006 | Cuando descubrí la verdad ♡

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Carlos llegó al instituto demasiado acelerado, quería ir a Argentina, mejor dicho, tenía que ir a Argentina, necesitaba encontrar a Natalia, pero ¿Y si la tía estaba equivocada? Era un gran viaje e iba a necesitar muchísimo dinero.

—¡Hermano! Qué bueno que llegas tenemos noticias de Natalia—dijo Josué acercándose al chico para jalarlo a donde se encontraban los demás.

Carlos casi corrió para encontrarse con el resto de sus amigos, le desagrado la idea de que los nuevos amigos de Mauricio se encontraran ahí, pero decidió ignorarlo.

—¿Que saben de Natalia?—pregunto emocionado.

—Como todos los días le marque en la mañana, cada que le marcaba su teléfono me decía que se encontraba apagado o fuera de servicio, pero esta vez la llamada se pudo realizar mandándome ahora a buzón—explico Nina.

—Ve al grano Nina—dijo un Matías ansioso.

—Tengo un primo que se dedica a localizar teléfonos perdidos así que fui con él y cuando le marcamos pudimos detectar que ella se encuentra en Argentina.

—¡¿Argentina?! —gritaron todos sorprendidos a excepción de alguien, Carlos.

—Es una locura, ella no pude estar tan lejos, además ¿Cuál es la probabilidad de que tenga su teléfono con ella?—dijo Mauricio.

—Ella esta con su padre—menciono Carlos sin darse cuenta.

—Su padre está muerto—contesto Samanta.

—No lo está, miren el día de hoy...—y así Carlos le comenzó a contar a sus amigos lo que había descubierto.

Les conto casi todo ya que se había guardado para el mismo el mapa que se le había entregado. Cuando entraron al instituto cada quien se fue por su lado ya que tenían horarios diferentes; así comenzó el día de Carlos y las siguientes horas fueron muy largas para él ya que solamente se la pasaba pensando en Argentina.

La hora del descanso llego y los chicos se volvieron a reunir a excepción de algunos que solamente se habían acercado con anterioridad para enterarse de lo sucedido, ya que la desaparición de Natalia era el chisme del año, y si, los amigos de Mauricio eran los únicos ausentes.

—Todos están conscientes de que no podemos ir a Argentina—dijo Abi.

—¿Por qué no? Tenemos que ir por ella, sé que nos necesita—respondió Carlos molesto.

—Si nos necesitara ella ya nos hubiera hablado o se hubiera tratado de comunicar con nosotros, pero no lo ha hecho, en vez de eso ha decidido desparecer como una cobarde—dijo Samanta sin pensarlo.

—¡Ella no es ninguna cobarde!—dijo Carlos furioso, poniendo sus puños en la mesa.

—Oye 'hermano' tranquilízate, Samanta solo dijo lo que lleva pensando desde hace días y creo que estoy un poco con ella—la defendió Mauricio.

—¿De qué hablas, idiota? Natalia nos necesita acaso no lo entienden.

—Lo que no logro entender es porque de la nada te interesas tanto en ella—dijo Matías metiéndose en la pequeña discusión que comenzaba.

—¡Ella siempre me ha interesado! —grito.

—Si te hubieras interesado desde un principio por ella, tal vez no estaría desaparecida—comento Nina frunciendo el ceño.

—¿Pero qué carajos ocurre con ustedes cuatro? Saben que Natalia es muy importante para mí, ella es como mi hermana.

—Ese es el problema, tu solamente la vez como tu hermana—continuo Mauricio.

El problema de aquella situación iba a comenzar.
Cuando Natalia descubrió que estaba enamorada de Carlos al primero que le conto fue a Mauricio ya que ellos siempre fueron muy unidos, la siguiente persona fue Nina, el siguiente Matías y así continuo la cadena.

Para ella ese tipo de cosas no le importaba tenerlas en secreto, tal vez al principio, pero después de ello todos comenzaron a darse cuenta de muchas cosas y a Natalia no le quedo de otra más que admitir que estaba perdidamente enamorada de Carlos así que le termino confesando eso a todo el grupo de amigos.

La única persona que al parecer nunca logro descifrar aquellos sentimientos, ni porque tenía señales delante de él, fue Carlos, hasta ahora.

—¿A qué te refieres con eso, Mauricio? —pregunto hecho una furia.

—Él no se refiere a nada, lo mejor es que dejemos el tema por una buena vez—contesto Nina jalando a Carlos para que se volviera a sentar.

—No Nina, que se entere—continuo Mauricio.

—¿Enterarme de qué? —pregunto aún más molesto.

—¡Nada! Mauricio está loco—dijo Abi.

—Carlos ignóralo, solo te quiere hacer enojar—siguió Samanta.

—Oh vamos chicas, ustedes saben que no, ustedes saben que lo que tengo que decir es verdad—protesto Mauricio.

—Lo sabemos, pero ¡SHHH! —dijeron ambas alteradas.

—Natalia era como una hermana, después de su desaparición créeme que le va a valer una mierda si sabe o no—animo Matías a su amigo.

—¿Nina?—pregunto Mauricio.

La mejor amiga de Natalia, ella sabía qué hacer.
La chica miro a Carlos y luego a su mejor amigo.

—Adelante hazlo.

Samanta, Abi, Josué y el resto de los chicos estaban enfurecidos con Mauricio, Nina y Matías porque sabían que estaban cometiendo una gran equivocación, pero para ellos no era una equivocación, sino una gran decisión.

—La razón por la cual Natalia estaba extraña hace unos días fue por tu culpa—comenzó a decir Mauricio con una sonrisa de satisfacción—Ella me vino a buscar varias veces porque necesitaba un hombro para llorar, necesitaba desahogarse para mostrarse fuerte delante de ti.

—La rompiste de mil maneras, pero ella seguía ahí—concluyo Nina.

Carlos no comprendía de qué hablaban sus amigos, estaba a punto de volverse loco. ¿Acaso ellos no comprendían? Estaba pasando por un momento difícil y ellos con sus chistes de mal gusto.

—¡Vayan al grano! No entiendo ni una mierda de lo que están tratando de decirme.

—¡Natalia! Ella, ella estaba perdidamente enamorada de ti o más bien esta y desde el primer día de su desaparición Matías, Nina y yo creemos que es tu culpa.

Carlos no dijo nada, se quedó atónito.

Cuando te encuentre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora