Colapso

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"Por favor... no me quites a mi pequeño..." —aquellas palabras nunca se pensaron por parte de Kaoru de igual manera a como Takeru se lo imaginaba dentro de sí, luego de que el mismo observara los recuerdos de su padre cuando su madre falleció, a la par que nuevamente volvían a emerger de lo más profundo de sus memorias, mientras que, en ellas... solo podía recordar como su madre, moribunda y destrozada tanto física como mentalmente, se aferraba débilmente a la única esperanza que le quedaba.

Y solo cuando nuevamente el sonido del disparo en la cabeza de su madre volvió a repercutir en la mente de Takeru, fue cuando las facciones de su rostro se deformaron en unas completamente enfurecidas.

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La mente de Takeru ni siquiera se detuvo a pensar sus acciones una vez que sus propios músculos reaccionaron en respuesta a dichos pensamientos; su caminar brusco e imparable no tardó mucho en alterar y asustar tanto Kazuki como a su hermano, mientras que, este último, rápidamente empezaba a intentar esquivar al pokémon utilizando los estantes del centro para poder con ello huir de aquel laboratorio.

Pero no esperándose el propio actuar del Lucario... cuando este comenzó a patear y lanzar con facilidad y con el mismo imparable y bruto actuar, todos los estantes sobre los cuales los experimentos y otros instrumentos se encontraban, comenzando a formarse así el propio caos de todos los cristales y líquidos quebrándose y desparramándose sobre el suelo.

No fue mucho el tiempo de acción... Takeru no permitiría dejar escapar de manera tan fácil a aquel hombre, a lo que el hermano de Kazuki ni siquiera logro reaccionar o siquiera percatarse de la rapidez del propio pokémon, hasta que finalmente la mano de Takeru agarrándolo de su cuello con brutalidad y furia, dio fin a su intento por huir.

—¡Takeru, espera! —Las palabras de Kazuki ni siquiera eran escuchadas por Takeru... él, manteniendo su enfurecido actuar, únicamente alzó el cuerpo del hombre para luego volver a estrellarlo contra una de las mesas que aún no había sido destruida por parte del propio pokémon, quebrándola luego de ello por lo mismo, aterrizando finalmente en el suelo.

El dolor apenas emergió en leves quejidos por parte del ahorcado y robusto hombre, a la par que Takeru, con rostro tensado y labios levantados, únicamente enterraba cada vez más sus garras en su cuello, haciendo que el propio hermano de Kazuki se llevara sus manos hacia la de Takeru como intento de detenerlo.

¡Dame una maldita razón por la que no deba hacer de tu vida un infierno! —Takeru empezaba a susurrar con ira hacia el hombre cada vez más sofocado bajo su mano, a lo que no es sino Kazuki el que emerge de un momento a otro al lado del pokémon y su hermano.

—¡Takeru por favor! ¡No pienso justificar todo lo que ha hecho! Pero... —Kazuki empezaba a juntar sus palmas, como única señal de ruego hacia el pokémon —No pierdas la cabeza por alguien que ni siquiera vale la pena —el sonido de la falta de respiración por parte del hermano de Kazuki era lo único que se escuchó luego de aquellas palabras dichas por el científico, a la par que el rostro enfurecido de Takeru permanecía vigente aún luego de escucharlas.

—Necesito llevarlo de vuelta con mi madre... —aquellas palabras congelaron el rostro de Takeru por unos cuantos segundos —Luego de ello, confío en que el alcalde Yoshiro se encargará de encerrarlo en la cárcel... así que, por favor... te lo ruego —pidió nuevamente Kazuki, mientras que Takeru nuevamente volvía a fruncir su ceño impotente ante aquellas palabras y los recuerdos que nuevamente volvían a emerger en su cabeza, empezando inclusive a detener su agarre...

Debería matar a tu madre... pero solo me daría cuenta de que sufrirías apenas una milésima parte de lo que yo sufrí... —Takeru cerraba sus ojos... a la par que su ceño fruncido se mantenía vigente

—Tú no eres así Takeru... simplemente deja a Daiki por ahora... y te juro que recibirá su merecido —Kazuki nuevamente intentaba arreglar la situación... sin embargo, no fue sino hasta que el propio científico dijera "aquel" nombre...

Para que el propio Takeru abriera por completo sus ojos luego de ello.

—¡¿Daiki?! —Takeru preguntaba incrédulo una vez que reconoció el nombre del hermano de Kazuki, a la par que la impotencia mezclada con la ira y el temor era lo único que se reflejaba en el rostro de aquel hombre —¡¿Por qué mierda tú...?! —Takeru empezaba a alzar el cuello de Daiki con tal de acercarlo hacia su rostro, únicamente para luego desviar su mirada incrédula hacia el paquete que aún reposaba en el suelo al lado de la entrada del laboratorio, luego de que el pokémon lo dejara ahí por las razones ya dichas.

Notando claramente... como el nombre del propio hombre era el anotado en dicho paquete.

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Takeru no se detuvo luego de ello... no entendía la relación de aquellos sucesos, sin embargo, no se iba a quedar con las dudas luego de saber que dicho paquete estaba dirigido hacia Daiki, a lo que el Lucario únicamente le negó las extremidades a este último, solo para después caminar de molesta manera hacia la caja.

Trayendo consigo únicamente la extrañeza por parte de Kazuki... luego de que, al igual a como fue con Ryo, al abrir dicha caja un fuerte polvo saliera disparado directo hacia el rostro del Lucario.

—¡¿Q-Qué diablos?! — apenas alcanzó a decir por inercia Takeru luego de ello, a la par que el ardor en sus ojos de igual manera emergía junto con el propio toser ante lo que el pokémon había inalado... no pasando mucho cuando, de manera involuntaria, el ceño del Lucario rápidamente comenzaba de nuevo a fruncirse...

Pero solo para ser el eterno silencio el único que predominó en el lugar...

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Luego de que el cráneo con la forma de un Lucario fuera lo único que se encontrase en dicha caja... a la par que un pequeño agujero se denotaba a un costado del mismo...

Mientras que, del mismo modo... una fotografía de la cabeza decapitada de Kaoru era vista en su totalidad por Takeru...

"¿Quieres saber quién fue el que la decapitó...? Está al lado del que le disparó..." era lo único escrito en la imagen.

Eterna Voluntad: Los nuevos portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora