El herrero y la bestia (TERMINADA)

Un extraño en Nomen

Capítulo 6

"Un extraño en Nomen"

.

.

.

Previamente...

Zonas rocosas de Nomen.

— ¡Sólo te pedí una cosa y no la hiciste!

El grito enfadado del viejo lobo alfa de la manada fue tan fuerte que los presentes agacharon sus orejas con temor, en especial el lobo regañado. En medio de un circulo de lobos negros y uno blanco, el líder de la manada regañaba al hijo que se suponía debía ser el segundo al mando.

—Padre realmente lo intente...—se disculpó Kaiser cabizbajo.

El motivo de la discusión era debido a que el grupo que había ido a cazar había traído la porción de comida que le correspondía, a excepción del "segundo al mando".

—Cazar es lo más fácil que puede haber ¡y en especial si se trata de truchas! Me contaron que ni siquiera podías tomarlas.

El lobo blanco de la manada se irguió cuando escuchó la acusación, pensó que su padre adoptivo lo delataría como el chismoso, pero no sucedió, este estaba tan ocupado regañando a su rival que ni lo tomó en cuenta.

— ¡Que era como si se te resbalaran entre los dientes!— siguió regañando Take. —  ¡que ni siquiera lo intentabas! ¿Sabes para qué son todos esos colmillo, o no?

Kaiser sólo asentía y aceptaba el regaño con dignidad, algo que sabía podría ahorrarse si dijera la verdad, pero aún no estaba listo para hacerlo.

—Pfff...¿qué haré contigo hijo mío? No me hagas querer tomar decisiones que no quiero para el futuro de esta manada.

—No padre, confíe en mi... trataré de mejorar. —se lamentó el lobo haciendo una reverencia.

—Está bien, vete... ¡el espectáculo se terminó!  —gritó a todos los presentes.

Lentamente Kaiser se alejó de su padre, para después salir corriendo hacía su escondite de comida, los demás lobos hicieron lo mismo y se prepararon para el festín de truchas que el grupo había cazado, a excepción del lobo blanco de la manada, quien se acercó al abrumado y avergonzado Take.

—Padre.

—Ahora no Kiba... ¿no ves que no estoy de humor? —refunfuñó.

—Lo sé, sin embargo hay algo que quería mostrarle... algo que encontré.

— ¿Mhm? ¿A mí? ¿Qué? —preguntó curioso.

—Sólo sígame. —invitó el intrigante Kiba, quien le hizo una seña con su cabeza para que lo siguiera.

El tono intrigante de su hijo prodigo intrigó al lobo alfa, y para quitarse el mal humor que tenía accedió a acompañarlo a donde fuera. Lobo blanco y negro dejaron a la manada atrás, así como las zonas rocosas y se internaron en el bosque que Take muy poco frecuentaba.

El lobo líder perdió la cuenta de cuan tanto habían caminando cuando la coloración del cielo se empezó a opacar, y empezó a ser iluminada tanto por las plantas y el rio luminoso que se encontraba cerca y que daba hacia un lugar en específico, un lugar que pensó que nunca volvería a ver y que estaba más deteriorado desde la última vez que lo había visto, se trataba de un viejo castillo que estaba cubierto de plantas, la única estructura que había sobrevivido después de aquel terremoto que toda la isla sintió alrededor de 12 años atrás, y lo que había ocasionado la desaparición de los humanos.