Problemas, amenazas y enemigos

1.1K 97 27
                                    

Hola buenas noches. Aquí traigo este nuevo capítulo.

Que lo disfruten.

Capítulo 16.

.

Problemas, amenazas y enemigos.

Berk.

Un cielo color cenizo reposaba por encima del gran pueblo de Berk, las casas habían terminado de ser apagadas del gran incendio que los había amenazado horas atrás, ahora la gente se encontraba tratando de recuperar lo que fuera que pudiera de sus destruidas casas mientras que otros se dedicaban a cuidar a sus heridos y otros de enterrar a sus muertos.

¿Pero qué había pasado? ¿cómo es que todo había acabado así?

Liris caminaba ausente de la realidad llevando consigo vendajes y menjurjes para curar a cierto amigo herido mientras recapitulaba lo que el pueblo había vivido apenas unos días atrás.

Las predicciones que tanto había tenido y temido desde hace meses se habían hecho realidad cuando en la madrugada de apenas dos noches pasadas, el pueblo había sufrido el ataque de un misterioso enemigo; nadie sabía cómo habían llegado pues así como habían aparecido así desaparecieron cuando el ejercito de Berk los empezó a confrontar.

Ella lo había presentido, lo había visto en sueños, más nunca supo cuando se llevaría a cabo, y el gran sacerdote lo había visto después de ella una semana antes del ataque y advirtió como solía hacerlo al pueblo, más no había sido suficiente, y ahora se culpaba, pues creyó que si ella en conjunto con el sacerdote hubieran usado sus habilidades podrían haber salvado a más personas; pero no lo había hecho, sólo había alcanzado a advertir a unas cuantas y ahora pagaba las consecuencias de ello.

—¡Liris!

El grito de aquella gentil mujer la sacó de sus pensamientos, tan pronto como se dio cuenta que ella corría a su encuentro, dejó sus pensamientos culposos para reunirse con ella.

—¿Pudiste conseguir lo que te pedí? —preguntó Valka agitada.

—Sí, no se preocupe, tenemos lo suficiente.

—Gracias a los dioses, entonces no perdamos el tiempo. ¡andando! Heather y Camicazi esperan impacientes.

La chica asintió y se dejó guiar por la madre de su amigo Hiccup, esta la llevó a su pequeña casa en donde dos jóvenes velaban nostálgicamente al soldado que se encontraba postrado en la cama.

—¿Cómo sigue? —preguntó precavidamente a la chica de cabello negro que secaba el sudor de la frente del soldado.

—La fiebre va bajando, aun así, está en estado delicado —respondió Heather agotada.

—Todo es mi culpa. —Se reprochó Camicazi, que sólo se encontraba del otro lado de la cama rezando por Eret.

El soldado se encontraba en cama con un vendaje alrededor de todo su abdomen y otros en los brazos, había recibido un certero golpe con un espada a lo largo de todo su costado y era realmente profunda, las curanderas lo habían alcanzado a atender a tiempo y habían hecho lo más humano que pudieron hacer por él ya el resto dependía de los dioses.

—Ya deja de culparte muchacha, estas cosas no se pueden evitar. —consoló Gobber, quien llegaba con un par de troncos de madera para avivar el fuego que los calentaba.

—No, es mi culpa... Liris, Liris... tu me advertiste que me alejara de él, ¡y yo no te hice caso! —exclamó la rubia desconsolada.

—Ah... bueno yo...

El herrero y la bestia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora