005 | Cuando aparece en mis sueños ♡

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Carlos se despertó gracias a un sueño, mejor dicho, una pesadilla.

Había soñado con Natalia. Este se encontraba en un bosque y de la nada aparecía la chica con un vestido blanco, su cabello chino suelto y descalza. De las manos, brazos, piernas y pies estaba manchada de sangre.

Ambos se quedaron observándose por un momento hasta que ella rompió la conexión y comenzó a caminar hacia la profundidad del bosque, él inmediatamente la comenzó a seguir, pero la perdió con rapidez.

Todo era un completo silencio hasta que se escuchó un susurro de ella diciendo 'Encuéntrame', Carlos inmediatamente se despertó demasiado agitado, sudando y con la piel erizada.

Quería volver a dormir para encontrarla en sueños que le dieran una pista, pero le era imposible cerrar los ojos, la sensación de que algo malo le pasaba a la castaña había crecido después de esa pesadilla.

La mañana tardo mucho en llegar, cuando su alarma sonó corrió a la ducha para darse un baño rápido. Al salir se vistió lo más veloz que pudo y salió rumbo a la casa de Natalia.

A pesar de que habían pasado ya dos semanas, en ningún momento había ido a visitar dicha casa por miedo a no encontrarla y llevarse una decepción.

A pesar de que habían pasado ya dos semanas, en ningún momento había ido a visitar dicha casa por miedo a no encontrarla y llevarse una decepción

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Freno bruscamente cuando noto que había llegado, de hecho, había rebasado la casa. Retrocedió tres viviendas y ahí estaba, su pequeña pero perfecta casa.

Dejo la patineta en el jardín y comenzó a caminar por los escalones que dirigían hacía la entrada. Esta lucía radiante, cualquiera que pasara por aquella casa diría que vivía una familia feliz, pero no era así, solamente vivía Natalia con su hermano y su madre ya que su padre los había abandonado desde hace ya un largo tiempo.

No había ningún ruido, las cortinas estaban cerradas, sin embargo, las ventanas que se percibían estaban abiertas. El chico tocó con temor el timbre, no sucedió nada, lo volvió a tocar, nada.

—¿Hola, puedo ayudarte?—preguntó una señora de mediana edad.

—No, bueno sí—respondió nervioso—¿Es usted vecina de los dueños de esta casa?

—No solo soy su vecina si no también su familiar, soy la tía.

Una pequeña sonrisa se dibujó en la cara del chico.

—Vine a buscar a Natalia, hace dos semanas que no sabemos nada de ella, nos hemos comenzado a preocupar muchísimo.

La cara de la tía de la chica cambió por una de tristeza, Carlos comenzó a angustiarse.

—¿Quieres pasar a mi casa? Creo que hay algo que debes de saber.

El chico asintió y siguió a la tía hasta la casa continua.

No espero mucho cuando este se encontraba sentado en una pequeña mesita en la cocina con un vaso de jugo frente a él.

—¿De dónde conoces a mi sobrina?—preguntó sentándose frente a Carlos.

—De la preparatoria, desde hace unas semanas ella se comenzó a comportar un poco extraña, un día fue al instituto y al día siguiente desapareció. Todos estamos preocupados por ella, ha desaparecido de las redes sociales, no contesta el teléfono ni mucho menos los mensajes.

—Pero tú eres el que está preocupado especialmente—dijo con una sonrisa triste.

—Sí, bueno es como una hermana para mí y estoy más que preocupado ¿Le ha pasado algo malo?

—Debo confesar que no tengo la menor idea, lo único que sé es que un día mi sobrina llego del instituto y como era costumbre fui a cenar con ellos, pero su padre estaba ese día en la casa.

—¿Su padre? Natalia nos dijo que él había muerto.

—Mi hermano nunca murió, ella 'lo mató' en forma de venganza por abandonarla a ella y a su familia, aunque no la juzgo lo que hizo mi hermano es imperdonable.

—Entonces ¿Natalia esta con su padre?

—No lo sé, después de que cenamos, que debo agregar fue demasiado incómodo, yo me regrese a mi casa porque mi cuñada y mi hermano me lo pidieron, pero para ser honestos me quede en el patio espiando un poco.

—¿Qué sucedió?

—Discusiones familiares, después de ello mi cuñada salió de la casa seguida de mi hermano y mis sobrinos, no llevaban maletas ni nada, desde ese día no han regresado.

Carlos no quería preguntar, pero debía hacerlo—¿Tuvieron algún tipo de accidente o algo parecido?

—Junto con mi esposo nos estuvimos preguntando lo mismo por días, pero mi cuñada decidió comunicarse con nosotros para decirnos que estaban bien, que no nos preocupáramos, pero jamás nos dijeron en dónde estaban, ni mucho menos cuando regresarían o si lo harían.

—Entonces usted tampoco sabe dónde están—dijo el chico molesto.

—No y comprendo tu molestia, también estoy enojada con ellos por desaparecer de la nada, pero creo saber dónde están.

—¿Y dónde pueden estar? —pregunto emocionado.

La tía se paró de la mesa y comenzó a caminar hacía la sala, el chico la siguió desesperado.

De un cuadro saco un pequeño mapa y se lo entregó al chico.

—¿Qué es esto?

—Un mapa—respondió sarcásticamente.

El chico frunció el ceño—Sé que es un mapa, pero...

Lo interrumpió—Es un mapa que te lleva al pueblo donde crecimos mi hermano y yo, creo que han estado hospedándose ahí, si tienes oportunidad ve y descubre mi teoría.

—¿Y en donde está el pueblo?

—En las afueras de la ciudad.

—Fácil, creo que puedo ir esta noche.

—De Argentina.

—¡¿ARGENTINA?! —pregunto exaltado.

La alarma de su celular comenzó a sonar rompiendo el silencio que se había creado.

—Tengo que irme al instituto, gracias por la información.

—No hay problema, solo quiero recordarte algo: este mapa es indispensable para llegar al pueblo, si lo pierdes dudo mucho que encuentres al camino al pueblo—le entregó una tarjeta—Si llegas a ir márcame.

—Por supuesto, nuevamente gracias.

Carlos salió de la casa y tomó su patineta para ir al instituto, si estaba confundido, ahora se encontraba aún más.

Cuando te encuentre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora