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(__)

Lo miré fijamente por si se le ocurría decir algo tanto a él como a mí.
De pronto se hizo un silencio incómodo ya que no tenía palabras para soltar en ese instante, noté que él se acercaba a mí, tal vez era tonta por no moverme pero me quedé quieta mientras mi mente me mantenía pensando otras cosas como que «tal vez quiera despeinar mi cabello como siempre» o «quizá tenga algo en la cara» pero no, ninguna de esas cosas sucedieron y casi sin pensarlo, sentí sus labios sobre los míos, estaba entre enojada, sorprendida y avergonzada. Además, ¡no tenía la menor idea de cómo corresponder un bendito beso!

Y claro, no es que haya querido corresponderle, sino que no tenía el poder de mí en ese instante como para reaccionar y darle un buen golpe.
Así que en cuanto se separó de mí, sentí mis mejillas arder, no quería que me viera de ese modo, era muy humillante y no quiero que imagine cosas que no son.

Entré rápidamente a casa despues de ese beso, estaba confundida así que me dejé caer detrás de la puerta ya cerrada, mi corazón latía rápidamente y es que la verdad nadie en mi vida, es decir, ningún chico me había besado ya que nunca les permitía acercarse a mí, hasta ahora.

Podría decirse entonces que ése fue mi primer beso
Un beso que no planeaba dárselo a nadie por nada del mundo y que él me lo quitó.

Creo que no sé que haré mañana, si en ese instante no pude ni verlo a los ojos, menos quiero verlo mañana, pondré mil excusas si es posible para no realizar las clases de matemática de siempre en los recesos que coincidíamos a veces.
Esto acabará por volverme loca

«¿Qué rayos hago sentada aquí? Debería irme, ¡(__) reacciona!, estas hablando contigo misma»

Me puse de pie, apagué el celular para no recibir llamadas y me preparé algo que se me da bien. Sopa instantánea, una delicia.

◇◇◇

A la mañana siguiente ocurrió un milagro.
Por estúpido que suene esto, es la primera vez que me levanto temprano y es que, antes de dormirme pensé muchas veces en despertar lo más temprano posible para no cruzarme con ese tonto.

Además, quería hablar con las chicas de esto, hace días que no hablaba con ellas ya que como sabrán, esas tontas andan más tiempo con los amigos de Sehun que conmigo.
Abandonadoras de amiga.

Esta vez me tomé el tiempo de peinarme y arreglarme mejor porque los demás días podría decirse que era un desastre. Tampoco digamos que iba a ponerme algo para llamar la atención, creo que me pondría algo usual pero con... en fin no importa.
Sólo me puse un vestido sencillo, zapatos bajos, un collar dorado y recogí mi cabello en una coleta alta.
Estaba más que lista, tomé desayuno y esperé el autobús de la escuela tranquilamente.

Para mi suerte no había nadie conocido para mí pero supongo que ellos sí me conocían, todos lo hacían creo que lo de «el iceberg Kim (__)» era popular.
No me importaba si me miraban o no, he sabido sobrellevar ese tipo de cosas ya hace varios años desde que empezó eso, no espero que eso cambie de la noche a la mañana tampoco además, creo que ya me acostumbré.

— Mira Fanny, lo veo y no lo creo. La "pequeña" llegó temprano hoy —se burló Sahara señalándo hacia mí en cuanto entré a los pasillos de la escuela— parece que hoy lloverán bolas de helado.

— Wow, "pequeña" te ves súper linda hoy —le siguió Tiffany riéndose—. Hoy será un día muy extraño.

— Ya cállense. Vuelvan a llamarme pequeña y juro que las golpearé, y no, cómo se te ocurre que llovería semejante tontería, parece que eso sólo ocurre en tu tonta imaginación
—respondí enojada.

— Hey, ¿qué te pasa ahora?
—cuestionaron ambas.

— Las encuentro en el receso en la cafetería, de acuerdo. No falten o me enojaré mucho.

— De acuerdo (__), entonces nos veremos al rato —se despidieron de mí tomando sus libros.

Luego de que se fueran fui a mi casillero para dejar mis cosas y sacar unos libros, al cerrarlo grité y no por haberme golpeado, sino porque Sehun se encontraba al lado, mirándome.

— ¡Me asustaste! Eres un tonto qué rayos haces aquí, tu casillero es del otro lado —dije poniendo mis manos en mi pecho del susto.

— Pues, vine a verte eso es todo.

— Ah, pues ya me viste —repliqué fríamente, como debía ser— ahora adiós.

—Entonces... —me tomó del brazo deteniéndome— ¿nos veremos luego en la biblioteca?

— No, yo me reuniré con mis amigas, así que no puedo.

— ¿Me estás evadiendo entonces?
—inquirió tomando aún de mi brazo— ¿Es por el beso de anoche?

— C‐claro que no te evado, estaré ocupada eso es todo. ¿De qué beso hablas? —cuestioné para evadir el tema e irme— ya suéltame, tengo que irme.

— ¿Ahora tienes amnesia? Y no, no te suelto —me miró a los ojos—. Te refrescaré la memoria. Anoche me besaste o qué ¿lo olvidaste, crees que te zafarías de eso?.

— ¡Oye! No fui yo la que te besó, tú me besaste, pedazo de tonto.

— ¡Ah, ahí está! Entonces lo recuerdas, por qué lo niegas.

— Olvídalo, eres un tonto muy molesto. Me irritas tanto asi que mejor me largo —me zafé de su agarre— no me busques.

Que tonta soy, caí en su estúpido juego de palabras, cómo pude ser tan ingenua. Y ¿Por qué estuve nerviosa frente a él? Estoy enloqueciendo.

Aprendiendo Sobre el Amor | Sehun y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora