Abriendo el corazón Pt2

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Capítulo 12

Abriendo el corazón.

Parte 2.

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—Mhmmm... lo siento, no quise ser imprudente. —Se disculpó Hiccup de inmediato.

Después de haber soltado aquella pregunta, toda la habitación se silenció y el semblante de la bestia cambió a uno nostálgico y cabizbajo.

—Si quieres que me vaya... yo comprenderé.

—No. —susurró Astrid aun cabizbaja. —Te contaré...

El herrero tragó saliva discretamente, y se puso cómodo en la silla para escuchar su historia.

—No es algo que me guste recordar. —empezó ella. —Aunque quisiera contarte también sobre el origen de este pueblo, es decir cuando los humanos pisaron estás tierras, para que así puedas comprender más...

—Claro, no hay problema... te escucharé. —aceptó Hiccup sonriéndole comprensivamente.

Astrid se azuló nuevamente ante aquel nuevo comentario y reacción de su invitado; por lo que para evitar esas extrañas reacciones enfocó su vista a la interesante sabana que la abrigaba.

—Todo empezó cuando mi tatarabuelo llegó a este lugar, alguien a quien todos conocieron como Hofferson I...

El relato se alargó como era de esperado, Astrid le contó a Hiccup lo que cada uno de sus antepasados hicieron al reino de Nomen, desde Hofferson I, el desterrador de bestias y criaturas del bosque, Hofferson II, el fundador de la cacería de dragones, Hofferson III el clasificador de dragones y sus métodos de matanza, su abuelo loco el rey Hofferson IV el autor intelectual del más grande femicidio de su pueblo; por último de Hofferson V, su no tan estimado padre.

Conforme Hiccup escuchaba le era imposible creer que esa chica viniera de una familia de despiadados asesinos, que habían hecho atrocidades difíciles de perdonar, y ella, había tenido la mala fortuna de haber nacido en esa familia de locos, porque de lo poco que la conocía sabía a ciencia cierta que no era para nada parecido a ellos.

Coraje, fue el sentimiento que tuvo cuando Astrid llegó a la parte donde aquel que se hacía llamar su padre la golpeó al grado de casi de matarla y la envenenó con su maldad para que fuera tal como lo había sido él y sus generaciones pasadas; y por otra parte también comprendió porque Toothless no podía verla, ahora ya sabía que había pasado entre esos dos para que se odiaran tanto; para después pasar a esa parte en donde un ser divino la maldijo por aquella acción y la condenó a tener esa apariencia y cuidar de unos dragones que tampoco eran culpables de nada; llegar a esa parte de la historia hizo que Astrid se quebrara ante él.

—¡Yo no quise hacerlo! —chilló ante él totalmente arrepentida. —Pero estaba tan ¡molesta! —gruñó apretando las sabanas. —¡Sigo molesta! Odiaba a todos... yo... yo...sólo quería desquitarme con alguien.

—Tranquila. —Consoló Hiccup levantándose de su asiento para acudir con ella.—¡No fue tu culpa del todo! —exclamó poniendo una de sus manos contra la suya. —Hiciste mal, lo sé, pero también eras una pequeña niña, estabas confundida, hiciste lo que creíste era correcto para ti, no tenías que ser juzgada tan duramente... y...y... estoy seguro de que si no te hubieras sentido presionada por ese hombre al llamabas padre ¡nada! de esto hubiera pasado.

Astrid cesó el llanto al escucharlo, bajó de nuevo su mirada a las sabanas que apretaba y vio la mano del herrero sobre la suya, y sintió otra vez ese toque delicado que él tenía.

El herrero y la bestia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora