capitulo 28

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Había salido del hospital hace tres semanas, Zac había formado la guerra mundial por haberme perdido, me toco decirle que salí unos días de la ciudad para descansar a lo cual que el me reclamó que por que apenas estábamos comenzando el Instituto, y para colmo de males todos los del Instituto estaban informados de mí noviazgo con Alex y habían especulado que me había escapado con el por que el tampoco se había aparecido por el Instituto.

Mis padres se habían enterado y fue otra discusión, total es que me mandaron a terminar con el, hoy estaba mudando de casa, si eso se podía tomar así era una casa de dos pisos de mis padres. Era pequeña pero para yo vivir aquí sola era enorme metí la última caja a la casa. No había visto a Alex hace tres semanas y de verdad necesitaba una mano para ordenar esta casa, le pagué al de la mudanza el me sonrió y se fue.

Habían traído todo lo que había mío en la casa de mis padres, yo compraría el resto gracias a James encontré un trabajo en la cafetería donde el trabajaba.

- Mejor comenzar. Empecé limpiando el mugroso piso la puerta sonó baje las escaleras a toda prisa. - ¿Quien?

- El amor de tu vida.

Abrí la puerta y me crucé de brazos

- Ni creas que me vas a ganar con un ramo de rosas y chocolates.

- También te traje nutella.

Alce mí ceja.

- Lo siento estuve muy ocupado.

- ¿Por eso no contestabas mis llamadas ni te había visto?

- Lo siento.

Me trato de abrazar, quería que sufriera otro poco me gustaba ver su cara cara de arrepentimiento.

- Me tocó aguantar todas las estupideces que hablaron de mí en el Instituto !DIJERON QUE ESTABA EMBARAZADA!

Me abrazó, aunque no quiera admitirlo había extrañado el calor de su cuerpo y su olor.

- Que se pudran todos esos bastardos, no les prestes atención cuando Paloma encuentre un novio nuevo se les pasará.

Metí mí cabeza en su pecho, el me apretó más.

- Espero que sea pronto.

- No lo dudo.

Lo separe de golpe.

- ¿Que?

- Todavía estoy enojada.

- ¿Que puedo hacer para quitarte el enojo?

Me preguntó haciendo un pucherito haciéndolo ver tierno.

- Ayúdame a ordenar esta casa y hablando de eso ¿como supiste que me había mudado?

- Victoria te acoso desde que te conocí.

Cerró la puerta a sus espaldas y empezó a ayudarme a limpiar.

A mitad de la limpieza empezó a cantar.

- ¿Que haces?

- Hello.

- Alex.

Se puso el trapo de limpiar en la cabeza y empezó a bailar, no aguanté más y estalle en risas, me tomo de la cintura y empezó a bailar y a cantar conmigo.

- Alex tenemos que limpiar.

Seguí tratando de soltarme de au agarre.

- Vamos Victoria relájate un rato.

- Alex.

- Ok. Me soltó. - Que amargada eres.

- Tengo que ir a buscar unas cosas.

- ¿Donde?

- En la mueblería, encargue una cuantas cosas para llenar todo esto.

Señale el enorme espacio que me tocaba llenar.

- Te acompañó vamos.

Subimos a su auto llegamos a la plaza llena de tiendas.

- ¿Estas bien?

Estaba muy inquieto su mirada vagaba de un lado a otro y su agarre en mis hombros se apretaba, me miro.

- Sí.

Solté un largo suspiro no me tragaba el estúpido cuento de por que había amanecido en un hospital y siempre que le preguntaba su cuerpo se tensaba.

- ¿Tiene que ver algo con lo que pasó esa noche?

Su mandíbula se apretó.

- No.

Pare en seco a lo cual el me quedo mirando.

- ¿Que pasa?

- Acaso crees que soy estúpida Alex, crees que me como el estúpido cuento que me caí y quede inconsciente.

- Victoria aquí no es lugar para hablar de eso.

Estaba enojado !PERO QUE ME IMPORTA!

- !ME VALE MIERDA!

Todas las miradas estaban fijas en nosotros, pero yo quería que me dijera la verdad, se acercó a mí me trato de tocar pero yo no lo deje.

- Victoria té lo explicaré todo pero por favor no me trates así.

- Alex no me gusta que me ocultes cosas.

Sus ojos azules se desviaron.

- No te puedo prometer eso, a veces hay secretos que hay que tener bien guardados.

- Pero..........

- Victoria yo te amo pero nunca conoces todos los demonios de una persona y yo tengo muchos, y trataré de decirte todos pero aquí no es el lugar.

Había olvidado que estábamos rodeados de gente.

- Ok.

Fue todo lo que dije, entramos al lugar me dieron mis encargos los llevaron a casa trate de ordenar lo más que pude con ayuda de Alex se sentía extraño que el no estuviera hablando, yo estaba encargándome de mí habitación y el de la sala.

- !ALEX!

El subió corriendo.

- ¿Que pasa estas bien?

- Necesito que me des el visto bueno.

Me miro de pies a cabeza.

- A mí no idiota, a la habitación.

El me dio una de sus sonrisas coquetas y miro la habitación

- Esta linda, me gusta esa pared en especial.

Hace tiempo mis padres habían hecho en una de las paredes un bosque el resto era completamente blanca, el silencio se instaló en nosotros de nuevo, se acercó a mí y me rodeo de la cintura.

- Mañana te explicaré todo, no me gusta que estemos así me duele.

- Claro.

Saque la cabeza de su cuello.

- Mañana después de la escuela.

- No puedo tengo trabajo.

- Entonces después de tu trabajo.

- Alas 7:00.

- Paso por ti.

Se dio la vuelta.

- ¿Te vas?

- ¿Quieres que me quedé?

- Es que tengo pesadillas desde ese día.

Sus ojos se oscurecieron.

- Yo te cuidaré, ya es tarde si no te has dado cuenta.

Mire el reloj en mí nueva pared.

- 10.

- Mañana vez como quedó tu sala ahora a dormir.

Nos preparamos para dormir nos tiramos en la cama y quede rendida.

¿Tú Eres Mí Luna? (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora