026 | Cuando se tienen que marchar ♡

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La noche había caído rápidamente y en la cabaña los estaban esperando porque el padre de Natalia había decidido organizar una pequeña fiesta, no les había comentado nada a sus hijos pero él sabía que le quedaba poco tiempo de vida.

Cuando Natalia y Carlos llegaron se pudieron percatar de que afuera ya estaba la camioneta de los chicos y también algunos otros coches que eran de los amigos del padre de la chica.

La castaña entro rápidamente a su pequeña casa porque sabía que ya la estaban esperando así que cuando entro se dedicó a regalarle sonrisas a los invitados de su padre y claro los de ella también.

—Veo que te la has pasado muy bien el día de hoy—Dijo Mauricio acercándose al chico, este giro los ojos molesto—No quiero molestar Carlitos solamente quiero que volvamos a ser amigos, como antes.

—Ya no podremos ser amigos, no después de que te vi besando a Natalia.

Mauricio fue ahora el que giro los ojos.—¿Josué pensara lo mismo? Solo recuerda que lo yo te hice tú se lo hiciste a tu mejor amigo.

Él otro muchacho no dijo nada porque en el fondo sabía que Mauricio tenía razón, pero él recordaba a la perfección que su mejor amigo le había dicho que cuando regresara a la ciudad ellos iban a actuar como si nada hubiera pasado.

—¿Ya le dijiste, Romeo? —Pregunto Mauricio sacando de sus pensamientos al chico.

—¿Decirle que? —Pregunto enojado, no podía creer que el maldito de antes hubiera regresado.

—Que ya nos vamos, te recuerdo que tenemos que abordar un avión dentro de unas horas y tenemos que regresar al centro de Argentina donde rentamos la camioneta.

Carlos se quedó helado, todo era cierto, tenían que volver a vivir una travesía para poder regresar a México.

Todos sabían que se tenían que marchar dentro de una hora porque de no ser así no llegarían a tiempo al aeropuerto lo que provocaría que el chico se metiera en bastantes problemas con sus padres.

—Se termina el tiempo Romeo, partimos dentro de una hora.

Mauricio se callo porque Natalia se acercaba a ellos, ambos le regalaron una sonrisa pero desde lejos se podía notar la tensión que había entre ambos chicos.

—¿Todo bien, chicos?—Pregunto la chica un poco preocupada, no quería tener más escándalos ya no los soportaría.

—Si pequeña, solamente que Carlos tiene que contarte algo, los dejo solos.

Mauricio se retiró dejando a Natalia y Carlos solos, el chico le regalo una sonrisa pero ella lo conocía bastante bien y sabía que algo marchaba mal.

—¿Qué sucede? Por la expresión que tienes en tu rostro comienzas a preocuparme.

—¿Un lugar donde podamos hablar sin que nadie nos interrumpa? Que no sea afuera, digamos que el bosque luce un poco macabro.

Natalia rió y lo condujo hasta su habitación, cerró la puerta y se sentó en su cama, el chico observo el lugar ya que no tenía el valor de ver a la chica a los ojos.

—¿Vas a decirme que sucede o solo querías entrar a mi habitación?

El chico rió poco. —No, en realidad si tengo que decirte algo.

—Carlos, por favor dilo, comienzas a asustarme—La chica lo tomo de la mano para jalarlo y conducirlo para que se sentara a su lado.

—Dentro de unos minutos nosotros nos tenemos que regresar a la ciudad, como dijo Nina a tu hermano, mañana tenemos que estar ya en México y si no llego mis padres me mataran. —Dijo algo triste pero no por lo que iba a suceder si no por la mirada de desolación de la chica.

—¿Eso significa...—Él la interrumpió.

—Que nos vamos pero no me pienso ir de aquí, no sin ti.

Natalia se alejó del chico ¿Acaso estaba bromeando?

—Estas diciendo lo que estoy pensando.

—Si estás pensando que te pido que te regreses con nosotros, si es eso.

Natalia exploto ¿Cómo el chico podía pedirle algo así? ¿Acaso no sabía porque había ido a aquel maldito pueblo? Bueno en realidad no lo podía saber porque jamás le contó porque no necesitaba de la lastima de nadie, pero no podía irse, aun ella estaba atada ahí y comenzaba a gustarle estar atada ahí.

—¿Qué, pero porque quieres algo así? —Le pregunto enojada.

—Porque venimos hasta acá solo por ti, venimos para regresarte a casa y no solo a ti sino también a tu hermano, Natalia nos haces falta y queremos que vuelvas.

—Lo lamento Carlos pero no puedo regresarme, no ahora.

—¿Por qué? ¿Qué te detiene? —Pregunto acercándose a la chica demasiado, aquel espacio personal había sido invadido de una manera que a la castaña le costaba concentrarse.

—Quiero regresar a casa—Una sonrisa se dibujó en el rostro del chico—Pero aun no es el tiempo adecuado, lo lamento Carlos, pero creo que se tendrán que regresar sin mí.

Con lágrimas en los ojos la chica salió de la habitación ¿Tan rápido estaba perdiendo a Carlos? Sabía que su tiempo en el pueblo era indefinido, pero en cuanto terminara sin ningún problema regresaría a la ciudad pero temía que para ese entonces ya fuera demasiado tarde.

Sus tres mejores amigos ya se habían acercado a la chica para poder despedirse de ellos, con Matías y Nina la despedida fue corta porque sabía que al regresar a la ciudad ellos seguirían ahí pero Mauricio, él posiblemente ya no.

—¿Esta es nuestra despedida? —Le pregunto la chica con lágrimas en los ojos, él la abrazo.

—Trata de regresar antes de que me marche pequeña, me voy después de la graduación sé que te veré ahí.

—La graduación es dentro de un mes, no creo regresar a tiempo—Confeso ella, ambos se apartaron y el la tomo de las mejillas.

—Entonces tendré que venir por ti de las greñas.

Ella rio pero esa risa fue opacada por sus grandes lágrimas, Mauricio le dio un beso en la frente a la muchacha y se apartó al darse cuenta que Carlos se acercaba.

—No quiero despedirme—Dijo Carlos abrazando ahora a la chica.

—No es necesario que nos despidamos, regresare a la ciudad, lo prometo.

Carlos de su chaqueta saco un boleto de avión. —El vuelo sale mañana a las cinco de la tarde, puedes volver a casa con nosotros, puedes...

—Te veo pronto, gracias por encontrarme.

Ellos se dieron un pequeño pero tierno beso.

Natalia tomo el boleto y los chicos salieron de la cabaña.


Cuando te encuentre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora