Maquinación

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Bajo el dolor penetrante, un agujero literalmente perfecto atravesaba tanto su cuerpo como la túnica que lo recubría.

Arceus solo pudo encorvarse, un sentimiento así ni siquiera cuando había recibido el ataque del Yome por primera vez fue sentido, mientras que sus heridas se regeneraban con lentitud a la par que el pertinente dolor solo podía multiplicarse con cada centímetro de carne y hueso que incluso el aura del legendario ser le costaba crear.

-N-No hay duda... -El sudor por primera vez emergía en el rostro de Arceus, un rasgo tan mortal como una mera gota de sangre emergiendo desde sus labios tras toser con brusquedad fue una mera respuesta ante el daño realmente recibido...

Junto con la furia recalcitrante emergiendo en sus ojos ante el aura que ahora finalmente sí sintió dentro de aquella lanza.

-¡Samuru! -El aura volvía a brotar del cuerpo ahora nuevamente regenerado de Arceus, gritando aquel nombre con la propia ira mezclada ahora con una sonrisa sedienta de venganza que su actitud demostraba, a la par que las tablas emergían en su total plenitud desde su espalda.

Nuevamente utilizaría todo su poder, concentrado en un único punto en el centro de aquellas tablas; un "rayo" como mera forma de describir de manera burda ante el exorbitante nivel que aquel Dios formó con tal de borrar de la existencia a aquel que aún se encontraba dentro del agujero negro.

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En la profunda oscuridad, un sonido similar a simples latidos se escuchaba, a la par que un pequeño brillo existía, sin ser deformado por la irreal fuerza de gravedad que allí se encontraba.

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Todo se observaba desde su propio punto de vista; el mismo oscuro universo se veía, mientras que Arceus estaba en la lejanía.

Era imposible avanzar, aún por ilógico que pareciera, la realidad se deformaba en aquel punto, ni siquiera era necesario intentarlo para saber que mientras más avanzara hacia Arceus, este retrocedería conforme continuaba adentrándose en el infinito vacío.

Se veía sus manos, su luz, no era afectada, la gravedad no influía en él, pensaba crear un portal o algo, más su pensamiento solo pudo detenerse tras exaltarse una vez que un nuevo brillo distinto al suyo comenzó a emerger en el lugar, una vez que ni siquiera aquel agujero negro era capaz de consumir.

-¿Mmh? -Su extrañado tono apenas fue escuchado, una vez que el imponente estruendo generado por el ataque de Arceus lo abordara todo en su totalidad.

Arceus, en su misma postura amenazante, conforme su ataque recién impactaba y destruía a aquello que parecía imposible de siquiera medir o discernir. Solo pudo exaltarse antes de activar de manera casi instantánea su campo de fuerza, una vez que toda la energía de su ataque, mezclada con la misma existente en aquel agujero negro, explotaba en forma de una enorme ráfaga de blanca de poder puro, similar a la que una cuchilla sería capaz de provocar, pero a tamaños aún más abrumadores ante la propia inmensidad de aquel ahora extinto agujero negro, corte el cual terminó por extenderse sin fin por el infinito espacio.

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Eterna Voluntad: Los nuevos portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora