¿Compasión?

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Nomen.

Astrid no dejaba de dar vueltas en la habitación de la torre, no sabía si podría controlar sus impulsos y furia contra cierto herrero que vería por la noche, pero deseaba dejarle las cosas en claro, para demostrarle quién mandaba en ese montículo de piedra apestosa llamada Nomen.

Estaba a punto de gritar con una nueva rabieta cuando de repente...

—Astrid... Astriiiiid. —escuchó un fastidioso canturreo de cierta troll rosada.

— ¡¿Qué quieren?! —gritó molesta cuando visitantes inesperados se asomaron por la puerta. 

Stormfly dio unos pasos hacia atrás atemorizada al igual que Cooper, pero a Poppy poco le importaron sus quejidos y  se acercó entre brinco y brinco para ayudarla.

— ¡Salgan de aquí! —quiso patearla Astrid, pero la troll se aferró a su pierna con la ayuda de su cabello, y ahí se estancó como una babosa.

— ¡No, te ayudaremos!

— ¿Ayudarme? ¿De qué rayos hablan?

—De tu cita, la de esta noche. —explicó Cooper y más confianzudo entró a la habitación brincando igual que lo había hecho Poppy.

— ¿Cita? ¡¿Qué es una cita?! ¿Cuál cita?

—Ay... sabía que era mala idea. —chilló Stormfly temerosa a ver que su amiga se estaba estresando.

— ¿Cómo que no sabes que es una cita? Y ¡Pues con quien más! Con ese herrero... ya te vimos picarona. — se burló Poppy aun amarrada a su pierna.

— ¿Qué?...¡¿PERO QUE TONTERÍAAAAAAAAAAAAAAAAA?!

La torre misma pareció temblar con tremendo grito; mientras que los que estaban dentro lo resintieron en sus oídos.

—No seas tímida, sólo te diremos cómo vestir, peinarte... oye un vestidito no te haría mal... ¿qué quieres? ¿Qué te vea desnuda como siempre? No te quiere ver bonita para él... además, ¿qué le darás de comer?—insistió Poppy aferrada a ella.

— ¡No se metan en mis COSAS! —respondió Astrid furiosa, tomó a la troll entre su mano al igual que a Cooper y lo lanzó fuera de su espacio, Stormfly tuvo que correr por ellos para que no cayeran al fondo, mientras que la bestia sólo cerró la puerta en la primera oportunidad que tuvo.

Por suerte la dragona había alcanzado a ambos trolles, los cuales atrapó en su boca y los puso a salvo en el suelo.

— ¡Hagámoslo otra vez! —pidió el entusiasmado Cooper, encaminándose de nuevo al lugar de la bestia, pero Stormfly lo detuvo antes de que hiciera otra locura.

—Esa Astrid se pasa de divertida, espero no le haga lo mismo al herrero, creo que a él si lo mataría del susto. —dijo la positiva y alegre Poppy.

—Chicos, yo pienso que debemos dejarla en paz, más bien debemos planear algo para cuidarlo a él, no me cae bien, pero tampoco deseo que Astrid lo arroje desde la torre. —opinó la exhausta Stormfly. —Por favor, ya no la molesten.

—Ok, ok...lo cuidaremos a él... —dijo la troll aburrida. —Pero no perderé la oportunidad de hacer un musical si se presenta la oportunidad de...

—BESARRRRR. —paró Cooper las trompas imaginando aquel momento entre el herrero y la bestia.

—BESARRRRRRRRR. —canturreó Poppy y sus demás trolles amigos salieron de la nada, para cantar una canción que hablaba sólo de besitos.

—Ay Dios Amaru ampáranos. —rogó Stormfly porque esos trolles no molestaran a la pareja con un escandaloso musical.

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El herrero y la bestia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora