Carlos no comprendía lo que acaba de escuchar ¿Natalia enamorada de él? Era una locura, ella antes de desaparecer le había contado que tenía sentimientos encontrados por dos chicos, pero nunca se imaginó que uno de los chicos fuera él ¿El otro era Mauricio? Ahora todo lo que había hablado con Natalia esa noche tenía sentido.
Aquellas hermosas palabras que ella le había dicho no se las decía como una hermana si no como una chica que estaba enamorada de él, una chica con el corazón roto.
Mientras Carlos iba pensando más en las acciones que Natalia había comenzado a tener con él todo comenzaba a tener sentido, era como si el rompecabezas de ellos comenzara a formarse, cada pieza comenzaba a encajar en su lugar.
—¿Todos ustedes lo sabían y no me habían dicho nada? —pregunto Carlos furioso.
—Pensamos que ya lo sabías, al principio Natalia era muy obvia y pensé, mejor dicho, pensamos que ya te habías dado cuenta—respondió Josué temeroso.
—Claro que no me di cuenta, ahora todo tiene sentido...Natalia se largó por mi culpa, no por otra cosa sino por mí.
—Tienes la culpa, pero no por completo, cuando nos dimos cuenta que tú no te dabas cuenta intentamos hablar con ella, convencerla de que te dijera acerca de lo que sentía por ti y ella lo iba a hacer—conto Samanta.
—¿Y qué sucedió, porque no lo hizo? —pregunto Carlos intrigado.
—Tu comenzaste con lo de Laura y por ese motivo ella ya no dijo nada, ella siempre se preguntó qué tenía Laura que no tuviera ella—confeso Nina.
El timbre anunciando que la hora del receso había terminado sonó, el primero en desaparecer del comedor fue Carlos, estaba demasiado confundido.
El único pensamiento que tenía ahora en la cabeza era aquella última conversación que tuvo con Natalia, maldita sea, desde aquel día Carlos sabía que algo marchaba mal pero nunca hizo caso a sus instintos.
Tenía clase de literatura, pero para ser honestos no quería entrar a sus últimas clases ya que Natalia siempre estaba con él y de vez en cuando le ayudaba con los trabajos y las tareas.
Decidido a no entrar a sus clases y continuar investigando cuanto le iba a costear un viaje a Argentina fue hasta la biblioteca donde podría ocupar una computadora sin problema alguno.
—Hola Carlos, extraño tus mensajes por las noches—dijo una chica sentándose a su lado sin antes depositar un beso en la comisura de sus labios.
—Laura ¿Qué quieres? Estoy ocupado—contesto sin apartar la vista del computador.
—¿Haciendo, que puede ser más importante que pasar tiempo conmigo? Tengo una idea porque no nos salimos del instituto y nos vamos al centro comercial.
—¡Laura, entiende que estoy bastante ocupado! —grito molesto.
Algunas personas que se encontraban ahí voltearon a curiosear ante el grito del muchacho, este los ignoro y continúo tecleando.
—Creo que me debes una disculpa por aquel grito, no te he hecho nada para que estés molesto conmigo.
Esas palabras fueron la gota que derramo el vaso, Carlos volteo y vio con ira a la chica.
—¿No me has hecho nada? ¡Me utilizaste!—volvió a gritar, la gente había dejado sus libros a un lado para ver lo sucedido—Todos mis amigos me advirtieron de que eras una maldita perra, solamente querías llamar la atención y déjame decirte algo: lo conseguiste, porque me demostraste que mis amigos tenían razón solo juegas con los hombres para conseguir ¡Sexo! Porque si, eso fue lo que me pediste a la semana de que nos habíamos vuelto amigos.
Laura había alzado su mano para darle una bofetada a Carlos, pero este la tomo de la muñeca, provocando que la chica gritara exageradamente, sin embargo, nadie hizo nada todos continuaba observando.
Con el paso del tiempo Laura se había ganado una mala reputación, todos la consideraban un chiste, una cualquiera, alguien que solo buscaba sexo en los hombres así que casi todas las mujeres del instituto la odiaban y los hombres, bueno...ellos sabían cómo era ella, en poco tiempo la mayoría perdió el interés en la chica, era un juguete con el cual varios ya habían jugado.
—¡Suéltame! Me estas lastimando—dijo con su voz chillona.
—Nunca me tendría que haber fijado en ti, siempre tuve que estar con...—se calló, Laura comenzó a reír para después zafarse del agarre de Carlos.
—¿De quién? De la dulce y linda Natalia.
La expresión de Carlos cambio al escuchar el nombre de la chica, Laura al darse cuenta de eso comenzó a reír como loca para acto seguido taparse la boca con las manos.
—Oh por dios, te has enamorado de ella, te has enamorado de la desaparecida, que dulce de tu parte—dijo riendo aún.
—¿Y si así fuera a ti qué? —pregunto agresivamente.
—Me pondría celosa pero después recuerdo que ella está desaparecida, probablemente muerta y se me pasa, adiós.
Laura salió de la biblioteca dando saltitos antes de que Carlos dijera algo, ella no podría estar muerta. Él estaba más que seguro que la chica se encontraba en Argentina con su familia y estaba dispuesto a ir por ella.
Sin importarle nada salió del instituto para ir a su casa para hablar con sus padres, mañana se iba a Argentina y era una decisión tomada.
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Cuando te encuentre.
RomanceElla está enamorada de él. Él solamente la ve como una amiga. Ella está cansada de intentar luchar por él. Él la ve como la hermana que nunca tuvo. Ella busca una salida. Él busca una oportunidad. Ella huye sin dejar rastro o incluso decir algo. Él...