Nuevas experiencias

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Nada más se veía desde su perspectiva... cómo si de un blanco e interminable prado se tratase...

No escuchaba nada... sus ojos, como si contemplando a aquello que en su interior la paz causaba, se cautivaban con una calma y tranquilidad que nunca antes había experimentado.

Aquello se acercaba a paso lento... con un largo velo cayendo desde su cabeza... donde sus penetrantes ojos de largas y arregladas pestañas no daban abasto a la propia perfección que simbolizaba aquella Lucario a los ojos del Zoroark.

Su sonrisa seria y controlada... ni una pizca de nerviosismo o un actuar precipitado que la delatara; la Lucario, con un collar de plata que literalmente parecían estar hechas a su medida... acoplada a su torso y cintura, apenas y podían distraer las vistas de aquel Zoroark, el cual había quedado completamente petrificado con el rostro de la propia mujer.

La música sonaba... Yoshiro ni siquiera se avergonzaba en mover sus labios al son de la letra de la propia melodía ya conocida por el mismo, debido a las propias recomendaciones musicales de Hiyori.

Haruko simplemente mantenía una enternecida mirada conforme notaba la propia alegría de su pareja en el altar... mientras que Takeru se mantenía a su lado izquierdo a la vez que la sujetaba con seguridad y firmeza de su brazo, manteniéndose este serio y erguido, no faltando el recalcar de igual manera a la propia Braixen que dejaba caer lentamente los pétalos delante de los propios pokémon.

Todos observaban... las personas se mantenían de pie, mientras que, en las bancas donde la familia Kurogane se encontraban junto con el propio Mew y Giratina en miniatura, solo este último se mantenía sentado y girado hacia la propia Lucario.

Mew permanecía levitando en su respectivo lugar con tal de observar así de mejor manera... sin embargo, el propio pokémon rosa no pudo evitar el volver a bajar su mirada con normalidad e ingenuidad hacia Giratina... teniendo cierta curiosidad hacia el respectivo ser debido a algunos temas pendientes, pero guardándose sus dudas en su interior de momento a pesar de todo... denotando únicamente un leve ceño fruncido para luego volver a girarse hacia la Lucario que ya estaba a dos pasos de llegar al altar...

Llegados al momento en el que tanto novia y novio estuvieron de frente, ambos con una calmada sonrisa, estos se mantuvieron estáticos y en silencio durante aquel momento en el que finalmente la música comenzaba a detenerse.

Todos comenzaban a extrañarse ante la clara quietud de la escena... Takeru debía retirarse y dejar a Haruko con el propio Yoshiro en el altar, sin embargo, no se tardó mucho en deducir sobre "quién" aun no quería soltar a su hija...

Pero solo para traer consigo varias carcajadas y voces enternecidas... en el momento en el que el Lucario exalta a su hija en el instante en el que el mismo la abraza con lentitud y cariño.

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No era como si Takeru sintiera lo mismo que Yoshiro y Haruko a lo que una "boda" significaba como tal, sin embargo, aquello no implicaba que no volviera a recibir otro duro golpe de "realidad" al saber que su hija había crecido con ello... no siendo necesario recalcar los otros ya recibidos tanto el día en el que su hija comenzó su relación seria con el Zoroark, como también el propio nacimiento de su nieto.

La actitud de Takeru únicamente desbordaba seriedad y casi frialdad, sin embargo, los leves temblores en sus brazos los cuales rodeaban el cuello de Haruko solo la propia Lucario los sentía, haciendo que la misma simplemente sonriera y correspondiera a aquel serio abrazo, pasando unos pocos segundos antes de que su padre comenzara a separarse.

Eterna Voluntad: Los nuevos portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora