Después de "el mágico Snoggletog" las nevadas llegaron agresivamente sobre toda la isla que cubrieron hasta el más pequeño rincón de nieve, era tanta nieve que era imposible a los habitantes salir de sus hogares, los cuales prevenidos se mantenían en sus comunidades o en otros casos hibernando.
Para los que residían en el castillo, todos se aislaron en uno de los tantos salones donde adaptaron fogones en distintos puntos de manera de que en la gran habitación no faltara el calor. Para los dragones, siendo de sangre fría, les era difícil mantener el calor, pero estar cerca del fuego era su solución, en especial para las crías que apenas tenían unas semanas de nacidas pero que en edad humanos se podrían decir que eran niños de 4 años.
—Mamá ¿por qué no podemos salir?
—Ya te lo dije Pihc, hay demasiada nieve allá afuera.
—Pero si le pedimos permiso a la reina Astrid. ¿Crees que podamos salir al menos al patio?
—A BestiAstrid no tenemos por qué pedirle permiso. —interrumpió Toothless. —En cuanto salga el sol te prometo que saldremos, así que ya deja de molestar a tu madre.
—Entendido papá. —respondió el pequeño e intimidado dragón.
—Ahora ven aquí, si quieres ser grande y tener dientes como tu padre más vale que te cuides.
El pequeño Pihc gruñó felizmente y no desaprovechó la oportunidad para acurrucarse cerca de su padre; mientras que Stormfly observaba feliz a su familia y no podía evitar pensar que a pesar de sus diferencias Toothless y Pihc eran parecidos, a excepción de que Toothless aun no respetaba a Astrid, mientras que su hijo admiraba a la guardiana con devoción al igual que al herrero Hiccup.
—Por cierto ¿dónde estarán esos dos?
La nadder miró todo su alrededor, viendo como los demás dragones descansaban con sus hijos; mientras que trolls y gnomos se entretenían con los cuentos de fantasías que Poppy relataba, a su vez que Kaiser, Sir Allard y las hadas preferían escuchar los cuentos de terror de Branch y Lavander. ¿Pero Hiccup y Astrid? Generalmente solían escuchar intercalados estás historias, pero ahora no estaban. ¿Dónde podrían estar?
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—Vaya, nunca me habías hablado de este lugar. —observó Hiccup maravillado la biblioteca que yacía oculta en uno de los tantos pasadizos del castillo.
—No vengo mucho aquí, desde que bueno... unas cosas que me pasaron. —rio Astrid nerviosamente. —Pensé que te gustaría, no sé... tal vez leer algo diferente a los cuentos de Poppy o Lavander y ese troll amargado.
—Sí, definitivamente... hasta cierto punto ya estaba harto... pero aquí hace algo de frío ¿no crees?
—Oh, sí... pero ¡ah! Mira allá una chimenea...—señaló nerviosa hacia donde estaba un hueco en la pared, con todo y madera lista para ser encendida.
—Y parece que alguien la dejó preparado para nosotros. —observó él esa peculiaridad.
—¡¿Qué?! Bueno, es que pensé... no sé... tal vez sí tratábamos de hacerla funcionar... o si querías leer aquí.
—Gracias, que considerada. —sonrió. —La voy a encender.
—¡Ah, no! Yo la enciendo...
—Insisto Mi lady, tú ya te moléstate en traer la madera. —apartó el herrero con suma delicadeza que dejó a Astrid más que congelada y con una sonrisa estúpida.
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El herrero y la bestia (TERMINADA)
FanficInspirado en el clásico la bella y la bestia. Una maldición cayó sobre una joven haciéndola una horrible y gruñona bestia, el romper la maldición será su desafío así como mantener a salvo a ciertas criaturas, ¿cómo cumplir con su deber cuando un cu...