguntó al hombre que lo había revisado.

—Un poco desnutrido y deshidratado, no lo han estado alimentando como debería —indicó el paramédico—, pero no es grave por lo que no es necesario que lo lleven a un hospital.

El niño visiblemente no tenía heridas, ni golpes, Elliot tenía que llevarlo ahora para hablar con él y poder recabar más antecedentes para el caso, aunque ahora lo que le importaba era la salud física y mental del niño.

—Capitán... estamos listos para irnos.

El resto de la pandilla habían estado golpeando puertas para ver si algún vecino había notado algo extraño o podían dar una descripción de quien buscaban, solo pudieron entregar antecedentes vagos.

Todos llegaron al recinto luego de un viaje en silencio. El niño se veía que estaba cansado, había viajado en la parte trasera del automóvil que conducía Elliot. Él tenía la duda si el pequeño iba a poder resistir un interrogatorio a esa hora de la noche. Don había hablado con cada una de las oficiales que habían prestado asistencia y se comprometió a darle los correspondientes agradecimientos escritos a sus oficiales superiores y además del agradecimiento para cada una de ellas. Posterior a eso cada una fue libre de retirarse de la escena.

Cuando ingresaron,  Elliot vio el escritorio vacío de Olivia pero su chaqueta aún estaba colgando del respaldo de la silla, por lo que ella aún se encontraba ahí.

—¿Dónde esta? —preguntó Olivia cuando ingresó a la sala principal. Elliot le dio una mirada de pregunta silenciosa—. Estaba en el baño —dijo, sus compañeros estaban a metros de ellos.

—Esta en la sala de niños... —contestó, un lugar lleno de juguetes podían motivar y alegrar al pequeño.

—¿Quién va a hablar con él? —ella rogaba que Cragen dejara que hablara con el niño.

—Don me dijo que si querías podías hablar tu con él.

Ellos habían hablado en el auto antes de llegar y Elliot estaba seguro que el pequeño se iba a sentir seguro con Olivia, por su parte Cragen estuvo de acuerdo.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora