032 | Cuando ella esta en México y yo en Argentina ♡

887 61 5
                                    

Giselle estaciono su camioneta fuera de la cabaña de la chica, solamente que esta se veía más abandonada que la última vez que había estado ahí.

—¿Seguro que es aquí? No quiero desanimarte ni nada por el estilo, solamente que esta cabaña parece abandonada.

—Tranquila, concuerdo contigo—Comento el muchacho encogiéndose de hombros—Hagamos algo, bajare a ver si ella se encuentra en la cabaña de no ser así me llevas al restaurante que estaba cerca de aquí, puede que la encuentre también ahí.

—Claro, entonces aquí espero, si ella sale me marcho, no quiero que ella malinterprete las cosas y por lo que me contaste su relación no está para ese tipo de cosas en estos momentos.

—Gracias por entender —El chico abrió la puerta. —y lamento que lo nuestro no haya podido continuar.

—No te preocupes Carlos, era cuestión de tiempo para que ustedes se enamoraran, ahora ve por tu chica.

El castaño no comprendió del todo a que se refería Giselle pero prefirió quedarse con la duda.
Cuando bajo de la camioneta pudo sentir como sus manos comenzaban a sudar aunque él sabía que probablemente la chica no se encontraba en casa por la apariencia de la cabaña no podía evitar ponerse nervioso.

Dio dos pequeños toques a la puerta y espero a que alguien le atendiera pero no hubo respuesta, volvió a dar otros pequeños toques pero sucedió lo mismo, nadie respondió.

—¿Puedo ayudarte en algo? —Pregunto una chica rubia que traía dos bolsas, parecía que venia del mercado.

—Sí, estoy buscando a la dueña de la casa.

—Aquí me tienes —La chica sonrió—¿Cómo puedo ayudarte?

Carlos cambio su rostro por uno de confusión ¿Acababa de escuchar bien? ¿Acaso la chica le dijo que ella era la dueña? Se encontraba bastante confundido, enojado, triste porque él chico sabía lo que significaba aquella noticia, que nuevamente estaba desaparecida Natalia.

—Veo que por tu rostro no suenas muy contento con la noticia, como te repito ¿Te puedo ayudar con algo?

—Bueno, aquí estaba viviendo mi... —¿Cómo la podía describir?

—Tu...suena bastante complicado, mira en realidad no se mucho acerca de los inquilinos que vivían aquí antes que yo, solo sé que uno de ellos murió por ese motivo abandonaron la cabaña.

Carlos al escuchar eso recordó las palabras de Oscar 'Nos liberamos, eso fue lo que paso' ¿Acaso había muerto ella? Tal vez la razón por la cual no había querido regresar a la ciudad es porque ella estaba muerta ¡Ella había muerto!

—Tengo que irme, gracias por la información.

Carlos con lágrimas en los ojos regreso a la camioneta, él sabía que la chica probablemente no estaba muerta pero todo le indicaba a que ella era la inquilina que había muerto.

Aún recuerda algunas palabras que compartió con el hermano de la chica incluyendo que a pesar de su regreso en su rostro mostraba cierta tristeza, el hecho de pensar que Natalia había muerto lo estaba matando.

—¿Qué sucedió? —Pregunto Giselle cuando vio que el muchacho subía a la camioneta, a pesar de que ella se había marchado hace mucho tiempo aun recordaba el rostro de Natalia, por eso no se había marchado.

—Ella...creo...creo que ella es...está muerta.

—¿Qué? —Pregunto la chica confundida.

—Lo que escuchaste Giselle, sé que ella no te agrado nunca, pero enserio me duele esto así que te pido que te calles.

—Tienes razón jamás me agrado la maldita —Carlos la fulmino con la mirada —pero siempre publicaba buenas fotos en Instagram y hace unos minutos acaba de postear esto.

Carlos se limpió las lágrimas y le arrebato el teléfono a la castaña, Natalia había publicado una foto pero al ver qué tipo de foto era se decepciono un poco.

—Ella esta ¿En México?

—Me estás diciendo que ella regreso a México y nosotros estamos aquí.

—¡Llévame al aeropuerto ahora mismo!—Grito Carlos terminándose de limpiar las ultimas lagrimas que habían caído de sus ojos.

Giselle prendió la camioneta y comenzó a andar, al poco tiempo ella fue acelerando un poco hasta alcanzar la mayor velocidad.

—Te conté que conocí a un chico aficionado a las películas de 'rápidos y furiosos'.

Carlos no entendía porque la chica sacaba ese tema de conversación en aquellos momentos pero le alegraba tener un poco de compañía en aquellos momentos confusos.

—Sí, claro—Comento un poco desanimado, aun recordaba que por aquel chico ellos habían tenido problemas.

—Él fue el que me enseñó a conducir así que abróchate el cinturón porque estaremos llegando al aeropuerto en tan solo unos minutos.

Carlos al ver que la chica no estaba hablando en broma rápidamente se abrocho el cinturón, jamás le había gustado hacerlo pero en aquellos momentos lo ameritaba.


Cuando te encuentre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora