Capítulo ciento diecisiete | Parte Dos
Punto de vista de TedYo ya he conseguido mis papeles. Estoy sentado en la cama, observándolos, mientras espero a que ella consiga los suyos.
—Estoy segura de que los guardé aquí —gimotea.
Agito la cabeza.
—No puedo creer que perdieras algo tan importante como eso.
Se da la vuelta, poniendo las manos en las caderas. Oh, no.
—No los perdí, Theodore Raymond Grey —gruñe—. En lugar de recriminarme por cosas que no hice, levántate de esa cama y ayúdame.
Alzo las manos en son de paz. Dejo los papeles sobre la cómoda y le ayudo a buscar sus papeles. La dejo revisando los cajones, mientras me encargo del enorme armario. Quisiera saber por dónde comenzar. El armario realmente era enorme, sobre todo para dos personas. Rebusco entre los primeros cajones con los que me topo, pero solo contienen parte de mi ropa. Los siguientes dos a la izquierda también. Salto hacia el estante a la izquierda. El primer cajón tiene cosas de ella, así que busco con más cuidado. Rebusco en el siguiente cajón al no encontrar nada en el segundo. Hay un par de sobres blancos, que contienen unos documentos en danés. Poemas. Hay una pequeña cajita de metal. Los papeles que busco no caben ahí, pero me pica la curiosidad y lo abro. Hay un papelito amarillo doblando cuatro veces. Al desdoblarlo, veo como título escrito en color rojo “Cincuenta Sombras y Luces de Ted”. Es una lista dividida en dos columnas, una a la izquierda y la otra a la derecha.
Sombras:
1. Posesivo
2. Inseguro
3. Terco
4. Algo violento
5. Impulsivo
6. Controlador
Luces:
1. Tierno
2. Comprensivo
3. Cariñoso
4. Protector
5. Honesto
6. Educado
7. Fiel
8. Buen hijo
9. Buen hermano
10. Maravilloso padre
11. Amoroso
12. Amante de ensueño
13. Sonrisa perfecta
14. Ojos dulces
15. Apasionado
16. Creativo
17. Inteligente
18. Ágil
Recuerdo haber visto su letra una vez, cuando Wallace me había enseñado una nota escrita por ella. Es el mismo trazado fino y curveado, elegante. Cuando releo la lista se me curvean los labios sin darme cuenta. Esta mujer. En las cosas que pierde el tiempo. Sin embargo, me cosquillea el pecho al ver todas mis aparentes luces: «Maravilloso padre», a pesar de que aún no han nacido. El resto en la lista normalmente salta de mí por ella. No hay forma que pueda ser demasiado brusco cuando me mira, porque siento que todo dentro de mí salta y goza. Y antes me preguntaba cómo era posible que un hombre pudiese permitir que una mujer consiga hacer de él una marioneta. Creo que al fin lo he podido comprender.
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Cincuenta Sombras y Luces de Theodore Grey
RomanceEsta historia pertenece a www.facebook.com/CSDGTrilogia. Excelente escritora, desde una perspectiva muy parecida a la de E. L. James plasma una historia entre el romance y el riesgo. Vale la pena pasear nuestras mentes por este texto. Habla desde el...