Eterna Voluntad: Los nuevos portadores

Aquellos que son protegidos

Aquella seria mirada, imparable; el hombre más fuerte se dirige hacia la capital.

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No era algo premeditado... no era algo por lo cual Ryo hubiera estado consiente en cualquier momento de que ocurría, sin embargo, el haber entrado a la fase megaevolucionada del estado aural no solo le daba las nuevas habilidades antes explicadas por el mismo, sino que también contaba con una percepción del aura a un nivel exponencialmente mayor al que se veía aumentado de por sí en cada fase en la que entraba.

Ryo no sabía que aquellos actos se seguían cometiendo... aquellos actos que irónicamente unieron su vida con la de Takeru por primera vez, volvían a estar cometiéndose.

Ya que... no tardó mucho en sentir el dolor y desesperanza nacientes en las auras de los pokémon que se encontraban siendo vendidos y esclavizados en los sectores bajos de la capital.

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Una vez dentro de aquella ciudad... en aquellos sectores donde la ilegalidad de "ciertos" actos pasaban desapercibidos y sin cuidados gracias a la pobre dirigencia o a la alta desigualdad que de por sí existía en la capital, el silencio naciente de aquellos pokémon que simplemente tenían sus vistas deprimidas puestas en dirección al suelo resaltaba más que el prominente barullo del lugar, a la par que sus jaulas eran lo suficientemente fuertes como para mantenerlos retenidos, gracias en parte a lo débiles que de por sí se encontraban, habiendo algunos de tamaños tan grandes como para causar extrañez sobre su aprisionamiento, pero siendo lógico una vez sabido las razones antes mencionadas.

El sonido de los billetes siendo entregados... ya fuese por la energía que aportaban, o las labores que los mismos pokémon podían realizar a costa de su voluntad... aquellos seres que desde un principio fueron criados a obedecer, como si de un propio virus incurable incrustados en sus almas se tratase, estos se abnegaban a la idea de obedecer sin rechistar hacia sus dueños con tal de poder tener siquiera la posibilidad de comer o dormir con "dignidad".

Los pequeños eran más fáciles de transar... las diminutas jaulas eran llevadas por sus nuevos "dueños" una vez que el negocio salía a cabo, a la par que la mayoría de los compradores únicamente se quedaban en aquel sector... admirando sus nuevas adquisiciones malheridas y desnutridas, mientras que en la mirada de estas solo la debilidad y el deseo de descanso era lo único que se reflejaba en contraste con la felicidad de aquellos que los poseían.

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Pero cambiando sus rostros por unos completamente asustados... una vez que el fuerte estruendo de los pies de Ryo chocando sobre la tierra se escucha en el mercado de aquel sector.

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La mirada mezclada con frialdad y enojo de Ryo era más que suficiente como para demostrar la obvia imponencia que solo su presencia daba de por sí, a la par que, ya habiéndolo reconocido ciertos personajes que comerciaban aquellos pokémon, estos comenzaban a correr con una desesperación tal que incluso llamó la atención de igual manera por el resto de las personas...

Únicamente para ser agarrados al instante por los brazos de aura del poseedor del estado aural megaevolucionado... a la par que del mismo de igual manera salían otros que sujetaban y entraban en contacto con el resto de los pokémon que ahí se encontraban apresados.