Capítulo 146

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Seis meses, hace seis meses atrás Elliot le había pedido ser su esposa y allí estaba ella, vestida de blanco, frente a un montón de gente que vino para compartir su felicidad. La ceremonia había sido hermosa, ella no era una mujer católica, nunca fue una mujer creyente pero las palabras que decía el padre en la ceremonia habían calado profundamente en ella.

—Amor, ¿estas bien? —preguntó Elliot al notarla callada, el resto de los invitados estaban en la recepción, degustando cada una de las comidas que se habían dispuestos para disfrutar después de la ceremonia.

—Estoy bien... —contestó ella con una sonrisa. El salón estaba lleno, mayoritariamente de gente del trabajo y la familia más cercana de Elliot, por parte de Liv no había nadie—. Me hubiera gustado que estuviera aquí.

—¿Tu madre? —preguntó rodeando su cintura.

—Sí... —susurró—, no éramos las más cercanas... pero me hubiera gustado que me viera feliz —volteó para enfrentarse a Elliot y mirarlo a los ojos—. No me voy a cansar de repetirlo Elliot... —hizo una pausa mientras sus brazos se apoyaban en los hombros de Elliot—, me has hecho la mujer más feliz del mundo —se acercó para besar sus labios, el segundo beso como marido y mujer.

—Tu sabes que ella de una u otra forma esta aquí Liv... —sabía que ella no era una mujer muy espiritual pero estaba seguro que Serena Benson estaba con ella en la habitación—. Volvamos a la fiesta... —tomó su mano para que volvieran al salón. Él quería tener una pieza de baile con ella esta noche, la llevó al medio del salón—. ¿Te he dicho esta noche que te ves hermosa? —le susurró al oído.

—Creo que esta es la décima vez... —rió—, pero me encanta que lo digas —cuando Liv había aparecido en el pasillo de la iglesia del brazo de Cragen la boca de Elliot casi cayó al suelo, el vestido era sencillo pero ella lo hacía notar sofisticado con su hermosura y elegancia. Había buscado junto a Casey el vestido perfecto y un día mientras estaban mirando apareció y ella supo de inmediato que era el elegido.

Elliot puso su mano en la cintura para apretarla más cerca a él, antes de ir a buscarla había pedido a la banda que tocaran música lenta para disfrutarla con ella. Pocas parejas en la pista. Eran prácticamente sólo para ellos dos.

—Te amo... —dijo Liv besando sus labios.

Él la guiaba a través de la música. El resto de los invitados los observaba con admiración. El amor inundaba el salón de eventos y emanaba de esa hermosa pareja que floraba en la pista de baile. Cuando la música se detuvo ellos se quedaron abrazados un par de minutos más.

—Te amo preciosa... —respondió Elliot besando su frente.

Todos sus amigos estaban allí con ellos. Don, Fin, Munch, Casey, Kathy y los niños. Todos compartiendo su felicidad, después de doce años de espera eran finalmente marido y mujer.

—¿Serán Stabler y Stabler? —preguntó Munch riendo, si era así en el trabajo iba a ser muy confuso.

—No Munch... —respondió Olivia—. En el trabajo seguiré siendo Benson pero fuera voy a ser la Sra Stabler —dijo con una enorme sonrisa, ella lo había pensado durante mucho tiempo y había optado por llevar el apellido de su marido.

***

—¿Cómo esta? —preguntó Liv acercándose a Maureen que tenía a Matías entre sus brazos, el bebé de ocho meses fijó la mirada en su madre y estiró los brazos para ser cargado por ella.

—Bastante tranquilo —respondió la chica pasando el bebé a Liv.

—Hola cariño —saludó Liv besando la frente de su hijo, sin importarle que con los zapatos ensuciara el vestido. Emily por su parte andaba detrás de Lizzie y Dickie que estaban bailando en la pista de baile.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora