Sospechosos preparativos.

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Que rápido pasa el tiempo, no puedo creer que casi un mes actualicé esto, pero andaba bloqueada y con miles cosas que hacer, espero ya poder actualizar esta, porque le queda tan poco como para dejarla detenida.

En fin, si alguien sigue vivo por ahí que lo disfruten.

Capítulo 26.

Sospechosos preparativos.

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Cinco días para la fiesta.

Un nuevo y fresco día reposaba sobre la mítica isla, a pesar de que ya no nevaba el aire seguía teniendo ese toque invernal que hacía que muchas criaturas optaran por refugiarse en sus escondites o era la excusa para poder tener algunos momentos de pereza; claro está que, para algunos, el dormir todo el día no era un estilo de vida y desde muy tempranas horas estaban listos para lo que pudiera acontecer en el día.

Como todas las mañanas antes del alba Hiccup, Pihc y Toothless salieron a su rutinario vuelo matutino por los alrededores de la isla, primero dando algunas volteretas sin sentido por los alrededores del castillo hasta que sin notarlo poco a poco se alejaron hacia los bordes fronterizos de la isla.

Desde que el furia nocturna había averiguado sobre el aniversario de nacimiento del herrero se la pasaba distraído y pensante, pues aun no tenía fijado qué clase de obsequio le podría dar a su tan especial amigo humano. Tan distraído iba que pronto salió de los bordes de la isla y comenzó a volar hacía el nombrado "más allá".

—Papá... Ya nos alejamos mucho, ¿no crees? —preguntó el pequeño dragón cuando vio que por debajo de ellos no había más que océano. —Hiccup... dile algo.

Pich se volvió hacia el silencioso herrero que hasta ese momento notó que estaba tan pensante como lo estaba su padre, pues la mirada la tenía perdida en algún punto izquierdo del cielo, no comprendió como aquellos dos podían estar coordinando el vuelo si ambos iban distraídos.

—Ay no puede ser ¡HICCUP! ¡Papá, te estoy hablando! ¿Me escuchas? ¡PAPÁÁÁÁÁÁÁÁÁ HAZME CASO!

El tremendo grito del dragoncito hizo que tanto Toothless como Hiccup despertaran de su letargo, y no sólo eso, que se desincronizara el vuelo, tanto, que casi los tripulantes caían al abismo.

—¡Ay Hijo, que susto! ¿Por qué gritas así? —regañó el furia una vez que logró nuevamente el equilibrio.

Pich resopló echando humo por la nariz.

—Porque te estoy hablando, pero ni HICCUP ni TÚ me prestan atención.

—Eh... lo siento Pich. —se rascó el herrero su cabello con vergüenza, pues no se había dado cuenta que nuevamente se había sumido en sus pensamientos. —¿Y qué es lo que se te ofrece? ¿Quieres practicar tu vuelo a esta altura?

—Ush... se ve que ni atención me prestaron. —resopló el dragón tal cual Toothless lo hacía cuando se molestaba. — Le decía a mi papá que ya nos alejamos mucho y la reina Astrid dijo QUE NO DEBÍAMOS HACERLO. ¡¿LO RECUERDAN?!

—Oh... es cierto. —se giró el muchacho para ver que tanto se habían alejado de la isla.

—Ush...a mí me da igual lo que diga esa BestiAstrid, yo voy a donde quiera. —bufó el dragón mayor.

—Toothless no digas eso...—pidió Hiccup. —Astrid muy amablemente me pidió que no nos alejáramos mucho porque se preocupa, no quisiera disgustarla desobedeciendo.

El furia nocturna rodó sus ojos con fastidio, como siempre su amigo defendiendo a la BestiAstrid.

—¿Toothless?

El herrero y la bestia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora