Hemorragia

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Tres semanas... Llevo tres semanas interna en el hospital, no podría lucir peor. Mis labios resecos, ojeras enormes, cara pálida, huesos marcados, constantes vómitos y un tubo metido en mi clavícula cada hora del día, hacen de mi vida un infierno.
No sé como Matt puede venir a verme cada día con una sonrisa y decir que estoy hermosa, si que debe de quererme.
Lo que me duele, es que no solo yo doy a lucir que tengo cáncer, pareciese que Matt tiene la misma enfermedad que yo; está más delgado que antes, unas bolsas oscuras debajo de sus ojos ahora son visibles. Resultado de quedarse noches enteras despierto conmigo,  pensando tal vez en la mierda de novia que tiene.

Hay días en los que si, regresa a casa, se da un baño y enseguida vuelve. Las clases comenzaron pero Matt no asiste, solo lo hace un día a la semana y es a recoger todos los trabajos dados para hacerlos en el fin de semana aquí en el hospital. Otra de las razones por las que se trasnocha,  haciendo todas las tareas de la semana en dos días. Este es nuestro último año y la estamos pasando en una habitación de hospital.

Papá viene siempre, pero no siempre puede quedarse a dormir, ya que su trabajo queda demasiado lejos del hospital y no le da tiempo a llegar; Sam viene muchas veces en la semana, pero yo misma lo corro. Sé cuánto le gusta salir de fiesta y con chicas como para atarlo a mi desgracia a él también. Y pues yo, casi estoy acostumbrada a los catéter que tengo que llevar puestos, ya sea en mi clavícula o en mi muñeca, me e acostumbrado al dolor de garganta de vomitar todo lo que mi boca toca y a que la mayoría de los que están en la habitación me vean casi desnuda. Al principio fue vergonzoso y les pedía salir, pero hubo un momento en el que necesitaba tanto de Matt para afrontar todas esas dolorosas inyecciones, que ya no le pido que salga de la habitación a la hora de la enfermera llegar.

En mi tiempo libre, que es bastante, ya sea fuera de la quimio o las sesiones de recuperación, leo los libros que Matt trae para mi cada fin de semana o simplemente duro horas y horas hablando con mara, mi amiga de 5 años. La única amiga que eh tenido en años; una amiga que sufre a diario como lo hago yo, solo que su situación no es cáncer. Tiene insuficiencia renal, está en una etapa muy avanzada, a tal punto en el que solo come mediante tubos y muchas veces su panza está enorme. Es triste ver como pequeñas almas llenas de vida y con todo un futuro por delante yacen detrás de estos muros pintados de un blanco que da ganas de vomitar pero sobre todo ver, que esa pequeña alma que solo tiene 5 años de existencia, lucha por vivir, lucha aun sabiendo que hay demasiadas posibilidades de morir. Como yo, aguarda en la eterna lista de espera, esperando unos intestinos sanos y yo esperando una medula espinal que como todos sabemos, no llegará.

-June- Matt me saca de mis pensamientos tocando mi hombro.

-Mañana no podré estar aquí... Tengo que tomar un examen que solo será dado mañana y no puedo faltar, Lo siento... Vendré justo después del examen, lo prom...

-No te preocupes Matt, no es nada... Estaré bien, te voy a esperar. Mientras, da lo mejor en ese examen eh.

Matt me abraza con cuidado de no mover el catéter de mi clavícula y besa mi frente repetidas veces.

-Más te vale que permanezcas sana hasta que vuelva!- bufo de forma insignificante.

-Pan comido! Has visto que el cáncer puede conmigo?- levanto mis "enormes" músculos victoriosa. Ojala pudiera sentirme tan segura como las palabras que salen de mi boca.

-Pues nada puede con mi chica, quien es la más fuerte? - coloca ambas manos en su oído.

-June!

-Quien!?

-June!!- grito más fuerte.

- sshhhhh No tan fuerte, te van a escuchar- los dos reímos a carcajadas mientras tapamos nuestras bocas.

Toque De Un Alma Fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora