Capítulo 80

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Emily abrió sus ojitos al escuchar el sonido de las voces de sus padres. Fijó la mirada en Elliot.

—Papi... —susurró, su voz era baja y débil, no de la forma que Elliot estaba acostumbrado a ser recibido por su niña.

—Hola cariño —pasó su mano por el cabello. Liv había tenido que tomarle el resto de cabello en un moño rápido cuando la niña se había enfermado—. Mamá me dice que te duele la barriga —la niña movió la cabeza afirmativamente y se acurrucó aún más cerca de Olivia.

—Ha estado así toda la tarde —dijo en relación a lo decaída que estaba la niña—. Por lo menos los vómitos cesaron, eso es una cosa buena —ante tan sólo la mención de vómitos el estómago de Liv se revolvió.

—Ahora tenemos que bajar su temperatura —vio como Liv se masajeo la frente—. ¿Estás bien?

—Sólo me duele la cabeza.

—Demasiadas cosas —dijo sin necesidad de entrar en más detalles—. Vamos a hacer lo siguiente, voy a darle un baño para bajarle la temperatura mientras tu te vas a la cama a descansar —agregó por el tono de voz utilizado claramente no era una pregunta o una opción, por lo que ella no tuvo más opción que estar de acuerdo—. Yo lo manejo desde aquí.

Tomó a la niña suavemente de entre los brazos de Olivia y se fue en dirección al cuarto de baño.

—¡Elliot! —recordó que no había tenido estomago para limpiar la habitación y el baño después de los vómitos de Emily. Él se detuvo por la urgencia en la voz de Olivia.

—¿Qué pasa? —preguntó alarmado.

—El piso está sucio —se encogió de hombros ante la sensación de repugnancia, antes del embarazo ella no tenía problemas con esas cosas pero durante las últimas semanas se había vuelto asquienta—. Lo siento, no pude limpiarlo.

—Está bien amor —se devolvió hasta quedar frente a ella—. Tu estomago te esta molestando —sonrió.

—Sí... este pequeño es un poco sensible —puso su mano sobre el pequeño bulto.

—Ve a la cama Liv —dijo casi ordenándole, pero siempre acompañada la orden de una dulce sonrisa—. Voy a darle un baño a Emily... voy a llevarla a nuestra habitación para que tengamos un ojo en ella durante la noche...

Olivia solo se limito a asentir y se fue en dirección a la habitación, su cabeza estaba matándola y el cuello también por su posición incómoda en el sofá mientras procuraba velar el sueño de su hija.

A pesar de sus mejores intenciones de quedarse en cama su impulso fue otro. Por lo general la hora del baño de Emily era divertida para la pequeña, llena de burbujas, juguetes en el agua, era un momento de relajo. Liv caminó hasta el cuarto de baño, Elliot estaba hincado al lado de la bañera mientras le rociaba agua tibia en el cuerpo de la niña y para su sorpresa la pequeña estaba tranquila. Cuando Elliot escuchó los pasos de Liv levantó la mirada y la fijó hacía la puerta, donde ella estaba apoyada.

—Creí que te había dicho ir a la cama —indicó Elliot, mientras se fijaba en que Emily no se cayera hacía atrás.

—Yo estaba en la cama... —sonrió—, pero me dieron ganas de hacer pis —añadió como mentira piadosa, en realidad ella quería saber como iban las cosas.

Elliot dio una mirada incomoda al inodoro, habían hecho muchas cosas pero hasta ahora ninguno de ellos había orinado en presencia del otro. Olivia soltó una carcajada ante la mirada desencajada de Elliot, que incluso hizo saltar a Emily.

—Tranquilo amor... puedo esperar —dijo ella, por suerte era falso que tenía ganas de orinar pero sin duda su situación podía cambiar en cualquier minuto—. ¿Ella esta bien?

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora