025 | Cuando damos nuestro primer beso ♡

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Natalia no quería dejar a su padre solo pero este ya le había dado permiso para que saliera con el chico todo el día aunque solo le había advertido que tenía que llegar antes de que fuera media noche.

Estaba demasiado nerviosa, no sabía que era lo que el chico estaba planeando pero no era como que pudieran hacer muchas cosas porque aquel pueblito solo era uno de paso, lo mucho que podían hacer era nadar en el río.

La castaña se dejó su cabello chino suelto y se puso un vestido blanco junto con unas sandalias sencillas.

Se maquillo discretamente y se colocó uno de sus collares favoritos.

—¡Natalia, te buscan! —Grito su hermano.

La castaña sonrió nerviosa y tomo su bolso para salir a la puerta donde se encontraba el chico, este traía una camisa blanca y un pantalón de mezclilla, ambos sonrieron pero la sonrisa del chico se borró al recordar que había visto a la chica vestida de aquella manera en alguno de sus sueños.

—¿Qué ocurre?—Pregunto la chica nerviosa.

—Nada, solamente que te ves muy hermosa ¿Nos vamos?

—Claro.

La chica salió de su casa despidiéndose de sus hombres y camino detrás del chico, esta sonrió al ver que dos bicicletas estaban ahí esperando a que fueran montadas.

—¿Paseo por bicicletas? —Pregunto la chica dejando su bolsa en la bicicleta de la canasta, era más que obvio que se trataba de una bicicleta de mujer porque era de colores pasteles mientras que la otra era negra.

—Sí, tu padre me ha comentado que si nos adentramos un poco al bosque encontramos un lago donde podremos pasarla bien.

—¿Y cómo voy a estar segura de que no nos vamos a perder?

—Tu solo confía en mi ¿Crees poder seguirme el paso Natalia?

—Claro que sí.

Cada quien se montó en su respectiva bicicleta y comenzaron a pedalear, a pesar de que Natalia llevaba un tiempo viviendo en aquel lugar su padre jamás le había comentado sobre aquel lago así que todo fue nuevo para ella.

Todo estaba siendo mágico, no podía creer que se encontraba en aquel asombroso lugar que se había ganado su corazón con el chico del cual estaba enamorada.

No tardaron mucho en llegar porque como había dicho, la chica le mantuvo el paso al chico incluyendo que no estaba tan lejos como lo habían pensado.

El lugar estaba tranquilo y no había mucha gente, solo una familia y una pareja de ancianos que estaba alimentando a los patos que se encontraban nadando en la orilla del lago.

—Jamás había visitado este lugar a pesar de que estaba cerca—Comento la chica con una sonrisa.

—Bueno, quédate ahí que quiero postear una foto de ti en mi Instagram.

Él chico no dejo que ella posara para la foto, así como estaba tomo la foto haciendo que la chica saliera con su típica sonrisa, extrañaba tenerla con él.

—Debo confesar que seré la envidia de todo el mundo por estar acompañado de la chica más hermosa —Ella se sonrojo y él continuo tomando fotos.

—¡Basta! No quiero ser la culpable de que tu cámara se rompa.

—He hablado con Mauricio.

La chica al escuchar esa frase borro su sonrisa ¿Qué podían haber hablado ellos dos? Carlos al darse cuenta de que la sonrisa de la chica había desaparecido guardo la cámara y se acercó a ella.

—¿Escuche bien, hablaste con Mauricio? —Natalia se cruzó de brazos—¿Y de que hablaron exactamente?

—Bueno digamos que discutimos un poco...

Los chicos habían llegado a la posada que les había comentado Natalia, gracias al padre de la chica se quedarían esa noche gratis.

Las habitaciones se habían dividido como siempre, sin embargo, Carlos aún seguía furioso con Mauricio pero no podía hacer nada porque la posada solo contaba con dos habitaciones disponibles y ellos ya las habían ocupado.

—Ahora sé lo que sintió Josué cuando se enteró del beso—Comento el chico dejando su maleta en el piso.

—Bueno a ti ella te rechazó, vi mi oportunidad y la aproveche.

Carlos al escuchar eso se lanzó a Mauricio para comenzar a pelear a golpes pero Matías pudo separarlos antes de que estos comenzaran con la pelea.

—¿Y lograron solucionarlo? —Pregunto la chica interesada.

—Si, solo compartimos unos puntos de opinión.

Matías había podido separarlos pero estos se seguían gritando cosas, el rubio estaba avergonzado de que sus compañeros fueran a incomodar a los demás huéspedes.

—¡Eres un idiota Mauricio! Pensé que eras mi amigo pero solo eres un maldito egoísta.

—¿¡Yo soy el maldito egoísta?! Perdóname pero yo nunca le rompí el corazón a ella ¡Como otros!

—¡Eres un hijo de...!

—Me alegra saber que ambos son amigos ahora, no podía soportar que dos de mis personas favoritas estuvieran peleados.

—¿Soy una de tus personas favoritas? —Pregunto el chico emocionado.

—Ayer dije que solamente eras el chico que me había roto el corazón pero siempre fuiste el chico del cual estoy perdidamente enamorada.

—Me gusta cómo suena eso.

Carlos se comenzó a acercar a la chica, ella al principio se alejó pero luego recordó que ambos sentían lo mismo, que no era solamente un sueño y ella también comenzó a acercarse.

Ella siempre se había preguntado que se sentía besar al chico y estaba a punto de descubrirlo porque los labios del chico estaban centímetros de los de ella.

Solo se tuvo que inclinar un poco para besarla con suavidad.

Natalia al principio se quedó estática pero cerró los ojos y se dejó llevar, y sintió que algo estallaba en su pecho, por fin estaba besando al chico de sus sueños.

Cuando te encuentre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora