Capítulo 15

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Olivia estaba en el cuarto de baño, luchando para no gritar a Elliot por ayuda, definitivamente tomar una ducha con un brazo vendado y una pierna inmovilizada no era la cosa más fácil del mundo, pero como ella era una mujer muy terca y aún autosuficiente su instinto fue mucho más fuerte y se quedó en silencio. Luchó en la bañera para ponerse de pie. Elliot le había dejado una toalla grande para ella en la tapa del baño, y ella había ido a su cuarto a buscar ropa interior y el pijama, no iba a salir cubierta solo con una toalla del cuarto de baño, no ahora que Elliot estaba en su sala de estar.

Elliot estuvo prestando atención a los sonidos del baño. Cuando finalmente entendió que no iba a ser requerido empezó a a buscar en uno de los muebles de Liv algo de ropa de cama, unas frazadas y una almohada para poder dormir en el sofá. Había sido claro en que no iba a salir de su departamento por lo menos durante los dos días, él insistió en que eran las indicaciones que el médico le había dado cuando ellos habían conversado sobre el alta médica antes de tiempo. Olivia no se atrevió a refutarlo, después de todo gracias a él ella estaba por fin en casa.

Le había costado tiempo, pero Olivia finalmente estaba de pie, vestida con su pijama y una toalla más pequeña en su cabeza, cuidando su pelo húmedo. Las muletas estaban apoyadas en la pared junto al inodoro. Sólo vestirse había sido casi una odisea. Tenía la respiración agitada de los esfuerzos que tuvo que realizar para llegar a eso. Salió lentamente del cuarto de baño, balanceándose sobre ambas muletas y llego a la sala de estar. En el sofá estaban dobladas las frazadas y había una almohada, Elliot había estado un paso delante de ella, él tenía casi lista las cosas para su cama improvisada.

—¿Te sientes mejor después de la ducha? —preguntó Elliot al verla de pie en el marco de la entrada de la sala de estar.

—Una ducha siempre me pone de buen ánimo —respondió sonriendo, ese era uno de sus placeres, sobre todo tomar una larga ducha en su tina, con algunas esencias y velas, claro que esto lo había dejado hace mucho tiempo, ahora todo su tiempo iba a Emily.

—¿Quieres ver una película o algo? —preguntó no muy seguro, aún era temprano.

—Claro —retomó su camino hasta el sofá—. ¿Algo en especial? —preguntó sentándose a su lado.

—Mientras no sean esas comedias románticas cursis todo bien —sonrió, él sabía que Olivia no era ese tipo de chica.

Optaron por una película de acción, con la línea de trabajo que ellos tenían, adoraban la adrenalina y por supuesto la acción.

El pijama de Liv era una polera y un pantalón corto, que le permitía a Elliot ver bastante piel, pero él se concentró solo en una cosa, su pierna herida.

—¿Cómo está tu pierna? —preguntó consciente de que debía estar aún adolorida.

—Mejor en realidad —contestó, aunque era mitad de verdad, estaba mejor que hace un día atrás, pero aún era un dolor muy fuerte.

—¿Quieres un calmante? —preguntó—. Te va a ayudar a conciliar el sueño —aseguró, recordando que aún tenía problemas para dormir.

Ella asintió.

—Dame un minuto voy por él —dijo Elliot poniéndose de pie, fue a la cocina por un vaso de agua y volvió con dos pastillas para ella. Liv arqueó una ceja, en silencio preguntando porque dos—. El analgésico y el antibiótico —, respondió a la pregunta no generada.

—Oh, lo había olvidado —se disculpó Olivia, era pésima para seguir un régimen de medicación, motivo por el cual no tomaba pastillas anticonceptivas.

Elliot le extendió el vaso, ella lo aceptó agradecida. Se llevó ambas pastillas a la boca y dio un gran sorbo de agua.

—Gracias —le devolvió el vaso y le dio una sonrisa de gratitud.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora