Capítulo 43 (+18)

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Elliot ayudó a Oliviaa llegar hasta la ambulancia aunque ella se sentía más segura sobre sus piernas.

—Sólo uno puede ir con ella —advirtió el paramédico.

Elliot automáticamente se retiró. Olivia subió en la parte trasera, su corazón le dolía al ver a su hija pequeña siendo pinchada por los paramédicos para ponerle una IV.

—Estoy aquí bebé. Mamá está aquí —susurró, fueron casi las mismas palabras que Elliot había usado con la niña previamente.

Uno de los paramédicos cerró la puerta y el otro se fue a conducir.

Diez minutos más tarde llegaron al hospital. Elliot y Fin habían ido detrás de la ambulancia, Elliot quería estar lo más cerca posible de Emily. El doctor que recibió a Emily no permitió que Olivia entrara con ella, a pesar de sus protestar.

—Liv —la llamó Elliot suavemente, no necesitaba alterarla más. La abrazó—. Está bien bebé... ella está bien.

—Yo... —empezó a sollozar—, no lo vi venir —tragó saliva—. No lo vi venir. Nos golpeó fuerte... puede haber dañado a nuestra bebé.

—Liv... tranquila cariño. Yo la pude ver, ella estaba bien, sólo tienen que revisarla.

—Siento lo de tu auto —dijo luchando por tranquilizarse y por calmar el ambiente. Elliot soltó un pequeño gemido.

—Me da igual lo que le pase al auto. No me importa, mi vida, lo importante es que no les paso nada a ustedes.

Elliot la condujo hasta la sala de espera.

—¿Puedo llamar a un doctor? —preguntó una vez que ambos se lograron sentar.

—¿Para qué? —preguntó sin dejar de observar la puerta donde rogaba a Dios saliera alguien pronto para saber de su niña.

—Para ver tu frente Liv, necesitas puntos —indicó sin dejar de observar su frente herida.

—Cuando sepa de Emily —respondió sin siquiera parpadear.

Elliot soltó una respiración agotada, nada sacaba con insistir más.

—Está bien.

Cerca de veinte minutos más tarde Olivia reconoció el doctor que estaba saliendo de las puertas divisorias de urgencias y de la sala de espera, era el doctor que no le había permitido entrar con su hija así que se puso de pie lentamente.

—Doctor.

—¿Ustedes son los padres de la bebé que estuvo en un accidente de auto? —preguntó el doctor viendo la ficha que tenía en sus manos, ni siquiera se habían tomado el tiempo de preguntar el nombre de la bebé.

—Somos... nosotros somos sus padres —contestó nerviosa—, y su nombre es Emily —agregó, le había dado un nombre por una razón.

—¿Cómo esta Emily? —preguntó Elliot que se había puesto al lado de Olivia, pasando su mano detrás de su espalda, apoyando su palma en la mitad de la espalda de ella. Sabía que estaba nerviosa, alterada y esperaba que su toque la calmara, y lo hizo. No habían ni siquiera dado tiempo al doctor para presentarse. El doctor los observó, tratar con los padres era difícil.

—Emily está bien —dijo el doctor observando a ambos frente a él—. Sin embargo, por seguridad quiero dejarla un par de horas en observación —añadió, antes de que ninguno de los dos dijera algo él se adelantó—. En los niños pequeños es difícil poder saber si tiene síntomas de conmoción. La radiografía salió bien. Ella está bien pero prefiero mantenerla en observación.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora