Nueva vida
Es un día bastante caluroso, es mi segundo día aquí y ha sido lo mejor, ayer cuando terminamos de desempacar mi madre y yo, fuimos a recorrer el pueblo, ahora es más bonito que antes.
Recuerdo que las calles no estaban pavimentadas y había muchas piedras, ahora las banquetas están como debe ser y tengo que admitir que se ve aun más bonito. Compramos un helado y lo comimos en el quiosco observando el gran convento del pueblo, las personas nos saludan aun recordándonos como la familia del señor Carlos.
Mi abuelito siempre fue muy bueno con las personas de este pueblo, aunque no teníamos mucho dinero, el siempre les daba trabajo a las personas que lo necesitaban y le regalaba juguetes a los niños, espero poder ser tan querida como el en este pueblo.
—¡Hija! Es hora de que me vaya— escucho gritar a mi mamá desde abajo, desearía que se quedara aquí conmigo, pero tiene que regresar a trabajar. Prometió venir a visitarme cada que tenga días de descanso en su trabajo.
—¡Ma! ¡Te voy a extrañar!– le digo abrazándola y dándole un fuerte beso en la mejilla.
—Y yo a ti mi amor, prométeme que te vas a portar bien— la miro con los ojos abiertos y me toco el pecho.
—¿Cuándo te he causado problemas, madre mía?—
—Ya sé que nunca, pero vivir sola es algo diferente– suspira y noto preocupación en sus ojos.
–Ma, vine aquí a estudiar, no a hacer amigos o algo por el estilo. Ya habíamos hablado de eso– la tomo de los hombros y sonríe cariñosamente.
–Está bien, me voy. Te marco en cuanto llegue a casa– asiento y me da un rápido abrazo, agarra su bolsa y entra en la camioneta.
Observo como se va alejando y entro a la casa, la casa que será mi hogar por tres años.
En cuanto entro, la casa se siente aun más grande de lo que es y muy vacía y silenciosa sin mi mamá aquí. Prendo la televisión, pero no la veo, solo la prendo para que haga ruido en lo que reviso mis redes sociales. Sin darme cuenta me quedo dormida máximo 20 minutos, hubieran sido mas, si el ruido de afuera no me hubiera despertado.
Malhumorada me levanto y abro la cortina para ver por qué hay tanto ruido. Observó a un tipo lazando golpes, pienso qué tal vez está borracho hasta que veo otro brazo cubierto de tatuajes y otros 3 tipos atrás de el.
¿Se están peleando?
Me pongo mis zapatos lo más rápido que puedo y salgo, mis ojos se abren como platos al ver a dos chicos sangrando de la cara y de sus nudillos, se ven de mi edad, tal vez uno o dos años más grandes, los que están viendo dirigen su mirada hacia mi.
—¿Qué creen que están haciendo?— pregunto acercándome a ellos.
—Es mejor que te alejes de aquí, princesa— dice un chico moreno, alto, en tono burlón.
—¿Alejarme? Están afuera de mi casa, no permitiré ese tipo de cosas— digo en voz alta pero a ninguno de los cinco parece importarles y mucho menos a los que siguen golpeándose.
Los observó unos segundos y entró corriendo a mi casa, agarro la manguera, la conectó a la llave de agua y la traigo conmigo tratando de no mojarme. En cuanto llego hago presión en la boca de la manguera haciendo que caiga en los peleoneros.
En cuanto el agua cae en ellos, se separan, el agua hace que la sangre en sus caras se deslice por sus cuellos.
—¿¡Que mierda estás haciendo!?– me grita el tipo con tatuajes pero lo ignoro —¿¡No me escuchaste!?— lo veo acercarse a mi con grandes pasos y en cuanto llega a mi, me arranca la manguera de las manos, me siento pequeña a su lado, pero me armo de valor y me mantengo firme, alzando mi barbilla.
—Están peleándose afuera de mi casa— le digo mirándolo a sus ojos color café, trago saliva en cuanto lo veo reír amargamente.
—¿Y?— el agua sigue cayendo en el suelo, que desperdició.
—No puedo permitir que se estén peleando en mi propiedad— cruzo las manos en mi pecho y otra risita se asoma en su cara.
—Este es mi pueblo — escucho risitas de los demás.
—Ah si ¿en donde dice tu nombre?— ahora escucho algunos "tssss" atrás de la espalda de... ni siquiera sé quien es.
—Te crees muy divertida ¿no? — se acerca más y yo retrocedo inconscientemente.
—No, solo te estoy diciendo que esta es mi casa y que no pueden estar haciendo desorden y mucho menos peleándose–
—Y yo te estoy diciendo que este es mi pueblo y yo hago lo que quiero cuando quiero ¿te queda claro? o es que tú pequeño cerebro no puede captar lo que te digo— pone su dedo índice en mi cien y la adrenalina corre por todo mi cuerpo, nadie me habla así.
Levantó mi mano y la estampó en la mejilla del idiota que está frente a mi. Siento como mi mano cosquillea por el golpe y él se soba riendo. ¿Acaso no se cansa de reír? Los chicos se acercan a él y lo jalan.
—Vámonos— le dice el moreno agarrándolo del brazo pero este se suelta de un jalón y se acerca otra vez a mi.
—Esto no se va a quedar así— pasa su mano por mi mentón y se da media vuelta, tres de ellos lo siguen.
—Ay niñita, no sabes en lo que te acabas de meter— me dice un chico apiñonado de ojos grises, su labio está hinchado y en su ceja derecha escurre sangre.
—Al parecer tú tampoco— le respondo y me doy vuelta para entrar.
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Nota de la autora:
¡Hola! Espero que les guste este primer capítulo, esta novela es muy importante para mi y es lo mejor compartirla aquí.
Voten y comenten.
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NO ES UN MONSTRUO
Teen FictionEs mi primer día viviendo en este pequeño pueblo lejos de todo el ruido y smoke de la ciudad en la que solía vivir, mi sueño siempre fue estudiar en un pueblo tranquilo y no hay nada mejor que en donde pase la mayoría de mi infancia. A pesar de que...