Eterna Voluntad: Los nuevos portadores

Adiós... Takeru

El ceño de Takeru se fruncía cada vez más conforme los segundos pasaban... su ira, incluso habiendo pasado varios minutos desde que el trauma principal ocurriera, no solo se mantenía, sino que incluso aumentaba... sin demostrar un alto.

—¿Acaso crees...? —Takeru empezaba a mostrar sus colmillos conforme la rabia al sentir aquel molesto corte en sus manos únicamente demostraba una mera muestra de debilidad hacia su orgullo como tal —¿Qué con poseer armas de esos malditos hijos de puta...? —El Lucario apretaba sus puños al máximo, a la par que el aura, aún con la tez respectiva de la tercera fase, empezaba a emanar de manera abrupta únicamente en ellos.

Solamente para luego reaparecer de manera casi instantánea al lado del Zoroark, a la par que golpeaba de lleno su mejilla... causando con ello el propio estruendo pertinente ante el salvaje ataque.

—¡¿Vas a poder ganarme?! —Gritó finalmente en el acto Takeru, con un tono más asemejado al de una bestia incontrolable que al propio ya bien conocido del Lucario.

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Pero solo para alarmar al propio enajenado pokémon, y sorprender a todos los ahí expectantes... una vez que notaron cómo el cuerpo erguido de Yoshiro, con su rostro desviado ante el puño del Lucario que aún permanecía apegado a su mejilla derecha imbuida en la blanca aura de su segundo estado, se mantenía completamente inalterado ante el ataque de Takeru.

A la par que volvía, de manera lenta y titubeante ante la propia fuerza del Lucario, pero de manera implacable y firme, a girar su rostro hacia el ahora indignado y enfurecido pokémon.

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—"Ahórrate la charla..."—dijo en tono serio Yoshiro, antes de abalanzar ahora su puño hacia el rostro del Lucario el cual, viéndolo previsto gracias a su percepción, únicamente se corrió un par de centímetros con tal de poder así evadir tal ataque...

Pero solo para luego abrir sus ojos con dolor e impacto... una vez que Yoshiro lo golpea en su costado derecho con la barra de Yome, una vez que dicho "puñetazo" no había sido más que una sola ilusión.

Una ilusión la cual... a diferencia de la anterior la cual era supuesta por el propio Lucario... esta había sido completamente insospechada.

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Su poder era distinto al de antes... incluso Takeru tenía consciencia del poder de la propia segunda fase de Yoshiro, sin embargo, no podía sacar conclusiones... la sangre siendo tosida de entre sus dientes conforme recibía dicho ataque en sus costillas a la par que era expulsado hacia una de las paredes de antimaterias era suficiente distractor como para hacer que el propio pokémon empezara a perder el propio raciocinio.

No se daba a tiempo de analizar la situación... si ya de por sí su ira aumentaba sin control, aquel sentimiento de dolor puro una vez que se vio en total desventaja y humillación por parte del "tranquilo" Zoroark, solo podía hacer hervir la sangre del propio Lucario el cual, apenas habiendo tocado la pared de antimateria con sus pies, volvió a abalanzarse a la par que lanzaba un frenético rugido hacia Yoshiro.

Únicamente para lanzar una ráfaga constante de habilidades hacia el Zoroark.

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