011 | Cuando le gustas a alguien más ♡

1.6K 93 5
                                    

Los chicos estaban a tan solo media hora de que su segundo avión despegara, a pesar de que Carlos se encontraba solo seguía inquieto por el hecho de que compartiría asiento con Mauricio, no sabía que iba a pasar y eso lo tenía muy alterado.

—¿Café?—pregunto Mauricio sentándose a su lado y entregándole un pequeño vaso.

Carlos no lo acepto, solamente se le quedo viendo al chico, estaba confundido por aquel comportamiento.

—Vamos güey acéptalo, le traje café a todos no solo a ti.

Sin decir más el chico tomo el vaso de café, después del primer sorbo se atrevió a decir: —Gracias.

Mauricio estaba por decir algo cuando su celular comenzó a sonar, dio una pequeña maldición al aire y dejo el café en el piso para acto seguido tomar su mochila y sacar su celular, cuando vio de quien se trataba abrió los ojos sorprendido.

—¡Su puta madre! Ahora vuelvo—dijo corriendo.

Carlos no entendía lo que estaba pasando, pero tampoco le interesaba lo que sucedía en la vida del moreno, para ser sinceros estaba más preocupado por lo que ocurriría durante el vuelo.

—¿Estas bien amigo? ¿qué pasa con Mauricio? parece que acaba de ver un fantasma—dijo Josué sentándose a lado de su mejor amigo.

—No, y no lo sé, pero vamos ¿Desde cuándo Mauricio es amable conmigo? —pregunto molesto.

—Te recuerdo que antes eran muy buenos amigos.

—Sí, pero eso es tiempo pasado, las cosas cambiaron.

Josué iba a seguir argumentando cuando anunciaron que tenían que subir al avión, todos comenzaron a recoger sus cosas y se encaminaron hacia el área de abordaje. Ya dentro del avión se sentaron con el compañero que se les había asignado hace unos segundos.

Carlos le rogo a Josué que se sentara con él, pero este no acepto y se sentó con Matías.

Cuando el avión estaba por despegar llego Mauricio y se sentó a lado de Carlos, rápidamente se abrocho el cinturón y cuando estuvieron en el aire se lo quito para ir al baño, al regresar le regalo una sonrisa a Carlos.

—Por un momento pensé que el avión me dejaba ¿Papas?

Mauricio sonrió mientras le extendía la bolsa de papas, Carlos lo analizo con la mirada, y tomo todo el valor del mundo para poder preguntarle lo que tanto temía.

—¿Por qué eres amable conmigo? desde cuando te interesa que volvamos a ser amigos —pregunto frustrado.

—Porque Natalia me lo pidió.

Cuando Carlos escucho ese nombre abrió los ojos sorprendido.

—¡¿Natalia?! ¡¿Hablaste con ella, que te dijo?! ¿Cuándo hablaron?

Mauricio se llevó una mano a la frente, frunció el ceño y bufo molesto, nunca debió de haber dicho eso.

—No, no he hablado con ella, me lo pidió hace un tiempo.

—No entiendo.

—No, claro que no—dijo Mauricio molesto.

—Podrías explicarme por favor.

Mauricio suspiro pesadamente—Éramos muy buenos amigos eso no lo olvido, pero me comenzaste a desagradar cuando Natalia se enamoró de ti, vamos ella es como mi hermana pequeña y tenía que protegerla de tipos como tú.
Tu no lo sabes, pero ella siempre me buscaba para llorar, por un momento pensé que se iba a suicidar de la tristeza, pero no es tan idiota para hacer algo así, sin embargo, no pude evitar preocuparme.

—¿Y cuándo te pidió que fueras amable conmigo?

—La noche un día antes de su desaparición.
Mira esto no se lo he contado a nadie pero ella y yo hablamos hasta tarde ese día por teléfono pero nunca se escuchó ningún ruido, ninguna maleta, nada.

—Lo oculto de maravilla.

—Natalia era astuta, y sabía muy bien como guardar sus secretos.

Carlos volvió a comenzar a pensar en todo lo que estaba sucediendo, tenía que encontrarla a la voz de ya para poder calmar aquel sentimiento.

—¿Te has enamorado de ella, cierto?—pregunto Mauricio amablemente.

—¿Qué, que dices?—pregunto alterado y muy nervioso.

—Cuando ella me pidió que fuera amable contigo le dije que no lo iba a hacer inmediatamente si no cuando tú me demostraras que te lo merecías, además de que sabía que te ibas a terminar enamorando de ella—le explico tranquilamente.

—¿Y cómo sabías que eso iba a suceder?

—Porque vamos es ella, ella es amable, divertida, es la persona más humilde que conozco, siempre te ayuda sin recibir nada a cambio, es...ella...vamos no me hagas recordarla por favor.

Mientras Mauricio pensaba en su amiga, Carlos se dio cuenta de algo muy grande. No solamente él estaba confundido por lo que sentía por la chica si no que había alguien más que estaba enamorado de aquella castaña.

—¿Hace cuánto?—pregunto Carlos desanimado.

—¿Hace cuánto qué?—pregunto un Mauricio confundido.

—¿Hace cuánto que llevas enamorado de Natalia?

Cuando Mauricio escucho esa pregunto bajo rápidamente la mirada.

—Tres meses.

—¿Ese es otro motivo por el cual me odias, cierto?—pregunto Carlos serio.

—Sí, pero ya no importa sé que ella va a estar mejor contigo, en poco tiempo me iré del estado y además ella está enamorada de ti, no me importa eso en lo absoluto porque sé que lo nuestro es algo muy estúpido, pero tú eres su mejor opción.

—Mau, lo lamento no sabía nada, enserio que si lo hubiera sabido.

—No hubieras podido hacer nada, el corazón quiere lo que quiere y en este caso Natalia te quiere a ti.

—¿Crees que tome la mejor decisión?

—¿A qué te refieres con eso? ¿Qué decisión?

—La decisión de venir hasta acá por ella.

—Es la mejor decisión que has tomado, ahora vamos a encontrarla, sé que lo haremos, bro.

—Así será, bro.

Ambos chicos chocaron los puños.

Continuaron hablando algunas horas de la chica, del instituto, de la nueva vida que iban a tener saliendo del instituto, de todo.

—Pasajeros les habla su capitán, les informamos que hemos llegado a Argentina, abróchense sus cinturones para aterrizar.

Carlos al escuchar eso sonrió nervioso.

—¿Listo para encontrarla?—pregunto Mauricio.

—Más que listo.

Cuando te encuentre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora