El herrero y la bestia (TERMINADA)

De regreso a Berk parte 1

           

Hola, quería que este fuera un regalo de Snoggletog, pero creo que saldrá en dos capítulos.

Así que les tengo la primera parte.

Estos dos capítulos están inspirados en "The mob song" del OST de la bella y la bestia y el capítulo "Doble traición" de la última temporada de RTTE

Que lo disfruten.

Y felices fiestas.

Capítulo 31.

De regreso a Berk parte 1

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Navegando en la penumbra de la noche, un pequeño barco pesquero era arrastrado lentamente por un grupo de escaladarones que canturreaban en voz baja debajo del agua, siendo comandados en lo alto por un robahuesos y un troll que se movía como si fuera un maestro de ceremonias muy animado.

El único que no se encontraban de tan buen humor era el pasajero del barco: Hiccup que, desde que perdió la isla de Nomen de su vista, se sentó en la popa del barco con su mirada perdida en la nada, en su mente sólo tenía la imagen de su amiga azulada que con una leve y nostálgica sonrisa le decía adiós mientras él se alejaba cada vez más.

No entendía porque no podía dejar de pensar en ese momento, pero en su corazón dolía, pensó que probablemente era porque extrañaría su compañía, la de Toothless y el resto de los habitantes de Nomen. Pero ese dolor que sentía ni siquiera se comparaba a cuando se había tenido que despedir de su madre.

¿Por qué era tan diferente?

—¡Hey, muchacho! —gritó Arroyin desde lo alto.

Hiccup despertó de sus pensamientos en un parpadeo y alzó la vista para ver a quien lo había llamado, algo difícil de hacer por el tamaño del troll y la oscuridad de la noche.

—¡¿Sí?! —gritó sin poder distinguir al pequeñín.

El pequeño troll, sujetando su cabello a la pata del roba huesos, descendió para quedar a la altura del melancólico herrero.

—¿Por qué no cantas con nosotros? —invitó con una sonrisita. — Desde que salimos de la isla, sólo te has movido para dejar tus provisiones en la cabina y luego de la popa ya no te has movido.

—Ah... es que... no estoy de humor. —respondió melancólicamente.

—Ya veo, entonces ¿por qué no duermes? Por precaución los scaladarones van muy lento, no queremos llamar mucho la atención.

—Se los agradezco, pero...—observó Hiccup a su alrededor, viéndose que estaban en medio del océano. —¿No creen que ya se alejaron demasiado? Deberían de volver a la isla.

—Tonterías muchacho, no hemos cruzado ni un cuadrante, te llevaremos hasta la mitad y luego regresaremos, ese fue el trato que hice con la reina por esta belleza. —mostró una de sus escamas la cual abrazó como si de oro se tratara.