Aprendiendo Sobre el Amor | Sehun y Tú

17

Ella trataba de soltarse de mí, pero la tomé con más fuerza aún hasta llegar fuera del hospital.
Tiré de su brazo hasta dejarla delante de mí, tenía una expresión como si estuviera a punto de llorar pero la miré con toda la seriedad del mundo.
Pensé que tal vez le había hecho daño en el brazo, estaba rojo y ella se lo frotaba, me miraba como un pequeño cachorro.
La miré, estuve a punto de sentir compasión por ella pero no se lo merecía así que me mantuve firme.

— ¡YA DEJA DE FINGIR QUE TE DUELE PORQUE NO TE HICE NADA! —dije muy serio y ella levantó la mirada.

— Cariño yo... —sus ojos se llenaron de lágrimas— ¡Ella no te merece!

— ¿Ah no? ¡Entonces quién sí me merece!

— ¡PUES YO! — gritó llorando— Yo estoy aquí, siempre lo estuve y esa tonta se metió.

— Eres imposible, Emme.
A nadie le importa qué tipo de persona yo me merezca, que eso te quede claro.
(__) nunca se metió en mi vida, fue una coincidencia y "yo" me acerqué a ella
—hice énfasis en mí— ¿que me merezco estar contigo? —sonreí sarcásticamente y la miré a los ojos—. No lo creo, no creo que llegues a gustarme alguna vez.

— P-pero cariño —tomó de mis manos.

— ¡Suéltame! Ya basta de esto Emme, no te quiero. Además, —miré hacia otro lado y respiré hondo— no sabes qué daño le has hecho a (__), ¡NO SABES CÓMO ESTÁ ELLA AHORA. LO QUE FUE UN SIMPLE GOLPE PARA TI, ES COMPLICADO PARA ELLA. NO SABES LO MAL QUE ELLA ESTÁ POR NO PENSAR EN LO QUE HACES, POR CREER QUE ASÍ YO ME ACERCARÍA A TI!
—suspiré—. Por favor Emme, no te acerques a ella porque yo estaré ahí para protegerla por más difícil que sea. No quiero verte cerca o que trates de hacerle daño, porque si es así, me encargaré de hacer hasta lo imposible para que te expulsen de la escuela, incluso que te cambies de ciudad. ¿Entendiste?

— Eres cruel —lloriqueó— ¿por qué me haces esto, sabes cuándo duele?
—golpeaba su pecho—. Te odio, Sehun.

— Odiame todo lo que quieras, no te reprocharé nada.
Discúlpame por lo de tu brazo, en verdad no trataba de lastimarte. Espero que algún día cambies y me llegues a entender. Con violencia y obsesión no se llega a nada, ni al corazón de la persona que amas. Porque esta no eres tú, estoy seguro que no eres así, Emme.

No esperé respuesta alguna y di media vuelta hacia la entrada, me di cuenta que Jong In estaba ahí y le sonreí mientras me dirigía hacia él.

— Lo hiciste bien amigo —dijo dando golpecitos en mi espalda—. No lo pudiste haber hecho mejor.

— Eso creo.

— Jong Dae fue con las chicas, al parecer "el pequeño iceberg", como dices ya está estable.

— ¿De verdad?

— Sí, ¿por qué mentiría yo?

— Pues vamos con los demás

— Hacia allá vamos.

En ese momento estaba tan feliz por que ella despertara.
Creo que desde este momento haré mejor las cosas para con ella, no llevamos mucho tiempo pero algo puedo hacer por ella cada día, ¿verdad?
Cuidaré del pequeño Iceberg con mucho esfuerzo.
Espero que no me golpee si lo hago.

◇◇◇

El médico se acercó a nosotros y nos pusimos de pie en seguida

— Ella será dada de alta en unos minutos así que no se preocupen. Lo que es preocupante es que ningún familiar se encuentre aquí para informar el problema de la señorita.

— Eh, verá doctor, su mamá acaba de viajar esta tarde por negocios y no regresa sino hasta tres días después. Pero no se preocupe, yo me encargaré de ella, solo dígame que debo hacer
—replicó Tiffany.

— Bien pues venga por aquí por favor.

El médico se llevó a Tiffany y regresó a los minutos diciendo que ya podíamos llevarnos a (__).
Fuimos hasta su habitación, iba a entrar primero pero Tiffany me detuvo.

— Espera, entraré primero, necesita cambiarse la ropa. En cuanto esté lista te aviso, la llevarás a casa, ¿verdad?

— Sí —dije mirándola.

— Pues bien, entonces tendré que hablar contigo luego.

Los demás nos miraron, incluso yo no entendía lo que ella me decía; solamente entró.

Los chicos, Sahara y yo nos quedamos fuera de la habitación hablando cosas que no venían al caso; Sahara y Jong Dae estaban muy juntos para incomodidad de Jong In, porque ni caso le hacía así que reí en su cara a manera de burla.
Al parecer él lo entendió y me fulminó con la mirada.

Luego de un rato burlándome, Tiffany me llamó y entré, reí una vez más de Jong In y cerré la puerta.

— ¡Tonto! ¿Qué haces aquí?
—cuestiono (__) con sorpresa.

— Pues yo te traje.

— ¡¿Q-qué?!

— Haber ya cállense, Sehun ya que tú llevarás a casa a (__)...

— ¡Qué! Fany, dijiste que...

— Guarda silencio que estoy enojada contigo —la fulminó con la mirada a lo que ella guardó silencio—. Ten, toma esto Sehun, —me dio una bolsita con medicinas— en cuanto llegues a casa encárgate de que se tome su medicina, ¿de acuerdo? Asegúrate de ver que lo haga poque sino te las verás conmigo.

— De acuerdo —asentí muchas veces.

— Ya deja eso o se te caerá la cabeza.

Vaya que Tiffany era más ruda de lo que esperaba, me sorprendió que (__) la obedeciera al instante. Al parecer, verla enojada no era algo bueno.

— Bien, pueden irse ahora. Vamos, salgamos de aquí.

— Vamos a casa pequeña.

— Tonto...

— ¡Hey, al fin salieron! —los tres vinieron hacia ella a abrazarla— nos preocupaste aunque no te conozcamos tanto, pero igual.

— Es mi culpa chicos.

— No lo es, (__) —intervino Sahara— ni yo hubiera visto venir aquel balón. Por cierto, vi a Emme entrar al hospital, ¿alguien la vio también?

— Ya no se preocupen por eso
—respondí apenado—. Bien, es hora de irnos pequeña. Adiós chicos, nos vemos mañana —tomé del brazo a (__) y la llevé conmigo.

— ¡Adios chicas, y a ustedes también tontos!— agitó su mano despidiéndose de ellos— ¡Yah! ¿Crees que no puedo caminar por mi cuenta? Sí que eres un tonto pero... gracias por traerme, sé que fue mi culpa aunque no lo digan.

— Solo calla y vamos —despeiné un poco su cabello— debes estar cansada porque yo lo estoy.

— Esta bien —me dedicó una sonrisa.

Era lindo verla sonreír de ese modo, le sonreí también porque sé que en su mirada había algo de tristeza. La rodeé por los hombros y salimos juntos del hospital.

Me di cuenta que hacia mucho frío, y así como la vez que la hallé sola, le coloqué mi abrigo.
Me miró desconcertada y solo le dije: "No le lo quites, está haciendo mucho frío y creo que por hoy tuviste bastante".

Me miró fijamente y me sonrió sin decir nada, tomé eso como un "gracias" y fuimos de camino a la parada de autobús.