Madrugada

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Caigo en la cuenta de que Matt me está  abrazando y no lo estoy apartando, rápidamente me aparto y en su mirada hay preocupación.

-Dime june, por qué estás así a éstas horas de la noche y en mi casa, te pasó algo??.

Él chico no puede estar más confundido y no lo culpo, estoy acá en éstas fachas y apartandolo,  ni sé por que vine acá, pero era el único lugar no tan lejos que conocía.

- Estás descalza?- miro mis pies apenada, olvidé tomar unos zapatos antes de salir, aunque de la forma que salí  no creó haberme detenido a buscar que ponerme.

Matt toca mi hombro desnudo y me estremezco.

-Dios june estás helada, ven te prepararé un chocolate caliente- hago una pequeña mueca de desagrado.

-No te gusta el chocolate!?? - niego apenada con la cabeza gacha.

-Pero que clase de chica eres? A quien no le gusta el chocolate!?- si, leíste bien, no me gusta el chocolate o más bien no lo como, no me trae buenos recuerdos, después de todo, lo aborrezco.

-Vale te prepararé un café- y suelta una risita.

-Ah y lindo pijama- siento como el calor sube a mis mejillas y envuelvo mis brazos al rededor pero luego siento que ponen algo encima de mi.

-Para que no te congeles... Ya luego me lo agradeces.

Le agradezco con la mirada y me guía hasta la cocina, me quedo viendo todo a mi al rededor y vaya que es enorme esto, Matt vive prácticamente en una mansión. Me siento en el reposadero mientras Matt prepara el café.

- Vaya, que tenemos aquí?

Escucho una voz a mis espaldas y joder me olvidé de sus padres, me volteo tímidamente y hay una señora de edad parada en el umbral de la puerta con las manos en su cintura o lo que era una cintura y siento el calor subir a mis mejillas, espero no meter en problemas a Matt.

-No vayas a pensar mal eh nana, es solo una amiga que necesitaba mi ayuda y le dije que se podia quedar- nunca me dijo que me podía quedar ni nada.

-Sabe que yo no tengo problema joven, pero cuidadito eh- y mira a Matt con ojos pícaros y yo me pongo más roja de lo que ya estaba.

-Y tu jovencita, cual es tu nombre?-  se  acerca para saludarme.

- June, nana se llama june y no habla- volteo a ver a Matt pero de pronto siento unos brazos suabesitos y enormes rodeándome, y sep la señora me está abrazando.

- Aww desde cuando tiene esta discapacidad? Nunca a hablado, puede oírme? - bajo la mirada.

-No nana no es una discapacidad, no habla por que no quiere, es... complicado nana- y su nana me mira sorprendida.

- Y por qué no hablas querida?? - pregunta como si nada.

-Nana... por favor.. Déjalo si? -  lo mira confundido pero ya luego luego como que entiende.

-Ahhh está bien joven matty, un placer june, yo soy la nana del joven Matt, también puedo ser la tuya si quieres- guiña un ojo y me mira con amor, pero, como puede si ni siquiera me conoce? no puedo ser grosera con una anciana tan cariñosa así que asiento.

-Excelente, los dejo, no hagan ruido para que no despiertes a tus tíos Matt- y besa a Matt en la mejilla, un beso bastante ruidoso.

- Vale nana, gracias- y la nana sale de la cocina.

- ya me la cobraré- Matt ríe.

- sabia que no lo haría de gratis.

Matt se sienta frente a mi y me pasa mi taza de café, le doy un sorbo pero lo escupo al instante, esto está horroroso y súper caliente, creo que me quemé la lengua tiro un grito ahogado y me hecho aire con las manos en la boca.

Toque De Un Alma Fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora