La despedida: la bestia deja ir al herrero

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Berk.

—No puede ser Liris, ¡¿Cómo pudieron?! ¡¿Cómo pudieron hacer esto?! —gruñó Valka arrugando más y más aquel papel.

Liris apretó el libro que llevaba contra su pecho, incapaz de decirle alguna palabra de consuelo.

—Valka, cálmate... es mejor que salgamos ahora.

—¡NO! ¡La gente debe saber esto! ¡TENEMOS QUE DECIRLES!

—Valka...

—Yo no creo que eso sea una buena idea. —escucharon una voz escalofriante detrás de ellas.

La seid sintió un escalofrío por toda la espalda cuando escuchó aquella voz; era Drago, que de otro compartimiento oculto anexo a donde estaban y que desconocía que existiera salió con un porte amenazante, pero a diferencia de ella, Valka no le temió y se lanzó hacia él como una gata salvaje.

El jefe de Berk la repeló tomándola de la cabeza y empujándola con rudeza contra los estantes de libros.

—¡Valka! —gritó Liris yendo a su auxilio.

La madre de Hiccup había quedado atolondrada, sin embargo el coraje la estaba haciendo levantarse, tenía deseos de vengarse de ese hombre que había destruido generaciones de su familia, así que empujando a la seid se levantó presurosa para atacar de nuevo a su enemigo, sin embargo Drago respondió de la misma forma y la empujó con violencia.

—Me gusta tu bravura mujer, con razón le gústate a Stoick, se dicen que a los Haddock les gustan las mujeres agresivas. —se burló Drago

—¡Cállate, maldito! —bramó Valka dispuesta a seguir hasta que cumpliera su cometido.

—Lástima que te tengas que reunir muy pronto con él... y tú también Liris, una vez que te extraiga toda la información, te esperara el mismo destino. Dime, ¿eres capaz de ver cuál será? ¿morirás quemada, ahogada, destrozada?

A todas las sugerencias malévolas la temerosa seid se negaba a creer que fuera el fin de todo, mientras que Valka seguía contratacando sin mucho resultado, más que solo hacer enfurecer más a Drago.

—¡YA BASTA VALKA! ¡DETENTE!

—¡No te metas en esto Liris! —gritó Valka corriendo hacia su enemigo.

Sin embargo, la mujer no concluyó con su ataque, pues un repentino golpe en su cuello la inhabilitó, Liris con el libro que aun llevaba le soltó un golpazo que la hizo caer inconsciente, ante aquella escena Drago se carcajeó. Mientras que la incrédula Liris se dejaba caer, había traicionado a su amiga.

—Muy bien hecho Liris. —aplaudió Drago, una vez que dejó de reír. —¿Ya pudiste ver cuál será tú destino? ¿Será el mismo que el de ella? —preguntó pateando el cuerpo de la casi inconsciente Valka.

—¡No, por favor! No me haga daño, y le diré todo... todo lo que quiera, por favor.

Drago sonrió, desde hace mucho deseaba que ella le suplicara de esa manera.

—Habla niña.

—Heather, Camicazi, Eret, Gobber... planean revelársele señor... —confesó como una leal servidora.

—Eso no me sorprende....

—Liris, por favor... no...—balbuceó Valka que aun tendida en el suelo, comenzaba a recuperar el conocimiento.

—¡Pero necesito más! ¡Tú sabes lo que quiero! —exigió Drago tomándola del cabello, a la vez que pisaba la cabeza de Valka. —¡Dime que dirección tomar o de lo contrario será tú fin!

El herrero y la bestia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora