Pétalos marchitos

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-Muy bien june, ponte ésta bata para no llenar tu ropa de cabello, el vestidor está por allá- me indica el doctor, mi manos tiemblan y mis pies aún más, me  dirijo al vestidor o más bien la cortina en la esquina,  no puedo creer que vaya a hacer esto, haré esto.

Me desvisto y me coloco la bata, el doctor me sienta en una silla que hay en medio del cuarto y toma en sus manos el artefacto con el que cortara todo mi pelo.

-Estás lista?- respiro hondo cerrando los ojos y asiento sabiendo que nunca estaré lista para esto.

-No quieres que nadie te acompañe? Puedo llamar a alguien si quieres - niego con la cabeza.

-Vale como quieras- inhalo una vez más y trato de relajar mis hombros pero se me es imposible.

Cortaran mi cabello, todo esto es lo que conlleva la enfermedad, es solo pelo, volverá a crecer, tal vez no ahora, pero pronto lo hará y todo volverá a hacer normal siiii será todo normal.

Trato de convencerme a mi misma sabiendo que será en vano.

Matt

Su nombre viene a mi cabeza y no sé por qué, cuando se quedó un mechón entre sus dedos, solo se fué y no dijo nada más, no sé cómo vaya a reaccionar después de esto pero tampoco sé por qué me importa en realidad.

- Aquí vamos june.

Las palabras del doctor son como dagas a mis oídos, siento el frío artefacto rozando la piel de mi cabeza y veo como mechones caen al suelo, marchitandosé como pétalos arrancados de una flor, mechones que fueron pero que ya no serán y lloro. Lloro porque ya no seré la misma, lloro porque me quitan una parte de mi, lloro por que él se lleva todo lo que no quiero y lo que quiero dejándome sin nada, sola y vacía. No sé si esté hablando del doctor o de otra persona pero quien quiera que sea que se apodera de mis pensamientos es un criminal que se ha llevado todo.

Lloro  en esta fría habitación de hospital con esta bata que ya sientos de pacientes han portado y con este sentimiento que no sé como nombrar. Siento como mis mejillas se mojan con mis lágrimas y ya no lloro en silencio, lloro a gritos y el doctor no dice nada, por que tal vez sea el único que me entienda en estos momentos.

En mi garganta hay un nudo que no me permite  respirar y siento como las palabras que quiero decir pero no puedo se atoran en mi garganta impidiendo el paso del oxígeno y me arropa un frío inmenso, me siento desnuda aún estando vestida.

En mi garganta hay un nudo que no me permite  respirar y siento como las palabras que quiero decir pero no puedo se atoran en mi garganta impidiendo el paso del oxígeno y me arropa un frío inmenso, me siento desnuda aún estando vestida

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-Hemos terminado - inclino mi cabeza al suelo y veo como mi pelo yace en el las frías baldosas, me inclino y tomo unos cuantos, sintiendo su aroma por última vez para ya ponerme de pie.

El doctor toca mi hombro en forma de consolación, se retira y lloro, aunque no recuerdo haber parado, me duele el pecho de tanto llorar, vuelvo a vestirme y me miro en un pequeño espejo que hay al costado de la habitación.

Toque De Un Alma Fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora