Singularidades

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Eran más o menos las cuatro de la tarde... la nieve y el frío de aquel día no impedía el que el ambiente en el que se respiraba en el pueblo de Hotaru fuera uno de calma mezclado con el ajetreo normal de las personas que caminaban por sus calles.

Ryo y los demás habían logrado llegar a su hogar, salvándose por los pelos antes de que Harumi decidiera tomar cartas en el asunto, llevándose únicamente una advertencia por parte de dicha mujer lo suficientemente eficaz como para erizar tanto el cabello como el pelaje de aquellos que corrieron con la suerte de no llegar demasiado tarde a su hogar para el almuerzo.

No pasó mucho cuando Harumi y Hanako se retiraron de la casa para ir a trabajar en el hospital, mientras que Takeshi y Hiyori, junto con Haruko y Yoshiro el cual se había tomado el día libre por los propios actos cometidos en la capital, simplemente se quedaron descansando en la casa en compañía de aquel pequeño Riolu y Fennekin, a la par que Takeru se mantenía meditando y entrenando a un lado de la casa.

La escena ahora nuevamente volvía a centrarse en las calles de Hotaru... a la par que los pasos de las personas que ahí transitaban eran fácilmente escuchables, junto además con las típicas conversaciones u otros sonidos los cuales no poseían mayor relevancia.

Ryo era el único que se encontraba fuera del hogar al igual que Harumi y Hanako, su caminar levemente apresurado resaltaba entre el resto, mientras que la pequeña sonrisa en su rostro era imposible de ocultar ante las "noticias" que tenía que compartir secretamente con aquel ser que se encontraba en el respectivo hogar al cual el adulto se dirigía.

-"Increíble que Sora se volviera a enfermar... me hace caminar de más ese enano" - pensaba con una mezcla de enojo y risa Ryo, a la par que el mismo había ido de primeras a cuentas en búsqueda de Sora a la municipalidad, sin embargo, Ryo solo pudo alcanzar a preocuparse y desanimarse levemente ante lo claro una vez que la secretaria de su oficina le dijera que el hombre se había reportado enfermo aquel día.

-"Bueno... espero que no sea nada serio, de todas maneras veré si es necesario usar mi aura para curarlo más rápido; pobre... quizás tenga mucha temperatura y lo esté pasando mal... Sora no es de los que faltan solo por enfermarse levemente... debe ser algo realmente serio" - Ryo continuaba caminando, a la par que se acomodaba levemente su bufanda ante el frío de aquel día-"¡Pero apuesto a que se alegrará cuando le diga lo que nos dijo Yoshiro!" - pensó feliz el adulto en su continuo caminar, mientras que este, visto que se acercaba finalmente a la casa de Sora, siendo esta la antigua de Hina, aunque claro... con mejoras y una que otra remodelación, comenzaba a sacar las llaves de dicho hogar, dado a que el mismo dueño se las había confiado por la propia cercanía y parentesco que tenía con el propio hombre.

Ryo, una vez que finalmente se encontraba casi a media cuadra de la casa de aquel "enfermo" joven de cabellera blanca, este se exalta levemente cuando se comienza a concentrar en dicho hogar una vez que estuvo a la distancia adecuada, notando claramente como el aura de Naoto se encontraba junto con otra en su respectivo hogar.

Solo para lanzar una feliz carcajada... cuando detecta el aura de Nozomi al lado de la suya.

-"Esa niña... parece que se me adelantó, el chico si que debe de estar siendo consentido de sobremanera" - Ryo se llevaba sus manos a su nuca conforme se alegraba por la obvia relación amorosa que Sora tenía con la hermana de Naoto, a lo que el mismo empieza a cuestionarse levemente sobre ciertos temas.

-"Pero... ¿Será correcto hablar con Sora respecto a "ese" tema, con Nozomi presente? Al fin y al cabo, es un secreto..."- seguía pensando el hombre, desviándose de su percepción por lo mismo, mientras que este finalmente se encontraba delante de la puerta de la casa de Sora-"Bueno... ya se me ocurrirá como separar a esos dos por unos segundos" - pensó con una sonrisa Ryo, a la par que el mismo insertó la llave rápidamente en la cerradura de dicha puerta, abriéndola en no más de unos dos segundos.

Eterna Voluntad: Los nuevos portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora