Capítulo 129

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Olivia podía escuchar la voz de su hija llamando insistentemente por ella. Estaba aún recostada en su cama, tratando de descansar lo más posible, había pasado una mala noche, sintiendo un par de dolores que la habían despertado pero que en la mañana ya habían desaparecido.

—¡Mami! ¡Mami!... ¡Mami! —gritó ansiosa Emily en su cuarto.

—Ya voy cariño... —susurró Liv inclinándose para quedar apoyada en la pared, levantarse era casi todo un ritual, su espalda le dolía constantemente, sus tobillos y pies estaban adoloridos e hinchados—. Hija, ¿qué pasa? —preguntó bostezando, aún no eran las diez de la mañana y Emily ya estaba irradiando energía.

—A la piscina... —dijo la pequeña quitándose las tapas que la cubrían.

—Cariño, es demasiado temprano para ir al agua —sonrió ante la ansiedad y el entusiasmo de su hija, sin duda había heredado su amor por el agua. La pequeña cruzó los brazos sobre el pecho en señal de disgusto.

—Pero ya hay luz —dijo la pequeña, sin deseos de rendirse fácilmente.

—Por supuesto que hay luz tesoro... simplemente es demasiado pronto aún para salir a la piscina. Vamos a tomar desayuno, llamar a papá y te prometo que después vas a poder ir a la piscina —dijo Liv sin dejar de sonreir ante las caras que ponía su hija.

—Bien —respondió sabiendo que con mamá era difícil discutir.

Elliot había dejado todo prácticamente listo para que ellas tomaran desayuno, una forma de aliviarle el trabajo a Liv, iban a estar en casa sólo las dos durante las tres semanas que faltaban para el nacimiento del bebé. Liv había insistido en que no necesitaba la ayuda de Cinthia para mantener la casa y cuidar de la pequeña y obviamente su terquedad había ganado, por lo que Elliot accedió a darle un tiempo libre a Cinthia, siempre que Liv estuviera a la altura.

Luego de tomar el desayuno y darle el biberón a Emily, Olivia echó un poco de ropa de Emily a lavar, como toda niña pequeña ensuciaba bastante ropa, mientras ella se entretenía viendo Dora. Afortunadamente sus ansias por salir a la piscina se habían calmado bastante y había sido centrada a la televisión.

Cerca del medio día Liv había terminado la mitad de los quehaceres de la casa. Tenía aún que ordenar algunas cosas pendientes del cuarto del bebé. Había recibido varios regalos durante los últimos meses ya que había insistido en no querer una fiesta, ahora con algo más de tiempo disponible podía terminar de ordenar. Elliot había terminado de pintar el cuarto ya que ella se cansaba y era peligroso que estuviera subiendo y bajando la escalera apoyada a la pared para pintar, había quedado simplemente hermoso. Iba a tomar un pequeño respiro antes de continuar, por lo que se sentó junto a Emily para descansar.

—¿Cómo esta Olivia? —preguntó Fin, Elliot estaba completando algunos formularios, no había mucho que hacer afortunadamente, por lo que lo mejor era avanzar en documentación.

—Embarazada... —respondió sonriendo, una hermosa sonrisa en realidad.

—Puedo decir eso... —dijo Fin sonriendo, para cualquiera era imposible pasar desapercibido su vientre, aunque no era grande pero era visiblemente de embarazo.

—Esta cansada, ansiosa, asustada... cualquier sentimiento que pienses... ella lo tiene —dejó de lado la documentación por algunos minutos—, y esta obstinada en hacer las cosas sin ayuda. Me pidió que Cinthia dejara de ir. Ella quiere hacer las cosas, quiere que seamos solo nosotros en casa durante las primeras semanas del bebé en casa —añadió, habían tenido esa conversación antes de que Emily estuviera en el hospital, Elliot había sugerido obtener algún tipo de ayuda durante los primeros días después de la cesaría de Liv para ayudar en la casa, ya que él se iba a preocupar de Emily. Ella había sido clara, era capaz de cuidar de todo.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora