Lider

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Un recuerdo de antaño comenzaba a emerger; el bullicio había cesado, los golpes ya no existían y el ambiente se sentía desconcertante e inocuo.

Un pequeño Kirlia tomó lugar, su rostro arañado junto con sus molestas facciones mezcladas con las pequeñas lágrimas que intentaba no derramar, era lo que más resaltaba.

—"Miren~..." —Una voz con tono burlesco emergió, a la par que no pasó mucho antes de que un grupo de pequeños pokémon se presentaban delante del propio Kirlia —"¡La niñita va a llorar~!" —Un Timburr se mostraba como el artífice de aquellas palabras, a la par que era seguido por el resto de pequeños seres a su lado.

No pasó mucho antes de que aquel Kirlia volviera a intentar atacar al Timburr, sin embargo, solo pudo volver a recibir un golpe del tronco que este último traía consigo, antes de salir expulsado un par de metros, solo para traer consigo más risas por parte de los abusivos.

—"¿La mujercita se hizo daño?" —El Timburr se acercaba al Kirlia, conforme este último no era capaz de recomponerse, antes de que el pokémon tipo lucha empezara a levantar su tronco con tal de volver a golpearlo.

No sin antes congelarlo por completo, luego de que una presencia terminara por aparecer a sus espaldas.

—"¿Tienes algún problema con las mujeres?" —Una femenina voz emergió, a lo que el Timburr únicamente alcanza a exaltarse al mismo tiempo que comenzaba a lanzar su tronco contra lo que fuera que se encontrara a sus espaldas; únicamente para ser detenido por la habilidad "protección", lanzada con simpleza por parte de la ahora identificada Gardevoir.

La mera presencia de la pokémon imponía; no había dudas para ninguno el que se convertiría en la siguiente líder de la tribu. Los pequeños pokémon que seguían al Timburr no dudaron en salir corriendo tan pronto "ella" apareció.

—"Niño patético y maleducado... ya vete de aquí" —Fueron las únicas palabras dichas por la pokémon, antes de que esta usara teletransporte en el propio Timburr, desapareciéndolo del lugar, únicamente para volver a hacerlo aparecer en un pequeño río lejos del sector.

Solo el silencio existió tras ello, además del propio sonido de la suave brisa chocando con las copas de los árboles a su alrededor.

—"No te pedí que vinieras, hermana..." —El Kirlia no tardó en volver a lanzar un aún agotado y molesto gruñido, antes de que la Gardevoir simplemente inflara sus mejillas con actitud refunfuñona.

—"No tienes remedio, Masuyo..." —Dijo la ahora más desanimada pokémon, antes de que la misma simplemente se agachara a un lado de su hermano —"¿Por qué fue esta vez?" —Preguntó con preocupación.

"Me golpeó con su tronco..." —Respondió en muy bajo tono el pokémon, mientras que la Gardevoir solo escuchaba —"Y después me dijo que le pidiera disculpas" —Aquellas palabras solo terminaron por hacer fruncir el ceño de la pokémon con lástima y desánimo, antes de que esta simplemente intentara posar su mano sobre el hombro de su hermano, este último no tardando mucho en empezar a desahogar su pena e impotencia en las lágrimas que finalmente emergían.

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—"Algún día quiero ser alguien tan fuerte como tú..." —Las palabras dichas por el propio Masuyo se repetían en su cabeza, conforme nuevamente en el presente, la torrentosa lluvia mezclada con los puñetazos que recibía de lleno en su rostro, se escuchaba, a la par que la fuerza de los ataques eran tales, que incluso hundían el propio cráneo del pokémon en la tierra, y solo fueron necesarios unos cuantos más, antes de que el mismo volviera a sumergirse en sus recuerdos.

Eterna Voluntad: Los nuevos portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora