Capítulo 119

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—Ustedes saben que Emily ha estado enferma hace algunos días —todos asintieron nuevamente, habían estado el fin de semana en su casa y lo habían podido notar—. Ella se volvió muy enferma hace dos días... —tomó una respiración profunda—. Tuvimos que llevarla con Olivia hasta el hospital nuevamente —se podía ver el cambio de expresión de parte de los niños—. Le hicieron algunos exámenes... —respiró nuevamente—. Emily tiene leucemia...

La sala quedó en silencio rotundo, solo la respiración inundaba el lugar. Elliot vio el rostro de sus cuatro hijos, sin duda ellos no tenían palabras. Kathy respiró con angustia, sin duda era algo peor de lo que ella había asumido cuando Elliot había pedido hablar con los niños.

—¿Dónde esta? —preguntó Kathy. Elliot giró la cabeza para verla.

—En el Mercy... unidad oncológica infantil —no importa cuantas veces lo dijera, nunca se volvía mas fácil.

—Es un excelente hospital —dijo Kathy dándole algo de alivio.

—Olivia esta con ella en estos momentos. Ella... —no debía quebrarse frente a sus hijos, había prometido que iba a tratar de ser tan fuerte como le fuera posible, transmitirles tranquilidad a sus hijos—. Están realizándole algunos exámenes, para luego determinar la magnitud del tratamiento —él sólo rogaba que no fuera nada invasivo—. Ella esta muy débil en este momento... —informó, no les iba a mentir a sus hijos—, pero tenemos esperanzas y vamos a confiar en que todo va a estar bien —dijo luchando por dar la impresión externa al menos de estar tranquilo.

—No puedo creerlo —dijo Kahtleen con un dejo de malestar en su tono de voz—. Ellas han tenido que pasar por tanto... no es justo —añadió secándose un par de lagrimas.

—Yo sé cariño, sin duda no es justo —asintió, él tenía también este sentimiento de rabia pero también era un hombre católico y no estaba dentro de sus creencias poner en duda la obra de Dios.

—¿Podemos ir a verla? —preguntó Maureen.

—Por favor papá —pidió Lizzie sumándose a la conversación, los gemelos habían estado bastante callados.

Elliot miró a Kathy para la aprobación. Ella asintió, no tenía corazón para decirle a sus hijos que no podían ir a ver a quien consideraban parte de la familia.

—Vamos a ir a buscar nuestras cosas —ellos no iban a perder un minuto de tiempo.

—Esta bien chicos, voy a llamar a Olivia —tenía por supuesto que advertirle a Liv que iba a volver con todos los niños.

Se quedaron ambos adultos en la habitación.

—¿Estas bien? —preguntó Kathy, aún preocupada por el bienestar del hombre que fue por tantos años su esposo.

—No sé —respondió sinceramente, él aún se sentía dentro de una pesadilla y que en cualquier momento se iba a despertar.

—Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites —dijo ella apoyando su mano en el antebrazo de Elliot como un gesto.

—Aún no lo puedo creer.... —aceptó un vaso de agua de parte de Kathy.

—¿Cómo esta Olivia?

—No habla mucho en realidad —contestó resumiendo como habían sido sus dos días—, y estoy preocupado, es inevitable que se estrese por todo esto... y ella esta embarazada —no tenía necesidad de entrar en mas detalles, Kathy estaba al tanto de las complicaciones—. Me hice los exámenes. Es posible que necesite transplante de médula...

Kathy era enfermera por lo que claramente tenía conocimientos del tema, ella no iba a explicarle que las posibilidades no eran muchas al no ser el padre biológico, estaba segura que él ya lo sabía.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora