030 | Cuando tengo un impulso ♡

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Un golpe, otro golpe ¿Cuántos golpes iban a ser necesarios para poder quitar aquel sentimiento? ¿Cómo Natalia había podido aguantar tanto tiempo sintiéndose de esa manera? Carlos se dejó caer y se quitó los guantes de box, había estado en el gimnasio desde hace más de tres horas, aun no podía borrar aquel sentimiento de amargura y tristeza que le había provocado la noticia de Nina.

Después de escuchar aquellas palabras de la mejor amiga de la chica este corrió hacía donde se encontraba el hermana de Natalia, el chico estaba saludando a todos sus amigos animadamente y Carlos se percatado que nuevamente tenía la chaqueta del equipo, seguramente lo habían vuelto a integrar al equipo para jugar el último partido de la temporada y el más importante.

—¡Oscar!—Grito para llamar la atención del chico.

Este al ver al chico sonrió un poco, pero no del todo y eso le preocupo a Carlos, ambos chicos se saludaron chocando los puños.

—Debo confesar que no pensaba volverte a ver tan pronto ¿Qué les hizo cambiar de opinión para regresar?—Pregunto Carlos un poco brusco causando cierta molestia en el otro chico.

—Nos liberamos, eso paso, pero veo que no has venido a darme la bienvenida ¿En qué te puedo ayudar?

—Supongo que si tú has regresado, Natalia también lo ha hecho ¿Dónde está ella?

Oscar bajo la mirada—Ella no regreso.

—¿Qué, como que no ha regresado, porque? —Le pregunto furioso, molesto, confundido, tenía de todo.

—Resulta que ella no estaba lista para volver así que me pidió que yo regresara, ya sabes por nuestra madre pero dudo que ella regrese, Natalia se encariña muy rápido con las cosas y tal parece que el pueblo no fue la excepción.

—¿Por qué no la obligaste a regresar contigo? Ella no puede estar sola, ella nos necesita ¿Por qué la dejaste sola? —Espeto cada una de las preguntas, Carlos comenzaba a perder el control de sus sentimientos.

—¿Crees que yo no quería que mi hermana regresara? Eres un idiota, primero la ignoras y ahora que la has perdido ya la quieres de regreso, déjame te digo algo, haré todo lo posible para que mi hermana no ande contigo, prefiero mil veces que se quede con Mauricio que contigo.

Oscar le dio la espalda y comenzó a caminar hacia donde se encontraban Nina, Mauricio y Matías.

Carlos estaba hecho una furia, así que no le tomo mucho tiempo salirse de la escuela para dirigirse al gimnasio para así poder despejar un poco su mente pero resulta que el boxeo no le había funcionado como otras veces.

Una lagrima de desesperación comenzó a caer de los ojos del chico, al darse cuenta que estaba llorando Carlos se paró furioso para poder golpear el saco de boxeo, pero mientras daba un golpe una lagrima le salía, estaba desesperado.

¿Por qué Natalia no regresaba, porque no quería ser feliz con él? ¿Acaso era un tipo de venganza por hacerla sufrir mucho tiempo? Ahora sabía cómo se sentía y debía confesar que era una mierda, ella lo estaba haciendo una mierda y no lo iba a permitir.

Carlos casi corriendo se salió del gimnasio y fue a su casa donde rápidamente comenzó a empacar, el dinero de la herencia de su abuelo aún le alcanzaba para poder completar su locura.

No iba a avisarle a nadie, tal vez eso había salido mal desde un principio, Carlos necesitaba hacer esto no solamente por él si no también por la chica, por ambos.

Carlos le iba a demostrar a Oscar que estaba equivocado, le iba a demostrar que él iba a ser mejor persona que Mauricio, que Natalia no se merece a nadie más que a él, Carlos iba a traer a Natalia a casa.

—Me da un boleto para Argentina. 

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